“Libres para escoger la libertad y la vida eterna”

la vida eterna

 

En nuestro día a día es posible que necesitemos de un reloj que precise una alarma para despertarnos  e iniciar nuestra rutina. De esa misma forma necesitamos  “un reloj” tal como el consejo que dio Lehi a sus hijos para despertarlos en un sentido espiritual.

Los capítulos 1 y 2 de 2 Nefi contienen algunas de las últimas palabras que Lehi dirigió a sus hijos. A medida que  continuemos con la lectura de este artículo, busquemos la forma de aplicar el consejo de Lehi a nuestra propia vida.

  1. Lehi exhorta a sus hijos a arrepentirse, a obedecer los mandamientos del Señor y a ceñirse con la armadura de la rectitud.

Al analizar 2 Nefi 1 busquemos las bendiciones que prometió Lehi que recibirían si  obedecían su consejo.

  • Lehi dijo que a pesar de sus aflicciones, su pueblo había “obtenido una tierra de promisión” por convenio (2 Nefi 1:5)
  • Lehi llamó a sus hijos al arrepentimiento mandándoles que se despertarán “del sueño del infierno” y que se sacudieran “de las espantosas cadenas que [los tenían] atados” (2 Nefi 1:13) ¿En qué sentido es el pecado como estar en un sueño profundo y estar atado con cadenas?
  • Lehi aconsejó a sus hijos a levantarse “del polvo… y [ser] hombres” (2 Nefi 1:21) ¿Cuáles son las cualidades de un hombre recto? (Véase 2 Nefi 2 Nefi 1:21 – 27) ¿Cómo podemos escoger la rectitud en vez de la definición que el mundo da a la hombría?
  • ¿Qué bendiciones había recibido Lehi por medio de su fidelidad?

Lehi estaba “para siempre envuelto entre los brazos [del] amor [del Salvador]”.

Al venir a Cristo humildemente a través del arrepentimiento y la obediencia, seremos redimidos y “para siempre envueltos entre los brazos de su amor”.

  1. Lehi testifica de la expiación de Jesucristo

Analicemos 2 Nefi 2:1 – 10

  • Lehi dijo que “por la ley ninguna carne se justifica, o sea, por la ley de los hombres desarraigados” ( 2 Nefi 2:5). El ser justificados es estar reconciliados con Dios, absueltos del castigo por el pecado y declarados rectos sin culpa.
  • Debido a que no podemos ser justificados por la ley, ¿cómo podemos quedar justificados y llegar a ser dignos de entrar a la presencia de Dios?

A causa de la expiación de Jesucristo, podemos arrepentirnos y recibir perdón de nuestros pecados.

  • Lehi dijo que el Salvador satisfaría “las demandas de la ley” (2 Nefi 2:7)

El presidente Joseph F. Smith digo: “… vino Cristo y padeció, ‘el justo por los injustos’, el que era sin pecado por los que habían pecado y quedó sujeto al castigo de la ley que el pecador había transgredido”.

  • En 2 Nefi 2:8 ¿De qué manera el dar a conocer estas cosas demuestra gratitud al Salvador por Su expiación?

 

  1. Lehi enseña la importancia de la oposición y de la liberta de escoger entre el bien y el mal.

Analicemos 2 Nefi 2:11 – 30

 

  • ¿Qué bendiciones podemos recibir a causa de la caída de Adán y Eva?
  • Es preciso que haya oposición en todas las cosas. ¿Por qué es importante que haya oposición en nuestra vida diaria?
  • Según 2 Nefi 2:24-28 nuestro Padre Celestial desea para nosotros gozo, libertad y vida eterna. ¿Qué hizo Él para proveer los medios para que recibamos esas bendiciones?
  • El élder Joseph B. Wirthlin enseñó: “El Señor les ha dado el don del albedrío y los ha instruido lo suficiente para que distingan el bien del mal. Ustedes son libres para escoger y son libres para obrar, pero no son libres para escoger las consecuencias. Sin duda alguna, el escoger el bien conduce a la felicidad y a la paz, en tanto que escoger el mal lleva a la desdicha y la aflicción”.
  • El capítulo 2 de 2 Nefi contiene doctrinas de la Creación, de la Caída y de la Expiación. ¿Por qué son fundamentales estas doctrinas en plan de redención de nuestro Padre Celestial?

A través de la expiación de Jesucristo podemos estar “para siempre envueltos entre los brazos del amor del amor del Salvador”. Es una gran bendición “ser libres para escoger”.  Estamos facultados para escoger la libertad y la vida eterna a través de Jesucristo, “el gran Mediador de todos los hombres” (2 Nefi 2:27).

 

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