El objetivo de esta clase es fortalecer el testimonio en cuanto a la Primera Visión y al llamamiento de José Smith como el profeta por medio del cual Dios restauró la plenitud del Evangelio sobre la tierra. Al estudiar nuestra clase, hagámoslo bajo oración.
Se preparó el camino para la Restauración
Después de la crucifixión de Jesucristo, Sus Apóstoles presidieron la Iglesia. No obstante, la persecución y la apostasía parecieron y fue en aumento. Tal como se profetizó, la gente se apartó de la verdad, este hecho se conoce como la Gran Apostasía.
A continuación, algunas consecuencias de la Gran Apostasía:
- No había autoridad del sacerdocio sobre la tierra.
- No habían apóstoles ni profetas.
- Se perdió el conocimiento fundamental sobre Dios.
- Las doctrinas del Evangelio se corrompieron.
- Las ordenanzas sagradas, tales como el bautismo, se cambiaron.
- La iglesia original se dividió en grupos discordantes.
Esta apostasía duró por muchos años. Sin embargo, Dios sabía que esto cesaría, tal como lo explica el élder Bruce R. McConkie: “Al comienzo del siglo catorce, el Señor comenzó a preparar las condiciones sociales, educativas, religiosas, económicas y gubernamentales bajo las cuales sería más fácil restaurar el Evangelio por última vez”.
Fueron varios sucesos en el mundo que prepararon el camino para la restauración. Por ejemplo, el élder James E. Talmage dijo que el Renacimiento no surgió por casualidad, sino que en realidad fue “un paso predeterminado en la voluntad de Dios para iluminar las mentes descarriadas de los hombres, una etapa preparatoria para la restauración del evangelio de Cristo que iba a suceder unos siglos después”.
Por su parte élder Ballard dijo: “Dios inspiró a los primeros exploradores y colonizadores de América y a los autores de la Constitución de los Estados Unidos con el fin de crear un país y principios gubernamentales que permitieran la restauración del Evangelio”.
Dios preparó a José Smith para que fuera el profeta
José Smith poseía un rico patrimonio espiritual, la formación religiosa de sus padres fueron una gran preparación para él. También la adversidad jugó un papel importante para formar a un hombre humilde y temeroso de Dios. Otro factor importante fue ambiente religioso del oeste de Nueva York donde vivió José Smith con su familia.
La Primera Visión marcó el comienzo de la restauración del Evangelio
En una mañana de primavera de 1820, José Smith se arrodilló en una arboleda para orar y pedir orientación. ¿Qué tenía de diferente la oración de José esa mañana de las demás que había dado hasta el momento? En los momentos en que expresamos a Dios los deseos de nuestro corazón.
Gracias a esa Primera Visión se aprenden grandes verdades:
- Dios el Padre y Jesucristo viven, son seres reales, distintos y tienen cuerpos glorificados de carne y huesos.
- Hemos sido creados a imagen de Dios.
- Satanás y su poder son reales, pero el poder de Dios es infinitamente superior.
- Dios escucha y contesta nuestras oraciones y se preocupa por nosotros.
- Ninguna de las iglesias que había sobre la tierra tenía la plenitud del Evangelio de Cristo.
Para concluir, citaré el testimonio del presidente Gordon B. Hinckley:
“Una manifestación extraordinaria tuvo lugar una mañana de primavera del año 1820, cuando el Padre y el Hijo se aparecieron a José Smith… El testimonio de [esa visión] ha conmovido el corazón de millones de personas en muchos países. Yo añado mi propio testimonio, el cual recibí por medio del Espíritu, de que la descripción del Profeta de ese acontecimiento maravilloso es verdadero, de que Dios, el Padre Eterno, y el Señor Jesucristo resucitado le hablaron en esa ocasión en una conversación tan real y personal e íntima como lo son nuestras conversaciones en la actualidad”.