En el otoño de 1965, la idea de colocar luces de Navidad en los árboles de la Manzana del Templo era nueva y algo preocupante.
En una reunión con el presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, David O. McKay, Irvin T. Nelson, el jardinero principal de la Manzana del Templo, expresó su preocupación de que el calor que las luces emanaban pudiera hacer que los árboles empezarán a florecer prematuramente.
Otro hombre, el arbolista J. Leland Behunin, creía que se podía lograr sin dañar los árboles. Después de esta reunión, el presidente McKay finalmente decidió permitir que las luces de navidad fueran colocadas y expresó que Behunin supervisaría el proyecto.
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Benjamin Behunin, hijo Leland, compartió que su papá “nunca había encendido un árbol con luces en su vida, pero dijo que sí, que podía lograrlo”.
Más de seis semanas después, casi 15,000 personas se reunieron el jueves 9 de diciembre a las 7:45 p.m., para ver las 40,000 luces de Navidad para el primer “Encendido de luces de la Manzana del Templo”.
Deseret News compartió su asombro y el agradecimiento se elevó entre la multitud cuando se encendieron las luces, seguido de un estallido de aplausos.
El Coro del Tabernáculo de la Manzana del Templo cantó himnos de Navidad y la multitud caminó asombrada por los senderos con muchas pequeñas luces centelleantes.
Los árboles sobrevivieron a la ráfaga de calor. Curiosamente, las luces pueden causar estrés a los árboles.
Pasar de un estado cálido a frío de forma repetida y abrupta puede hacer que las estructuras celulares del árbol se rompan, no obstante, las luces también pueden ayudar a prevenir que se enfermen y que los insectos los ataquen durante el invierno.
Behunin y su hijo continuaron colocando las luces en los árboles hasta 1982, cuando la Iglesia pasó a hacerse cargo de la enorme tarea.
Casi medio siglo después de que las luces iluminaran por primera vez la Manzana del Templo, las luces, los nacimientos de Navidad y otros elementos festivos han seguido atrayendo a millones de visitantes.
Cada agosto, cientos de empleados de la Iglesia comienzan a colocar las decoraciones de navidad y cubrir la Manzana del Templo con miles de hilos de luces LED, cables y extensiones en preparación para la ceremonia anual de Encendido el día después de Acción de Gracias.
Innumerables tradiciones familiares, recuerdos y propuestas de matrimonio podrían haberse alterado si no hubiera sido por los esfuerzos iniciales de Behunin.
“Hemos visto el proceso evolucionar para mejor. Lo han convertido en una ciencia. Las luces traen una gran cantidad de publicidad para la Iglesia porque los miembros y no miembros disfrutan caminar por estos terrenos sagrados. Es muy satisfactorio decir que nuestra familia inició esta tradición”.
El presidente McKay presidió la misión europea de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de 1923 a 1925.
Leland Behunin fue uno de sus misioneros. Después de su misión, Behunin estudió durante cuatro años en el Instituto Davey de Cirugía de Árboles en Kent, Ohio, y se especializó en el cuidado de árboles.
Pasó cuatro años más allí trabajando para pagar sus estudios. En 1943, fundó Behunin Horticulture y comenzó a cultivar árboles y paisajes a lo largo del Wasatch Front, incluida la Manzana del Templo.
Más de una década después, Leland y su familia vivían en el condado de Emery, Utah. Cuando su esposa murió después de dar a luz a Ben, Leland se quedó a cargo de cinco niños menores de 8 años.
Fue a Salt Lake City en busca del consejo de su antiguo presidente de misión. El presidente McKay aconsejó a Behunin que vendiera todo y se mudara a Salt Lake City.
“Puede ser difícil de entender, pero si sigues este consejo te prometo en el nombre del Señor que tu familia será bendecida”, le dijo el presidente McKay.
Él hizo lo que le aconsejaron y, tras la mudanza, Behunin conoció a Irvin T. Nelson en la Manzana del Templo, lo que lo llevó a podar y envolver los árboles con luces navideñas.
Colgar las luces navideñas en la Manzana del Templo esos primeros años fue un desafío. El primer año, Leland lo hizo él mismo. Cuando su hijo Ben regresó de su misión, él lo ayudó, pero había numerosos árboles y no tenían escaleras y contaban con muy pocas herramientas.
“Solo se pueden poner 10 juegos de luces en una extensión. Si se colocan demasiadas, se quemarían y por ende se perdería una sección de luces en el árbol”.
A fines de la década de 1960, Ben asistía a la Universidad Brigham Young y sabía que la universidad tenía una máquina para recolectar cerezas. Se hicieron los arreglos necesarios y se pudo utilizar la máquina para colgar las luces de Navidad en los árboles grandes.
Eso ayudó, dijo Ben, pero el proceso evolucionó durante años. Cada año, comenzaban el proyecto a principios de octubre y trabajaban seis días a la semana, de ocho a 10 horas al día, para estar listos antes del Día de Acción de Gracias.
“Los primeros años se hizo de manera descuidada. Nadie había encendido árboles de este tamaño”.
Ben se graduó de BYU y se hizo cargo del negocio de árboles de su padre a fines de la década de 1960 y continuó colocando las luces de la Manzana del Templo durante otra década, con la ayuda de su hijo, también llamado Ben.
“Cuando era pequeño y las personas hablaban de las luces de la Manzana del Templo y de lo maravillosas que eran, iba a la escuela y presumía: ‘Mi papá hizo eso, mi papá hizo eso’. A nuestra familia le encanta la Navidad. Las luces se han convertido en parte de nosotros”.
Ben y su hijo continúan operando el negocio familiar en la actualidad, y cuidan de los árboles desde los templos de Logan hasta St. George, incluidos los terrenos del templo de la Iglesia y otras propiedades.
Algunos han disputado la afirmación de Behunin de ser la primera familia en colocar luces de Navidad en a Manzana del Templo, por lo que Ben obtuvo declaraciones firmadas por el editor y fotógrafo de Deseret News J. Malan Heslop y del ex jardinero principal, Peter Lassig, como prueba de su trabajo.
“Es una experiencia muy espiritual para mí. Es especial saber que hemos hecho algo por la Manzana del Templo y por el Señor, y que ha sido maravilloso para muchas personas”.
Fuente: Deseret News