En la nueva edición “YA weekly”, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, una joven madre de Ucrania compartió su fe en Cristo y las experiencias milagrosas que ha tenido a lo largo del conflicto que vive su país en la actualidad.
Anastasia compartió que la mañana del 24 de febrero, dos días después del nacimiento de su pequeño hijo, cambiaría totalmente el curso de su vida.
“No sabía lo que estaba pasando, pero inmediatamente tomé a mi hijo de dos días en mis brazos y salí de la habitación del hospital. Otras mujeres con sus bebés también estaban allí, pero nadie parecía entender lo que estaba pasando.
Momentos después nos dijeron que Kiev, Ucrania, donde nos encontrábamos, y otras ciudades estaban siendo bombardeadas y atacadas por aviones hostiles”.
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Aquella situación difícil fue impactante para ella. Todo cambió de un día para otro. A pesar del temor y la incertidumbre Anastasia y su esposo se tomaron un momento para orar y saber qué era lo debían hacer.
Tomaron la decisión de dejar la ciudad gracias a la respuesta que recibieron del espíritu. En el camino, tuvieron la impresión de ayudar a alguien, pero no sabían a quién.
Aunque solo tenían dos asientos libres en el auto, estaban dispuestos a ayudar a alguien que estaba tratando de salir de la ciudad para encontrar un lugar seguro.
El esposo se dirigió a la estación de metro en busca de ese alguien cuando vio a un hombre con su esposa y sus dos hijos. De alguna manera, todos entraron en el auto.
Aquella familia había pasado la noche resguardándose de las bombas, no sabían de qué manera podrían salir de la capital.
Más tarde ese mismo día, la situación en Kiev empeoraría.
La joven madre compartió que a pesar de la situación y el temor, siguieron sintiendo las impresiones del Espíritu Santo y, al obedecerlas, fueron protegidos.
“En un momento, mi esposo y yo sentimos que lo mejor para mí y para nuestro pequeño hijo era ir a otro país en busca de resguardo.
Debido a las circunstancias, mi esposo no podía acompañarnos, por lo que tomar esa decisión fue muy difícil. Después de muchas lágrimas y oraciones, recibimos la confirmación de que debíamos hacerlo”.
A pesar de todas las dificultades y desafíos que atravesó esta joven, se mantuvo enfocada en contar todas las bendiciones y milagros que veía en su vida.
“He sido bendecida con muy buenos amigos que nos recogieron a mí y a mi hijo en la misma frontera y luego nos ayudaron a establecernos en nuestra nueva vida.
Muchos amigos, incluidas mis compañeras de la misión, acudieron a ayudarme. Algunas hermanas de mi misión incluso se reunieron y ayunaron específicamente por mí y mi familia”.
Hay mucho más que Anastasia podría contar sobre los milagros y bendiciones que recibió, sin embargo, lo más importante que desea compartir es la confianza que podemos tener en Dios, nuestro Padre Celestial.
Ella también compartió su deseo de seguir el llamado del presidente Russell M. Nelson a pesar de las circunstancias:
“Ninguno de nosotros puede controlar a las naciones, ni las acciones de los demás, ni siquiera las de nuestra propia familia, pero sí podemos controlarnos a nosotros mismos…
mi llamado a ustedes hoy es que pongan fin a conflictos que se desatan en su corazón, en su hogar y en su vida….
Puede resultar difícil y doloroso deshacerse del enojo cuando parece estar tan justificado, y puede parecer imposible perdonar a quienes han hecho daño a los inocentes con sus actos destructivos. Sin embargo, el Salvador nos exhortó a “perdonar a todos los hombres””.
La joven madre sabe que es una tarea que requiere esfuerzo, sin embargo, sabe que como discípula de Jesucristo puede tener la fe para hacer lo que el Señor manda través de Su profeta inspirado.
“Sé que debido a que Él respeta el albedrío, Dios no siempre puede interferir cuando suceden cosas terribles, sin embargo, sé que siempre podemos ver Su mano, incluso en medio de la adversidad.
Sé que todas las personas que han fallecido volverán a vivir gracias a nuestro Salvador, que lo hizo posible. Sé que hay esperanza y paz al creer en Él”.
Fuente: LdsLiving