Pregunta
En cierta oportunidad mencionaste que la clave para controlar nuestro comportamiento era dedicar un tiempo para nosotros mismos, para cuidarnos. Por favor, ¿podrías darme algunos ejemplos?
Respuesta
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¡Muchas gracias por hacer esta pregunta! Me alegra que lo hicieras porque es una preocupación constante para muchos Santos de los Últimos Días.
Tratamos de seguir tanto la exhortación del Salvador de amar y servir a los demás que a veces olvidamos algo importante.
En el mandamiento de “amar a tu prójimo como a ti mismo”, también dice que debemos amarnos a nosotros mismos. Desafortunadamente, en ocasiones, lo pasamos por alto.
No necesitamos mirar más allá de la vida del Salvador para darnos cuenta de que cuidar de uno mismo es un principio justo.
Después de crear el mundo para nuestro beneficio y para obedecer el mandamiento de Su Padre, Jesús “descansó” (Génesis 2: 2).
Aunque Jesús pasó día tras día enseñando, ministrando y sanando, también se apartó de la multitud para recargar Sus energías (véase Mateo 5: 1; Mateo 8:18; Mateo 14:22, Mateo 15:39).
Mientras los discípulos se enfrentaban a una tormenta, Jesús dormía debajo de la cubierta. Les permitió hacer el trabajo por sí mismos hasta que lo necesitaran (véase Marcos 4:38).
Cuando las exigencias de la gente no se alineaban con la obra que se le había enviado a hacer, Jesús “[volvía] a retirarse al monte, él solo” (Juan 6:15).
Cristo fue abnegado, generoso, amable y también cuidó de sí mismo para preservar esas virtudes. Haríamos bien en seguir Su ejemplo.
Entonces, ¿cómo es eso? Significa cosas diferentes para cada persona. Sin embargo, empezaría repitiendo lo que oí alguna vez:
“Si no tienes tiempo para orar y estudiar las Escrituras, estás más ocupado de lo que Dios quiso que estuvieras”.
Tomarte el tiempo para encontrar tu centro espiritual, conectarte con el Padre Celestial y recibir la guía del Espíritu es el cuidado personal más importante para cualquiera de nosotros.
A partir de ahí, se convierte en algo que llamo “elige tu propia aventura”.
En mi opinión, lo más importante es que hagas lo que te ayude a recargar tus energías para que puedas dar lo mejor de ti en la edificación del reino, en el cuidado de tu familia, tu prójimo y en el desempeño de tus labores.
Brigham Young enseñó:
“El Señor nunca me ha mandado que debo bailar, y no obstante he bailado; todos lo saben bien porque mi vida está a la vista del mundo. Aunque el Señor nunca me ha mandado hacerlo, me lo ha permitido.
“Que yo sepa, nunca mandó a los muchachos que fueran a jugar a la pelota, sin embargo se lo permite.
“No tengo conocimiento de que Él haya ordenado jamás que construyamos un teatro, pero nos lo ha permitido, y puedo darles la razón para ello.
“Los entretenimientos y las diversiones son para nuestro bienestar tan necesarios como los más serios propósitos de la vida”.
¿Te gusta leer? Lee. ¿Te gusta ir al teatro? ¿Ver películas? ¿Practicar deportes? ¿Hacer senderismo? ¿Visitar amigos? O, ¿Desarrollar talentos? ¡Hazlo! Pero, con la compañía del Espíritu. Hazlo con moderación y equilibrio con todo lo demás a tu alrededor, pero ¡hazlo!
¿Cómo separas un tiempo para dedicarte solo a lo que te gusta sin sentirte culpable?
Al reconocer que si no dedicas tiempo al gozo, la diversión, la risa, la meditación, la reflexión, el ejercicio o la conexión, te agotarás y no podrás ayudar a los demás, incluido el Señor.
Soy terapeuta. Mi trabajo me impone una gran carga emocional, mental y espiritual.
Entonces, ¿qué hago para aligerar esas cargas? Corro, levanto pesas, juego con mis hijos, veo películas y leo.
Eso me ayuda a estar preparado para afrontar mi trabajo con optimismo y atender a mis clientes con energías renovadas.
Descubrí que es más fácil tomarte un tiempo para ti mismo cuando animas a los que te rodean a hacer lo mismo. Por ejemplo, cuando insisto en que mi esposa se dé un tiempo para relajarse o para dedicarse a su pasión, ella regresa renovada y me ayuda a hacer lo mismo.
Cuidar de ti es un principio verdadero y justo.
Espero que lo que te dije te ayude. ¡Buen día!
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente Jonathan Decker y fue publicado en ldsliving.com con el título “Ask a Latter-day Saint therapist: How can I make time for self-care without guilt?”