Dios ha dado como mandamiento que todo joven capaz y digno debe servir en una misión de tiempo completo.
El fallecido presidente Monson dijo:
“Todo joven digno y capaz debe prepararse para servir en una misión. El servicio misional es un deber del sacerdocio, una obligación que el Señor espera de nosotros, a quienes se nos ha dado tanto. Jóvenes, los amonesto a que se preparen para prestar servicio como misioneros”.
Si el joven no tiene el deseo, debe obedecer a Dios con fe.
La promesa es que cuando cumplamos con nuestro deber, Dios nos bendecirá y se nos dará el deseo y los dones para hacer Su voluntad.
En la conferencia general de abril de 2019, el élder Gary E. Stevenson comparó el servicio del sacerdocio con el éxito en el mundo de los deportes. Entre sus enseñanzas encontramos:
“Tales atletas [exitosos] a menudo escuchan las duras críticas de los entrenadores y voluntariamente dejan de lado lo que desean ahora por algo más importante en el futuro”.
Para lograr la perfección en el deporte, los atletas exitosos renuncian a la diversión, el entretenimiento y muchas otras cosas. Son disciplinados y escuchan la voz de sus entrenadores. El verdadero entrenador es Dios y tenemos que seguir Sus consejos, incluido el de servir en una misión.
“Algunos que decidan quedarse en el banco, aun cuando el entrenador haya tratado de enviarlos al campo de juego. ¡Los invito a que rescaten, den apoyo y los amen como compañeros de equipo!
Otros quieren participar en el partido y lo hacen. Lo más importante no es lo talentosos que sean, sino que estén dispuestos a ingresar al campo de juego.
Ellos no esperan a que los llamen a jugar porque conocen la Escritura que dice: ‘si tenéis deseos de servir a Dios, sois llamados a la obra’.
Puedes unirte al equipo tú mismo (…)
Les insto: confíen en el Señor. Pónganse toda la armadura de Dios y entren al partido.
No hay muchos que jueguen deportes profesionales en los niveles más altos; pero cuando se trata del discipulado, hay muchos que eligen seguir a Cristo.
De hecho, esa es su misión en esta vida: aprender los caminos del Señor, entrar en el sendero del discipulado y esforzarse por vivir de acuerdo con el plan de Dios. Dios los sostendrá y los bendecirá cuando acudan a Él. Pueden hacerlo porque son jugadores estelares a Su vista”.
El apóstol Pablo enseñó que no todos comienzan sus esfuerzos misionales con las mejores intenciones. Sin embargo, lo que es más importante es que el mandato de predicar se cumpla (Filipenses 1:14-18).
De hecho, no es tan importante por qué el misionero decidió servir.
Durante su misión tendrá la oportunidad de comprender su llamado divino y alcanzar una mejor comprensión de su misión. Entonces, trabajará no solo por un sentido del deber, sino por amor a Dios y al prójimo.
Fuente: Mais Fe