Al crecer como ateo en China, Dairong Li nunca imaginó que algún día estaría parado en la esquina de una ciudad estadounidense proclamando la verdad del Evangelio como misionero mormón.
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El Elder Li, como se lo llama ahora, recientemente se encontró explicando los detalles de la biografía de José Smith a una mujer y sus dos hijos sentados frente a la corte del condado de Westmoreland en el centro de Greensburg.
“Así que cuando José Smith tuvo una pregunta, él leyó de la Biblia en donde dice: ‘Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios’”, dijo Li. “Él fue guiado bajo la dirección de Jesucristo y trajo a la Iglesia a su estado original.”
Li, de 23 años, y su compañero misionero, el Elder Dane Williams, de 19 años, proveniente de Spanish Fork, Utah, no ganaron un converso ese día, pero hicieron arreglos para seguir conversando con la investigadora.
Fue un encuentro similar, hace tres años en Los Ángeles, que hizo que Li comenzara su recorrido en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Dos misioneras se acercaron a la madre de Li en una librería y muy pronto estuvieron en su casa, explicando la doctrina de la Iglesia.
A Li le gustó el hecho de que las misioneras tuvieran casi su misma edad y le gustó la enseñanza sobre las familias que pueden estar juntas para siempre. Un año después, él fue bautizado en la Iglesia de Jesucristo.
“Realmente sentía el amor (de Dios) cuando las misioneras me enseñaban. También pude sentir que traían la luz a mi hogar cuando venían a mi casa”, expresó Li.
En el lapso de cuatro años, Li pasó de ser un adolescente ateo, a un investigador, a un converso y por último a un misionero.
“PUEDO ENTENDER SUS SENTIMIENTOS”
Li pasó los últimos 21 meses viviendo y trabajando como misionero en Greensburg y está llegando al final de su servicio misional de dos años. Su tiempo en el condado de Westmoreland ha sido un aprendizaje no sólo en la sociedad estadounidense sino también en el idioma inglés como segunda lengua, en métodos misionales y en las formas occidentales de vivir en Pensilvania.
“Fue una gran experiencia para mí. He aprendido mucho. Pasar de tener un origen no religioso, a ir a la misión y poder ayudar a otras personas a conocer a Dios, también me fortalece mucho. Me acerqué mucho a la gente en Pensilvania.” compartió Dairong Li
La obra misional mormona está abierta a miembros de la Iglesia entre las edades de 18 a 25 años. Aunque es algo voluntario, el servicio es muy recomendable y puede resultar en una asignación a una de las 421 misiones en todo el mundo.
“Es algo así como nuestra obligación de ir y compartir este mensaje con otras personas. De hecho, tuve un deseo de ir después de que me bauticé.”, expresó Dairong Li.
A pesar de las barreras de lenguaje y cultura, Li descubrió que su experiencia lo ayudó a relacionarse con las personas y lo hizo ser un mejor misionero.
“Mi experiencia me ayuda a entender lo que representan, su creencia. También me ayuda cuando los invito a hacer algo como orar o leer las Escrituras. Puedo entender sus sentimientos”, comentó Li.
Li creció como hijo único en Qingdao, China, una ciudad portuaria de 9 millones de personas en la provincia oriental de Shandong. Se identificó como ateo en un país donde el 61 por ciento se describió a sí mismo como “ateo convencido” en el 2015.
“Aprendimos en la escuela que no hay un ser superior en la vida. Aprendimos un poco, pero no me obligaron a creer eso. Simplemente creemos que la vida es vida. Vives y luego te vas.” compartió Dairong Li
Li comenzó a notar que algunas personas en su ciudad natal iban a una iglesia católica. “Me preguntaba, ‘¿Qué hacían?’” él dijo.
China reconoce a cinco grupos religiosos: católicos, protestantes, budistas, musulmanes y taoístas, pero no a los Santos de los Últimos Días. Aunque algunos ciudadanos chinos se identifican como mormones, la Iglesia no envía misioneros a China ni realiza actividades de proselitismo allí.
Li se mudó al área de Los Ángeles con su madre en el 2014, su padre los precedió y obtuvo tarjetas de residencia para ellos.
Su atracción por el mormonismo se debía a sus enseñanzas y a la actitud de las misioneras. Parecían “súper felices”, comentó él.
“Al principio, para mí fue un poco diferente porque antes no tenía una religión. Las misioneras comenzaron a enseñarme sobre el evangelio de Jesucristo y como Él podría traer paz y felicidad en nuestra vida. Para mí, en mi corazón, no estaba muy seguro de si las Escrituras eran verdaderas, o si había un Dios, o quién era Jesucristo “, dijo.
La aceptación de la familia al mormonismo trajo una sensación de paz que él no había sentido antes. “Eso hizo que me interesara en aprender más”, dijo Dairong Li.
Después de decidir convertirse en misionero, Li pasó tres semanas en el centro de capacitación misional SUD en Provo, Utah. Las autoridades de la Iglesia aceptaron su solicitud y lo enviaron a la misión de Pittsburgh, que abarca desde Jamestown, Nueva York, a Harrisburg, y hasta Wheeling, West Virginia.
Un típico día en la misión comienza con el estudio personal a las 6:30 a.m. y seguido con actividades de proselitismo hasta las 10:30 p.m.
Lunes antes de las 6 p.m. está reservado para actividades personales y correspondencia por correo electrónico con la familia. Las llamadas telefónicas a familiares están permitidas sólo en Navidad y en el Día de la Madre, compartió Williams.
Algunas lecciones se realizan por citas, mientras que otros se hacen yendo de puerta en puerta y conociendo gente en la calle. Li ha aprendido que no todos están abiertos a escuchar sobre Dios, su evangelio y la historia de la Iglesia.
“Para algunas personas puede parecerles difícil comprender algún tema de la doctrina, ellos quieren no creer, simplemente nos rechazan.” Dijo Williams.
“LA GENTE NECESITA MÁS A DIOS”
Hace poco, un día miércoles, Li y Williams encontraron una audiencia receptiva en Sheila Cole y sus hijos Destiny, 18 y James, 12.
La familia estaba sentada en un banco frente a la corte del condado de Westmoreland, y Williams parecía conectarse con James cuando expresó interés en predicar.
“¿Por qué quieres ser un predicador?”, Dijo Williams.
“Siento que la gente necesita más a Dios”, respondió James.
Williams continuó, “En la década de 1800, había un joven. Él era 2 años mayor que tú. Él vivió en Nueva York. Su nombre era José Smith. Él tenía una pregunta, ¿por qué habían tantas religiones diferentes? Él quería saber cuál era la correcta.”
Williams habló con la confianza de alguien que se crió en la Iglesia y se bautizó a los 8 años.
La pareja, vistiendo las camisas blancas, corbatas oscuras y placas con sus nombres respectivos, pusieron fin a la pequeña charla de cinco minutos ellos le pidieron sus datos a Sheila para que pudieran hablar más adelante. Sheila Cole dijo que ya había sido visitada anteriormente por los misioneros mormones pero que nunca los había invitado.
“Los invito a todos a buscar la verdad mediante cualquiera de estos métodos, pero, en especial, a través de la revelación personal de Dios. Él revelará la verdad a quienes la busquen tal y como consta en las Escrituras. Requiere más esfuerzo que una búsqueda en internet, pero vale la pena.” Elder Marcos A. Aidukaitis (Si alguno tiene falta de sabiduría)
Este artículo fue escrito originalmente por LDS Living Staff, y fue publicado por ldsliving.com bajo el título: “What Led an Atheist to Embrace the Gospel, Become a Mormon Missionary”