Un psicólogo explica la “Fase incómoda” de un misionero retornado

misionero retornado

“El profesor de psicología de BYU, Dr. Ed Gantt, respondió cinco preguntas cruciales que cada misionero retornado enfrenta en esta fase posterior a la misión.”

“Ella todavía se está ajustando.”

“Él está atravesando por esa fase incómoda post-misional.”

“Ella sólo necesita un poco más de tiempo para regresar a la normalidad.”

misioneros retornados Misioneros que regresan antes

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Todos hemos escuchado estos comentarios sobre los misioneros que retornaron de la misión. Muchos de nosotros probablemente los hayamos hecho y muchos de nosotros probablemente fuimos los misioneros de los que se habló.

misioneros

No hay duda al respecto, los misioneros que regresan a casa llevan consigo la sensación de que algo está un poco fuera de lugar, como el estar en una “fase incómoda” después de la misión que los amigos y la familia no pueden dejar de notar. Si bien es divertido hacer bromas al respecto, es muy poco gracioso, y a veces doloroso, experimentar realmente esos ajustes incómodos como misionero retornado.

Sin embargo, para los futuros y actuales misioneros retornados, es importante darse cuenta de que la “fase incómoda” posterior a la misión es bastante normal. Incluso saludable.

misioneros mormones

El profesor de psicología de BYU, Dr. Ed Gantt, respondió cinco preguntas cruciales que cada misionero retornado enfrenta en esta fase posterior a la misión. Estas respuestas proporcionan información sobre los ajustes psicológicos y espirituales que los misioneros retornados enfrentan y ofrece consejos sobre cómo salir de esta etapa de transición más fuerte que antes.

Asegúrate de revisar estas ideas inspiradoras que el Dr. Gantt ha brindado a continuación.

¿Cómo lidia tu mente ante los grandes cambios de la vida, como regresar a casa después de la misión?

servir en una misión

“A los seres humanos les gusta la estabilidad y la rutina. Incluso los más aventureros y espontáneos dependen mucho de una vida ordenada y estructurada. Servir como misionero de tiempo completo implica una gran cantidad de rutina y estructura; tener esa estructura y rutina cambiada de manera repentina puede ser resultar confuso.

En medio de grandes cambios en la vida y el estilo de la misma, buscamos algo de estabilidad, algo firme o constante para aferrarnos. Los misioneros que llegan a casa, que no tienen nada a lo que “aferrarse ”que pueda proporcionarles cierta estructura y dirección, a menudo experimentan la transición de la vida misional a la vida de ser miembro más difícil y confuso de lo que debería ser.”

¿Cuáles son algunos de los “efectos secundarios” o desafíos que los misioneros pueden esperar cuando regresan a casa?

misionero

“Hay muchos desafíos que enfrentan los misioneros al volver a casa y hacen la transición a la vida posterior a la misión. Por ejemplo, encontrarse cara a cara con la sensación de que ya no son tan importantes como solían ser, que lo que hacen es  “ordinario” mas no especial.

A los misioneros se les enseña repetidas veces (y se les ha enseñado desde pequeños) que ser misionero es una de las cosas más importantes que pueden hacer y que un compromiso a tiempo completo al servicio del El Señor es el tipo de cosa que hace una gran diferencia en la vida de los demás.

mujer

Ser misionero, a menudo involucra el sentido de que lo que uno está haciendo a cada momento, día a día tiene consecuencias realmente profundas y eternas; y que el Señor está contando nosotros para que hagamos lo correcto todo el tiempo, para que de esa manera las vidas de las personas se puedan cambiar y las almas se puedan salvar.

Sin embargo, una vez que llegas a casa esa sensación de que lo que haces tiene un nivel de importancia en la vida de las personas y en el gran esquema eterno de las cosas tiende a desaparecer rápidamente. Ya no tienes un título especial por el que todos te llaman, ya no llevas puesto un traje y corbata (o un vestido) todos los días, ya no hay una placa con tu nombre.

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Es bastante fácil sentir que ya no importas mucho. Por supuesto, no es verdad, sin embargo es fácil dejarse seducir por esto dado que nosotros, como Iglesia, a menudo no hacemos lo necesario para asegurarnos de que esa transición sea fluida y que los misioneros retornados desarrollen una nueva sensación en la que se sientan útiles y puedan reemplazar las que tenían cuando era misioneros de tiempo completo.”

En su opinión, ¿cuál es la mejor manera de enfrentar estos desafíos?Tres consideraciones para dar una mala noticia a tu misionero

“Diría que es absolutamente vital que los misioneros retornados sigan manteniendo su rutina y estructura en sus vidas. Ellos necesitan comprometerse a seguir con sus nuevas vidas: conseguir un trabajo, ir a la escuela, seguir participando activamente en su barrio, etc.

Además, deben mantener los estándares de su misión, incluso si no es en el horario y el código de vestimenta exacto. Es decir, continuar estudiando las Escrituras diariamente, continuar orando, asistir al templo con la mayor frecuencia posible, hacer sus visitas con la misma preocupación y el mismo deseo que tenían de trabajar con sus investigadores en el campo misional.

Hay una razón por la cual los misioneros se sienten tan espiritualmente elevados mientras sirven misiones, y también hay una razón muy clara por la cual ese sentimiento disminuye o desaparece una vez que vuelven a casa y son relevados.

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Si desean continuar experimentando todos los tipos de milagros, bendiciones y la compañía del Espíritu Santo que experimentaron como misioneros, deben continuar haciendo muchas de las cosas que hicieron como misioneros. Por supuesto, es importante no pretender fingir que todavía son misioneros de tiempo completo, apartados para ese propósito, eso también puede llevar a la frustración y la confusión. No obstante, pueden continuar esforzándose a diario por tener la presencia del Espíritu en su vida, incluso mientras están avanzando en su plan de vida y los nuevos desafíos diarios que conlleva el ser miembro de la Iglesia.”

¿Qué efectos secundarios psicológicos (de haber alguno) podría tener un misionero después de regresar a casa?

lecciones de amor

 

“En general, es normal sentirse “desanimado”, así como sentir algo de “decepción”, por algunas de las razones que mencioné anteriormente. Después de todo, los misioneros a menudo tienen expectativas muy altas (incluso poco realistas) sobre cómo será su vida después de la misión, sólo para descubrir que las cosas no salen como pensaban que serían, especialmente cuando no sienten el espíritu de la misma manera o descubren que no pueden compartir algunas de sus experiencias sagradas con los demás con la misma libertad que tenían en el campo misional, o se dan cuenta de que no siempre hay alguien más con ellos a cada instante para ayudarlos a tomar decisiones, animarlos, recordarles un propósito común, etc.

¿Hay algún consejo o algo más que le gustaría contarles a los misioneros retornados?

Hay muchas cosas que sugeriría, pero trataré de mantenerlo breve e ir directo al punto.

personas

Primero, no tengas tanta prisa por volver a familiarizarte con el mundo, por ponerte al día con la última música, ver las últimas películas, y todo lo demás. Has pasado entre 18 y 24 meses ayunando de tales cosas, y el resultado ha sido una elevación espiritual y una claridad de propósito que probablemente nunca antes habías experimentado. Continúa haciendo el tipo de cosas que te ayudaron a lograr ese crecimiento, a sentir la presencia del espíritu y a conocer tu posición ante Dios.

Está bien, incluso es necesario, volver al mundo y reencontrarte con amigos, ir a citas, tener  un trabajo en el que puedas estar rodeado de aquellos que no comparten tus valores y normas, etc., pero no es necesario que te apresures en hacer todas estas cosas. Continúa levantándote temprano, estudiando las Escrituras, practicando el idioma (si tuvieras que aprender uno en tu misión), orando con frecuencia y buscando oportunidades para servir.

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Ya no eres un misionero de tiempo completo, así que por supuesto no deberías engañarte a ti mismo pensando que eres uno al continuar viviendo todos tus días en hacer divisiones con los misioneros en tu ciudad natal. Sin embargo, tampoco eres la misma persona que eras antes de tu misión, así que no te engañes pensando que estás volviendo a vivir el estilo de vida que llevabas antes de tu misión.

diferencia entre revelación e inspiración

Segundo, y tan importante como eso, recuerda siempre que ninguna transición en la vida es fácil o no tiene desafíos. Como misionero, los desafíos que enfrentaste en el campo misional (investigadores difíciles, compañeros problemáticos, aprender un idioma difícil, etc.) probablemente fueron en realidad bendiciones que te ayudaron a crecer en tu relación con el Señor, especialmente cuando lo buscaste por orientación y fuerza.

Al hacer la transición de un misionero de tiempo completo a un miembro “común” de la Iglesia es probable que se presenten algunos desafíos reales. Debes estar preparado para estos desafíos, debes utilizar lo que aprendiste como misionero y buscar la mejor manera de enfrentar esos desafíos para que puedas atravesarlos con eficacia y no desanimarte ni desenfocarte.”

Este artículo fue escrito originalmente por Danielle Beckstrom Wagner y fue publicado por ldsliving.com bajo el título: Psychologist Explains the RM “Awkward Phase”

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