El Señor ha establecido un modelo eterno de referencia, un modelo que nos ayudará a tener éxito y felicidad en todos los aspectos de nuestras vidas.
Cuando estaba en la secundaria me inscribí en una clase de arte, fue más por mi hermano que por mis habilidades artísticas naturales.
Nunca he podido recurrir a la creatividad necesaria para crear proyectos originales, pero descubrí una herramienta importante que favoreció el éxito de mis esfuerzos artísticos: un modelo de referencia.
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Aprende a seguir un modelo de referencia
Solía usar fotografías para comparar continuamente mis trabajos para verificar los ángulos, colores y sombras. Si no podía obtener el resultado deseado, le preguntaba al maestro qué era lo que estaba haciendo mal.
¿Estaba usando el pincel correcto? ¿Era incorrecta mi técnica? ¿Estaba usando los colores correctos?
Tener un modelo de referencia y la guía de alguien mucho más sabio y con más experiencia que yo, me permitió crear obras de arte. Mis pinturas estaban lejos de ser una réplica perfecta de los originales, pero estaban claramente hechas siguiendo un modelo.
Del mismo modo, el Señor ha establecido un modelo eterno de referencia. Él quiere que usemos modelos para tener éxito en todos los aspectos de nuestras vidas.
El modelo de referencia de Nefi
Nefi le recuerda repetidamente al lector que construyó un barco de acuerdo con el modelo que le mostró el Señor, a menudo yendo a una montaña para ser instruido.
Después de separarse de los lamanitas, Nefi y su pueblo tuvieron que empezar una nueva vida. Para hacer esto, se inspiraron en algunos modelos de referencia.
En 2 Nefi 5, Nefi describe algunos de estos:
- Construyeron espadas de acuerdo con el modelo de la espada de Labán.
- Construyeron un templo de acuerdo con el modelo del templo de Salomón.
- Vivieron felices (según el modelo de felicidad establecido por el Señor)
En lo que respecta a la seguridad, industria, arquitectura y lugares de adoración, y sus propias vidas, se utilizó un modelo de referencia. Al hacerlo, se inspiraron intencionalmente en las mejores obras de arte del hombre y de Dios.
Nuestro modelo de referencia
Ya sea que nos demos cuenta o no, entablamos nuestras vidas, carreras, hogares, talentos y pasatiempos siguiendo un modelo de referencia.
Tal vez cuidamos nuestra casa como lo hizo nuestra madre. Tal vez organizamos nuestras clases como lo hizo nuestro profesor favorito. Tal vez organizamos una fiesta de cumpleaños inspirada en el post de un desconocido en Pinterest.
O tal vez hacemos que nuestros hijos hagan actividades como lo hacen nuestros amigos.
Inconscientemente, siempre miramos a nuestro alrededor para encontrar un punto de partida en el cual podemos basar nuestra forma de vida.
Si no lo hacemos consciente e intencionalmente, terminaremos edificando nuestras vidas siguiendo las últimas tendencias o tomando a nuestros amigos del mundo como ejemplo, y de ahí es fácil convertirse en barcos movidos de un lado a otro por cualquier viento sin rumbo o dirección.
Hay muchos modelos de referencia dignos, y buscamos todas las cosas que sean virtuosas y dignas de alabanza.
Debemos seguir cuidadosamente los modelos específicos dados por Dios para que nosotros, como Nefi, podamos afirmar: “[No] construí el barco [o mi familia, o mi vida, o mi fe] según la manera de los hombres, sino que lo hice según el modo que me había mostrado el Señor” (1 Ne 18: 2).
Nuestro modelo eterno
El Señor nos ha dado muchos modelos de referencia, el mayor de los cuales es Su propia vida.
Estamos aquí para formar nuestras familias de acuerdo con el modelo de la Proclamación para el Mundo. Tenemos la tarea de llevar a cabo nuestros llamamientos en la Iglesia de acuerdo con el modelo establecido en el manual de instrucciones.
Debemos fortalecer nuestra fe de acuerdo con el modelo que se encuentra en las Escrituras y según lo enseñado por los profetas.
Lo más importante, y eso comprende todo lo demás, Jesús le preguntó a sus discípulos nefitas: “¿Qué clase de hombres habéis de ser?”. Él les mandó que fueran “Aún como [Él] es”.
El Salvador es nuestro modelo de referencia más grande e importante.
Tomamos Su nombre sobre nosotros, pero ¿realmente estamos viviendo nuestras vidas siguiendo el modelo del Salvador? ¿Estamos tomando tiempo intencionalmente para comparar cada pensamiento, acción y decisión con nuestro modelo divino?
Si no podemos igualar nuestra vida con la de nuestro modelo perfecto, debemos buscar la guía del Espíritu Santo para que nos muestre lo que necesitamos cambiar.
¿Tenemos algún pensamiento equivocado? ¿Hay algún hábito que debamos adquirir o abandonar? ¿Deberíamos reevaluar el equilibrio entre las diversas actividades en nuestra vida?
Cuando seguimos ese modelo, tenemos la maravillosa promesa de que “cuando [Cristo] aparezca, seamos semejantes a él” (Moro 7: 48). Ciertamente seremos versiones imperfectas de Su divinidad, pero será evidente que habremos vivido nuestras vidas según Su modelo.
Este artículo fue escrito originalmente por Ginevra Palumbo y fue publicado originalmente por lachiesarestaurata.it bajo el título “Di spade, templi e imbarcazioni: vivere seguendo il modello di riferimento del Signore”