“Faces of USGA”, un proyecto de fotoperiodismo sin fines de lucro que se dedica a difundir la conciencia de los estudiantes LGBTI en el campus de BYU, recientemente presentó a una estudiante lesbiana en BYU, quien simplemente se llama a sí misma una “joven mormona”. (USGA, o Understanding Same-Gender Attraction, es un grupo de estudiantes no oficial en BYU).
“Quiero que la gente vea mi cara, la gente LGBTI en BYU ha sido anónima por mucho tiempo, he estado en el anonimato por mucho tiempo, quiero que la gente sepa que estamos aquí”, escribe.
En un mensaje particularmente poderoso a los miembros de la Iglesia, “Mormon girl” compara su experiencia como lesbiana dentro de la Iglesia con un momento en una clase de quinto grado cuando su maestra y sus compañeros comenzaron a burlarse de las creencias mormonas, sin saber que ella misma era SUD.
“Por supuesto, no creían que estuvieran hablando de mí, estaban seguros de que no había mormones en su clase, porque si lo hubieran, lo sabrían. Era una sensación frustrante. La gente estaba haciendo suposiciones acerca de lo que yo creía y lo que yo era basados en información que era anticuada y falsa.Quería que la gente hablara con un mormón, hablar conmigo, para averiguar lo que yo creía y lo que yo era”, escribe.
“Esto no es muy diferente de lo que se siente al ser una persona LGBTI en BYU. A menudo se habla como si ninguno de nosotros estuviera presente. La gente habla de nosotros en tono sarcástico, burlón, o en tonos antagonistas directos. Lo que somos y lo que creemos basados en cosas que no son verdad. Quiero tanto que alguien, alguno, venga a mí y me pregunte lo que experimento, en lugar de decirme cómo me siento y lo que debo hacer”.
Esta observación me recuerda lo que Josh Searle, un mormón gay que aparece en el sitio web de la iglesia “Mormon and Gay”, dijo a East Idaho News. Él dijo: “Aprendí que es algo tan poderoso entrar en el sufrimiento de alguien y estar presente allí. No tienes que decir nada o hacer nada, sino sólo estar presente y decir que: “estoy oyendo tu dolor” esto tiene un inmenso poder para elevar las carga de los otros”.
Además de compartir mensajes poderosos, “Mormon girl” también compartió su historia:
“Salir del clóset a mi misma fue muy difícil, no pensé que ser gay fuera algo que podría pasarme sin mi permiso … Entonces tuve mi primera experiencia en la que reconocí de que no era sólo la admiración, yo estaba teniendo sentimientos por una chica. Me enojé mucho conmigo misma. Yo todavía creía que no nací gay y yo estaba segura de que estos sentimientos eran mi culpa. Yo pensé que era mi responsabilidad dejar de tener esos pensamientos y que yo no calificaría para la ayuda del Padre Celestial hasta que lo hice. Así que hice todo lo que sabía hacer: oré más, leí más mis escrituras, escuché discursos de la conferencia cada mañana, traté de ser la imagen de la rectitud. Pero yo no era perfecta y cada vez que sentía esos sentimientos arrastrándose hacia mi, le echaba la culpa al día en que no escribí en mi diario de gratitud o la noche que oré en mi cama en lugar de arrodillarme.
Cuando finalmente me permití – a los 22 años- considerar que tal vez no tenía elección en el asunto, me sentía como si se abriera un nuevo mundo. Todo empezó a tener sentido. Por primera vez en mi vida, estaba empezando a entenderme a mí misma. Yo era la misma persona, sólo había más de mí de lo que me di cuenta. Dios no me odiaba, yo no era un monstruo, yo solo era gay.
“Lamento toda la vergüenza que solía sentir, estoy orgullosa de lo que soy, saber que soy lesbiana es un privilegio y una bendición”.
Este artículo fue escrito originalmente por Danielle B. Wagner y fue publicado en ldsliving.com, con el título Lesbian Mormon Shares a Powerful Message to Members of the Church: “I Want People to See My Face” Español © 2017 LDS Living, A Division of Deseret Book Company | English © 2017 LDS Living, A Division of Deseret Book Company