Un artículo fortalecedor publicado en lds.org comparte las historias de fidelidad de unos miembros negros de la iglesia y sus experiencias antes y después de la revelación sobre el sacerdocio en 1978. Esta es la historia de la familia Martins.
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A principios de la década de 1970, Helvécio y Rudá Martis estaban en la búsqueda de una religión verdadera en Brasil. Debido al impulso de la familia de Rudá, la pareja pasó muchos años practicando el macumba, una religión que combina tradiciones africanas, enseñanzas católicas y el espiritualismo. Sin embargo, poco a poco comenzaron a sentir que el macumba no estaba cubriendo sus necesidades espirituales o acercándolos a sus familiares y antepasados fallecidos.
En 1972, dos misioneros mormones tocaron su puerta. Helvécio estaba interesado, pero tenía una preocupación apremiante. “Ya que la sede central de su iglesia se ubica en los Estados Unidos, un país con una historia de conflicto racial,” preguntó, “¿Su religión cómo trata a los negros? ¿Los negros son admitidos en la iglesia?”
Helvécio recordó que el misionero mayor “se movía nerviosamente en su silla” en respuesta. Antes de responder, los misioneros pidieron orar con Helvécio, Rudá y los niños. Luego, compartieron una historia sobre la restauración y explicaron la restricción del templo y el sacerdocio para su mejor entendimiento. Helvécio se sintió bastante satisfecho con la respuesta de los misioneros como para centrarse en las otras enseñanzas nuevas. En pocos meses, motivado por “el espíritu de las charlas y el amor de los miembros” en la iglesia, Helvécio y Rudá se bautizaron. En ese momento, estuvieron felices de permitir que el evangelio mejorara sus vidas y esperar – creían que hasta el Milenio – por ciertas bendiciones del sacerdocio.
Casi un año después de su bautismo, la familia Martins quedó sorprendida cuando sus bendiciones patriarcales les decían que se sellarían juntos como familia en esta vida y que su hijo serviría en una misión. Sin querer decepcionarse, entendieron que esperarían por esas bendiciones hasta el regreso de Cristo. Al mismo tiempo, la familia Martins deseaba estar preparada para lo que el Señor había planificado, abrieron una cuenta misional de ahorros para Marcus.
Durante los siguientes años, a medida que la familia Martins progresaba en la iglesia, los miembros les brindaban su apoyo – y a veces, expresiones incómodas de simpatía. En una oportunidad, un obispo dijo que sentía que el mayor desafío de Helvécio era permanecer fiel en la iglesia sin recibir el sacerdocio. “Obispo,” respondió Helvécio, “estaría agradecido si esa fuera una de mis mayores pruebas.”
En 1977, Helvécio y Rudá fueron invitados a visitar el sitio de construcción del templo de Sao Paulo, Brasil debido al llamamiento de Helvécio como director regional de relaciones públicas de la iglesia. Durante la visita, Helvécio y Rudá se detuvieron en lo que más tarde se enterarían que era el lugar del salón celestial. “Un espíritu poderoso tocó nuestros corazones,” recordó Helvécio. “Nos abrazamos y lloramos, sin entender la razón.”
Después de dos años, en la ceremonia de colocación de la piedra de coronación del templo, el Presidente Spencer W. Kimball llamó a Helvécio a su lado. “Hermano Martins,” le aconsejó, “lo que es necesario para su fidelidad es que se mantenga fiel y así, disfrutará de las bendiciones del evangelio.”
Articulo originalmente escrito por lds.org y publicado en ldsliving.com con el título “Standing in a Celestial Room, the Beautiful Witness This Black Family Had a Year Before the Priesthood Revelation.”