¿Alguna vez te has sentido culpable por no hacer la obra misional como deberías? O, ¿te has sentido culpable por no hacer la noche de hogar cada semana? Todos hemos cometido estos errores. Pero, no todos vivimos con una culpa constante, pasamos entrevistas cada semana, o nos quedamos despiertos toda la noche leyendo las Escrituras. Esto es “escrupulosidad”.
¿Qué es la “escrupulosidad”?
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El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es cada vez más conocido. Sin embargo, un tipo de TOC que se relaciona específicamente con la religión es menos conocido. Según Daily Universe, esta forma de TOC “se manifiesta a través de una obsesión con los temas morales y religiosos”, eso se llama escrupulosidad.
En un artículo diferente, Daily Universe escribió:
“Imagina estar obsesionado con tu dignidad personal para comparecer ante Dios, tienes pensamientos compulsivos que requieren que tengas un comportamiento religioso excesivo para poder ser digno ante Dios. Imagina estar agobiado por la necesidad constante de confesar un comportamiento pecaminoso a un líder eclesiástico y no poder aceptar nada menos que la perfección”.
“Para las personas que sufren de escrupulosidad, esto es una realidad”.
Los que sufren de esta enfermedad mental están obsesionados con su moralidad. Caen en la extravagancia para asegurarse de que están siendo fieles. Siempre se sienten culpables y temen no ser dignos del amor de Dios.
Un artículo de Ensign de 2019 decía:
“A menudo, hacer la oración, estudiar las Escrituras y asistir a la Iglesia y al templo ya no trae sentimientos de paz o una conexión con el Espíritu porque, por lo general, se hacen por temor al castigo o porque crean sentimientos de condena”.
“El enfoque religioso tiende a volverse estrecho y trivial; la práctica religiosa se vuelve extrema; y los comportamientos como orar y confesar se convierten en compulsiones repetitivas, persistentes e indeseadas que causan mucha angustia”.
“Por ejemplo, la confesión tiende a volverse crónica; por lo general, relacionada con indiscreciones o comportamientos minúsculos que se perciben erróneamente como pecaminosos; se vuelve impulsivo y repetitivo por temor a que las cosas no se hayan hecho de la ‘manera correcta’”.
“En otras palabras, con la escrupulosidad, el panorama general del plan de felicidad del evangelio se distorsiona y corrompe debido a la ansiedad”.
¿Qué otros problemas causa la escrupulosidad?
Un problema común para las personas con escrupulosidad son las preguntas de la entrevista para recibir la recomendación para el templo. Es casi imposible para ellos sentirse dignos. En una publicación del blog, una mujer escribió sobre su obsesión con el diezmo.
“Comencé a preocuparme por no haber pagado el diezmo de manera íntegra en el pasado, especialmente cuando trabajaba en una tienda de ropa vintage y, a menudo, ganaba ‘canjes’ en lugar de efectivo (es decir, trabajaba para obtener crédito en la tienda). Asimismo, me obsesioné con ser totalmente honesta y justa. Sentía que si no era ‘perfecta’; entonces, estaba pecando y no era digna”.
Esta enfermedad mental también tiene un gran efecto en los familiares de los que sufren. Un joven relató sus experiencias en otro artículo de Ensign de 2019. Pasó entrevistas con mucha frecuencia con su obispo. Dijo:
“Cuando estaba en el CCM, le envié un correo electrónico a mi padre, preguntándole si necesitaba confesar otro ‘pecado’ del pasado que había recordado. Cuando me dijo que no había hecho nada malo, no me alivió. En cambio, lo tomé como una señal de que Satanás estaba usando la misericordia de mi familia para tranquilizarme. Me convencí de que tendría que soportar esto solo, sin el apoyo de mi familia ni de los líderes del sacerdocio y volví a pasar entrevista”.
Este misionero realmente creía que su familia no estaba ahí para apoyarlo y amarlo. Perdió su conexión con el Espíritu Santo. Las personas con escrupulosidad tienden a distanciarse de sus familiares y amigos. Esto puede conducir fácilmente a un estado oscuro de depresión.
¿Por qué los miembros de la Iglesia luchan contra la escrupulosidad?
Anabella Hagen, directora de Mindset Family Therapy, dijo:
“Las personas que luchan contra la escrupulosidad pueden creer que no están haciendo lo suficiente y cuestionan continuamente sus intenciones y comportamiento”.
En la Iglesia, creemos que siempre podemos hacer más para mejorar. Esta podría ser una razón por la cual nuestros miembros sufran de escrupulosidad.
Asimismo, se nos enseña que la confesión es parte del proceso de arrepentimiento. Creemos que la confesión a un líder eclesiástico es importante en ciertas circunstancias. No todas las Iglesias practican esto. La escrupulosidad hace que las personas piensen demasiado y confiesen pequeños errores con frecuencia.
Durante mi investigación, encontré un discurso del Élder Holland que hablaba sobre el Sermón del Monte y concluía: “Sed, pues, vosotros perfectos”. Esto puede contribuir con nuestra búsqueda excesiva del perfeccionismo. El “TOC religioso” simplemente lo intensifica.
¿Cómo se supera la escrupulosidad?
El Élder Holland enseñó en ese mismo discurso:
“Con la excepción de Jesucristo, no ha habido comportamientos perfectos en este viaje terrenal en el que estamos embarcados; así que, mientras estemos en la tierra procuremos mejorar de forma continua sin obsesionarnos con lo que los científicos de la conducta llaman el ‘perfeccionismo tóxico’”.
La escrupulosidad es parte del “perfeccionismo tóxico” del que habló el Élder Holland. No podemos olvidar que Jesucristo fue la única persona perfecta que caminó sobre la Tierra. No se espera que seamos “perfectos” en este momento. Uno de los artículos de Ensign que estudié decía:
Todos tenemos debilidades y “hemos pecado, y estamos destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Esto se debe a nuestra actual condición mortal. Sin embargo, Cristo puede quitar nuestros tropiezos (véase 1 Nefi 14: 1) y por medio de Su gracia Él puede “hacer que las cosas débiles sean fuertes” (Éter 12:27).
Cristo fue perfecto y expió nuestros pecados. Debido a esto, Él puede ayudar a cualquiera a superar la escrupulosidad. El conocimiento y la tecnología moderna son unas de las formas en que Él envía esa ayuda. El Élder Alexander Morrison dijo:
“Debemos entender… que los líderes eclesiásticos son líderes espirituales y no profesionales de la salud mental. La mayoría de ellos carece de las habilidades profesionales y la capacitación para tratar eficazmente las enfermedades mentales profundamente arraigadas y se recomienda buscar asistencia profesional y competente para aquellos a su cargo que la necesiten. Recuerden que Dios nos ha dado el conocimiento y la tecnología que pueden ayudarnos a superar problemas graves como las enfermedades mentales”.
Obtener ayuda profesional es necesario para superar la escrupulosidad. Si estás luchando contra esta enfermedad mental, debes saber que el Padre Celestial ama a todos Sus hijos. Nadie está solo en esta vida.
Fuente: Third Hour