Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días reciben el mandamiento de participar de la Santa Cena todos los domingos para que recuerden el sacrificio expiatorio del Salvador y renueven sus convenios bautismales.
Desafortunadamente, algunos de nosotros podemos decidir dejar de asistir a la Iglesia. Esto sucede cuando nuestra fe se debilita debido a los desafíos. Siempre que te sientas desanimado a asistir a la Iglesia, recuerda que la Santa Cena tiene el poder de elevar nuestros corazones mediante el Espíritu Santo y la expiación de nuestro Salvador.
A continuación, mencionaré algunas de las razones más comunes por las que podemos dejar de ir a la Iglesia y también las razones por las que debemos asistir a pesar de las dificultades.
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1. Cuando sientes que no eres lo suficientemente digno
“No hay camino tan profundo que la luz del Evangelio no pueda alcanzar”.
El Élder Jeffrey R. Holland, un apóstol del Señor, declaró:
“No es posible que se hundan tan profundamente que no los alcance el brillo de la infinita luz de la expiación de Cristo”.
Cada vez que sentimos que nos hemos desviado del camino durante demasiado tiempo, la expiación de Jesucristo hace posible que regresemos. “Hay espacio para ti aquí,” dijo el Presidente Uchtdorf.
El Señor nos está llamando para que regresemos. Si crees que has cometido pecados más allá del arrepentimiento, el Señor te ha proporcionado obispos y presidentes de rama que te darán los consejos adecuados que te ayudarán a saber qué acciones tomar para volver a la luz por completo.
2. Cuando te has sentido maltratado de alguna manera
“¡Qué momento tan oportuno para dejar de lado el enojo y perdonar!”
Recordar la expiación del Salvador durante la Santa Cena nos permite reflexionar sobre Su ejemplo de perdón. El Salvador suplicó al Padre Celestial en la cruz:
“Padre, perdónalos; porque no saben lo que hacen”.
El día de reposo es un día maravilloso para perdonar porque es uno de los momentos en que también se nos perdona por nuestros pecados.
3. Cuando tu cónyuge no asiste a la reunión sacramental
“Amo a mi cónyuge lo suficiente como para permitir que vea mi ejemplo de no asistir a la Iglesia”.
La razón por la que amar a Dios es el primer mandamiento más importante es porque si amamos a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente, Él nos permitirá irradiar Su amor hacia nuestros semejantes. Si realmente amas a tu cónyuge, no lo privarás del amor infinito de Dios que podría sentir a partir de tu ejemplo.
4. Cuando no tienes amigos en la Iglesia
“Encontré amigos en el trabajo y en la escuela, creo que puedo encontrar uno en la Iglesia”.
En la Iglesia, compartimos la misma fe, vivimos cerca unos de otros, dentro de los límites del área, y los miembros creen que todos somos hermanos y hermanas. Por eso es fácil hacer amigos. Todo lo que se necesita es una sonrisa y un apretón de manos, y pronto te preguntarán de dónde vienes.
Aquí se nos enseña a “demostrar interés genuino por los demás; sonreír y hacerles saber que nos preocupamos por ellos” (Para la fortaleza de la juventud, “Las amistades”).
Todos nos esforzamos por amarnos unos a otros. Después de todo, es el segundo gran mandamiento de Dios. Al obedecer este mandamiento, se nos anima a hacernos amigos de los miembros y no miembros de la iglesia.
5. Cuando sientes que hay demasiadas distracciones en la Iglesia
“Hay distracciones. Pero, ¿por qué soy el único que se distrae?”
En Alma 32:38, dice:
“Mas si desatendéis el árbol, y sois negligentes en nutrirlo, he aquí, no echará raíz; y cuando el calor del sol llegue y lo abrase, se secará porque no tiene raíz, y lo arrancaréis y lo echaréis fuera”.
Al igual que el árbol, nuestra fe y enfoque en la Santa Cena se “marchitará” si “no pensamos” en prepararnos para esta sagrada ordenanza. Entonces, ¿cómo podemos preparamos? Podemos leer las Escrituras, orar para obtener guía y enfoque, además podemos ayunar. Hay muchas cosas que podemos hacer para que nuestro día de reposo sea edificante y espiritual.
6. Cuando las cosas mundanas te llaman la atención
“No encontraré mi vida si no es por Cristo”.
En Mateo 16:25 dice:
“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”.
La razón por la que la mayoría de personas pasan su vida buscando otros medios de felicidad es porque nunca han encontrado la felicidad eterna que viene a través de Jesucristo.
Si participamos de la Santa Cena constantemente, estaremos más contentos con las bendiciones espirituales que Dios derramará sobre nosotros. Las cosas mundanas nunca podrán reemplazar la felicidad que proviene de las familias eternas, las bendiciones personales que Dios nos promete, la salvación de nuestros seres queridos fallecidos y muchos otros dones supremos.
7. Cuando crees que aún puedes adorar y orar en tu casa
“Es por la Santa Cena. Voy a la iglesia por la Santa Cena”.
Un hijo le preguntó a su padre de 96 años:
“Papá, ¿por qué vas a la iglesia? No puedes ver, no puedes oír, es difícil para ti moverte. ¿Por qué vas a la iglesia?”
El padre respondió:
“Es por la Santa Cena. Voy a participar de la Santa Cena”.
Solo podemos participar de la Santa Cena a través del poder del sacerdocio que se usa para administrar en la Iglesia. Debido a este poder, podemos renovar nuestros convenios con Dios.
La Santa Cena es una experiencia maravillosa. Su significado es eterno y las bendiciones que contiene no se encuentran en las cosas del mundo.
A través de nuestra obediencia y esfuerzo diligente para participar de la Santa Cena cada semana, tendremos la guía infinita del Espíritu Santo en nuestras vidas, y seremos refinados a través del poder purificador de la expiación de Jesucristo.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito y publicado originalmente por faith.ph con el título “7 Reasons to Attend Sacrament Meeting”.