Tal vez muchos se preguntan como los mormones celebramos la Navidad, pues bien, no es tan distinto a cómo la mayoría lo hace, podríamos agregar ciertas cosas aunque en Perú podrían añadirse más por la cantidad de costumbres y riqueza cultural que alberga nuestro querido país. Habiendo dejado en claro esto, voy a contarles cómo es que celebramos los ‘santos de los últimos días’ en Perú esta fecha tan especial.
La Navidad en Perú es un evento sin precedentes donde el color rojo y verde predomina en nuestras queridas ciudades. Las luces navideñas pueden ser vistas desde las calles, en la mayoría de casos los regalos se encuentran debajo de los árboles navideños, fuegos artificiales alumbran los cielos, las familias permanecen más unidas que nunca y todo esto se debe a la única e importante razón: recordamos la llegada de Jesucristo, nuestro Salvador.
Devocional de Navidad:
Los mormones peruanos nos preparamos para esta fecha escuchando mensajes inspiradores de nuestros líderes, semanas antes de Navidad. Cada año, presenciamos la transmisión a nivel mundial de la Devocional de Navidad de la Primera Presidencia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, escuchamos al maravilloso Coro del Tabernáculo Mormón y la increíble Orquesta de la Manzana del Templo.
Decoración del hogar:
Decorar el hogar con luces, coronas, guirnaldas, cambiar el mantel de la mesa, armar el árbol navideño y el nacimiento es una bella costumbre que ponemos en práctica porque incluye la participación de todos los miembros de la familia, eso lo valoramos mucho. La experiencia queda para el recuerdo, especialmente para los más pequeños.
Villancicos:
Llegado el día, un grupo de miembros de la Iglesia, sean jóvenes o adultos, se juntan horas antes de las 12 de la noche para ir de casa en casa a visitar a algunos vecinos y mormones de la zona, que quizás estén solos, para cantarles himnos y villancicos navideños.
Gratitud:
Minutos antes de la hora, solemos orar en familia, agradecemos a Dios por todas las bendiciones que hemos recibido hasta la fecha y recordamos a Jesucristo, quién nació para enseñarnos con el ejemplo el amor y la fe. Cuando finalmente el reloj marca las 00:00 horas, lo primero que hacemos es abrazar a nuestros seres queridos y decirles ¡Feliz Navidad!
Luces en el cielo:
Es costumbre usar fuegos artificiales para celebrar la Navidad. Sin embargo tratamos de evitar los juegos pirotécnicos que pueden poner en riesgo nuestra vida, y con esto me refiero a los famosos ‘rata blanca’, ‘calavera’, ‘chapana’ entre otros que están considerados como detonantes en Perú.
Cena navideña:
Aunque aquí es época de verano, nosotros solemos comer panetón y leche chocolatada por tradición. También preparamos el tradicional pavo navideño para la cena que se desarrolla minutos después de 12 de la noche. Aunque, en algunos casos, los peruanos también prefieren el chancho al horno en estas fechas.
No tomamos vino para brindar, lo reemplazamos por gaseosa o un refresco. Todo esto lo hacemos escuchando música navideña mientras charlamos.
Entrega de regalos:
Siempre nos damos un tiempo para ver los regalos que están debajo del árbol navideño. Aunque debo decir que ¡los más pequeños son los más premiados!
Entendemos el verdadero sentido de la Navidad. Sabemos que debe ser una época de reflexión en el nacimiento del Salvador, una época de celebración y de generosidad. Con esto no quiero decir que no damos obsequios en Navidad, si lo hacemos, aunque no lo consideramos el eje de esta celebración.
Debo decir que: “Para los Santos de los Últimos Días, la Navidad consta de un elemento recordatorio y de uno profético. Por un lado es un recordatorio de dos acontecimientos grandes y solemnes, que se recordarán como los sucesos más poderosos y más maravillosos de la historia de la humanidad. Se [preordenó] que ambos tuvieran lugar antes de la creación de este planeta. Uno de ellos fue la venida del Salvador, en el meridiano de los tiempos, para morir por los pecados del mundo; el otro es la futura venida del Redentor resucitado y glorificado, para reinar en la tierra como Rey de reyes” [“What Christmas Suggests to a Latter-day Saint”,Millennial Star, 2 de enero de 1908, pág. 1].
