“Licenciado especializado en Psicología familiar responde pregunta de una hermana con un problema con el chisme en su familia.”
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Por Jonathan Decker, Licenciado en Psicología Familiar y Matrimonial
Pregunta:
Un miembro de mi familia está tratando de interponerse entre mi esposo y yo. Esta persona habla de mi esposo a sus espaldas. Ahora, siempre le digo a mi esposo todo, no hay secretos. El Evangelio me enseñó que mi esposo es mi compañero y compartimos las cosas al 100%. Tengo miedo de confrontar a esta persona porque tienen algunos problemas mentales / emocionales y puede afectarle. ¿Qué cosas puedo hacer?
Respuesta:
Gracias por la pregunta. Encontrarse atrapado en medio del drama entre tu cónyuge y su familia es difícil, ciertamente no pediste eso, sin embargo, ahí lo tienes. Tienes razón al priorizar tu relación con tu esposo antes que con cualquier otra persona (excepto el Señor). Parece que este miembro de la familia sólo quiere ser escuchado y cree que eres una buena oyente, pero definitivamente podría haber un motivo de manipulación.
No estoy seguro de que haya algo en el Evangelio que diga que debes compartir cada pequeño detalle de información con tu esposo, debemos dejar en claro que una cosa es guardar un secreto, ocultar información o mentir, eso no está bien, y otra cosa es decidir que no estás en la posición de decir algo al respecto. La verdad es que, si este familiar tiene problemas con tu esposo, él debería expresarle esas cosas a él, no a ti y puedes decirle eso.
Si estuviera en tu lugar, diría algo como “Puedo ver que estás molesto, y estoy agradecida de que confíes lo que estás sintiendo en mí. Necesito que sepas que, por mucho que te quiera, mi primer compromiso es con mi esposo. No me gusta esconderle cosas y, a pesar de que deseo confíes en mí, no puedo guardarle secretos. Honestamente, si estás preocupado por él, habla con él. Él escuchará, intentará comprender y hacer cambios si los necesita.”
Si esa persona se siente más cómoda si tú estás presente en la conversación, o si un terapeuta estuviera presente para ayudarlos a navegar el conflicto, entonces aliéntalo y facilítalo. Si él prefiere evitar expresar sus sentimientos hacia tu esposo, anímalo a hablar con un consejero o líder del sacerdocio para mantener sus confidencias con ellos en vez de ti.
Las personas con grandes problemas mentales y emocionales necesitan apoyo, pero también necesitan límites. Su mundo se siente inestable, y los límites les ayudan a saber dónde están las líneas. De lo contrario, pueden jugar con tu compasión y lograr que comprometas tus límites y estándares, lo cual no es bueno para ellos, para ti, ni para Cristo.
Realmente espero que esto te haya ayudado.
Para aquellos que leen este artículo, ¿qué consejo darías? ¿A quién conoces que necesita este artículo?
Este artículo fue escrito originalmente por Jonathan Decker, y fue publicado por ldsliving.com bajo el título: “Ask a Mormon Therapist: How do I Confront Family Gossip About My Husband?”