Presidente Gordon B Hinckley
Fue el décimo quinto Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Recuerdo la primera vez que supe de él, visito mi país y junto a mi familia fuimos a verlo, tenía 8 o menos años, estábamos a muchos metros de distancia y apenas podía verlo, pero en ese instante sentí algo que hasta ahora perdura en mí, ver todos los pañuelos blancos en señal de saludo y admiración por un hombre que había venido a visitarnos de lejos. No recuerdo nada del mensaje que compartió en esa ocasión pero si recuerdo lo feliz que me sentía de saber que por lo menos había visto a un profeta de Dios.
Los años pasaron y Gordon B. Hinckley se convirtió en uno de mis mejores amigos, nunca volví a verlo ni lo conocí en persona, pero por medio de las revistas, conferencias y mensajes que compartía, sentía siempre como si me hablara a mí solamente.
Recuerdo el entusiasmo que mostraba y la frase “todo saldrá bien” que a menudo compartía con nosotros los jóvenes de la iglesia. Podía sentir que él era tal como lo dijo el Presidente Monson, un gigante en el evangelio.
Los años han pasado y cada día me convenzo más de que él fue un profeta de Dios para el tiempo en el que sirvió como Presidente de la iglesia.
He aprendido muchas cosas de él y me gustaría compartir 7 cosas que recuerdo y he aprendido del presidente Hinckley
- Se Inteligente: «…Todo a su alrededor es la competencia, … sacrifiquen cualquier cosa que les habilite para desempeñar un trabajo en el mundo. … Pertenecen a una Iglesia que enseña la importancia de la EDUCACION. …». él creo el programa del Fondo Perpetuo para la Educación, un programa que ayuda a jóvenes de bajos recursos a acceder a un préstamo estudiantil que les permite acceder a una educación de calidad.
- Comparte tus creencias con el mundo: Mucho antes de Facebook y el boom de las redes sociales, el Presidente Hinckley reconocía la importancia de los medios de comunicación, fue uno de los primeros líderes de la iglesia en ser entrevistados en programas de señal abierta, muchas veces las entrevistas no fueron muy cordiales pero él siempre supo defender y compartir su fe. Él ayudo a sacar de la “oscuridad y anonimato” a nuestra iglesia y hoy en día se habla mucho más de nuestras creencias que antes de que él fuera llamado como presidente de la Iglesia.
- El templo es para todos: Cuando Gordon B. Hinckley asumió la presidencia de la Iglesia, existían 47 templos en el mundo, para el 2008, año en que falleció, el número de templos construidos por la iglesia había superado de lejos los 100. Demostrando que para él, las ordenanzas salvadoras del sagrado templo debían estar disponibles para todos no importa donde estuvieran.
- La edad es lo de menos : Cuando tienes 85 años se supone que deberías estar disfrutando de una jubilación junto a tus nietos e hijos, sin embargo, esa fue la edad de Gordon B. Hinckley cuando asumió la presidencia de la Iglesia, el reto de dirigir una organización mundial podría abrumar a cualquiera pero para él de seguro significo el más grande reto y la más grande bendición de ser el profeta de Dios en la tierra, cuando pienses que estas muy viejo para asumir un reto o hacer algo importante acuérdate del Presidente Hinckley, y no olvides que trabajo hasta los últimos Días de su vida, cuando ya tenía 97 años.
- Se optimista: hace poco conocí a una esposa de un ex ayudante del Presidente Hinckley, cuando hablamos de él, me dijo que nunca había conocido a una persona tan optimista, cuando sus consejeros se acercaban preocupados por alguna situación delicada en la Iglesia, él a menudo respondía, no se preocupen todo funcionara, todo saldrá bien. Esas palabras trato de tenerlas siempre presente. “todo saldrá bien” “todo funcionara”.
- Jesús es mi amigo… nadie me ha dado tanto como él: Cada vez que escucho el testimonio de nuestro profeta, me estremezco al ver y sentir un amor puro y un conocimiento perfecto del salvador, siento que él conocía a Jesucristo, era su amigo, su ejemplo, su maestro, su salvador, su redentor y sin él nada tendría sentido.
- Nosotros somos el futuro del que tanto hablo: Cada vez que me siento desanimado por los problemas diarios de la vida, me acuerdo de cuanto hubiera querido nuestro profeta vivir en estos tiempos, él sabía que estos años iban a ser cruciales para la iglesia y siempre decía que se sentía tranquilo de saber que la juventud haría un buen trabajo para llevar el evangelio a todo el mundo. También recuerdo que decía que no éramos la gran cosa pero éramos todo lo que el Señor tenía, su genialidad y simpatía nos hacía sentir especiales y a la vez personas comunes, con defectos pero a la vez virtudes.
Cuanto hubiera dado por conocer a Gordon B. Hinckley, él fue un gigante en el evangelio, muy pocas personas en el mundo han influenciado tanto en mi como él, El Presidente Hinckley fue el profeta de mi niñez, de mi adolescencia, fue quién firmo mi llamamiento misional, cuando caminaba y testificaba de los profetas, testificaba de él, personas como Gordon B. Hinckley hicieron que millones se acerquen más al salvador por medio de su ejemplo. Cuanto lo extraño, que bendecidos fuimos de vivir en el tiempo en el que Gordon B. Hinckley fue el profeta de Dios. Y que bendecidos somos de tener también hoy un profeta escogido por el Señor, nuestro querido Presidente Monson. Gracias a personas como Gordon B. Hinckley sé que la iglesia es verdadera y que Jesucristo es nuestro salvador.