Por qué el Presidente Hinckley le pidió a un Ministro Bautista del sur que lo visitara

Presidente Hinckley

“El Presidente Hinckley se reunió con Ministro bautista, Lynn Ridenhour, quien predicaba sobre el Libro de Mormón, después de hacerle una invitación.”

El Ministro bautista, Lynn Ridenhour, pensó que era una broma cuando levantó su teléfono un día y escuchó “Mi nombre es Elder Robert Oaks” en el otro extremo.

Ridenhour compartió entre risas: “Tengo pocos amigos, y a veces nos hacemos eso el uno al otro.” En esa oportunidad, en lugar de responder de la misma manera como lo haría con uno de sus amigos, Lynn escuchó cortésmente y pronto descubrió que no era una broma. Ese realmente era el, en ese entonces, Elder Oaks y lo estaba invitando a él, un ministro bautista, a reunirse con el Profeta de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

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Mientras estaba en una charla fogonera un miércoles por la noche, Ridenhour explicó cómo llegó a tener esa invitación.

En el 2005, Ridenhour, Ministro Bautista del sur, estaba predicando no sólo acerca de la Biblia, sino también sobre del Libro de Mormón. Habiendo crecido cerca de Liberty, Missouri, Ridenhour no estaba familiarizado con los mormones; él Incluso recuerda haber orado para que Dios salve a “esas pobres almas engañadas” cuando pasaba junto a los turistas reunidos en los sitios históricos de la Iglesia.

mormones

Sin embargo, después de que un vecino le ofreció un Libro de Mormón, Ridenhour dijo que no pasó de la primera página antes de sentir que el Espíritu le testificara que era verdad. Lo que siguió fue una experiencia parecida a la de Parley P. Pratt, con Ridenhour leyendo el Libro de Mormón día y noche hasta que lo terminó.

Él encontró al Libro de Mormón “más” Bautista “que el himnario Bautista del lugar”. Ridenhour no se convirtió a la Iglesia sino que comenzó a predicar acerca del Libro de Mormón junto con la Biblia.

Eventualmente, se supo acerca de un Ministro Bautista que predicaba sobre el Libro de Mormón, y tres meses antes de reunirse con el Presidente Hinckley, se le pidió a Ridenhour que hablara con un grupo de miembros mormones. Sin embargo, hubo un problema, él nunca antes había hablado con un grupo de mormones. Mientras pensaba en este dilema, Ridenhour dijo que recibió una clara impresión: “Quiero que vayas y que les pidas perdón.”

“Eso me tomó por sorpresa”, dijo Ridenhour. Él compartió: “De hecho, respondí inmediatamente al Señor. Creo que lo dije en voz alta: ‘Señor, nunca le hice daño a un mormón.’”

Mirando atrás en su historia familiar, Ridenhour descubrió algo: uno de sus parientes, por parte de su madre, había sido miembro del populacho de Missouri que le hizo cosas terribles a los Santos.

“Cuando descubrí eso, me dolió” dijo Ridenhour, “le dije al Señor ‘Lo entiendo; lo entiendo, quieres que vaya y les pida perdón por cómo uno de mis antepasados trató al suyo.’”

Él lo hizo. El 22 de enero de 2005, Ridenhour se presentó ante más de 200 miembros y hermanas con una declaración, previamente escrita, pidiendo perdón.

“Les pedi, por favor, antes que nada, que perdonaran a mi antepasado por lo que hizo, por favor perdónenlo” dijo Ridenhour. “Y luego dije: ¿Podrían por favor perdonarme como Ministro bautista por la forma en que tergiversé su fe? Por favor, perdónenme y, por favor, ¿podrían perdonar a los Ministros protestantes por la manera en que tergiversan su fe?”

Él dijo que empezó a llorar antes de poder terminar su declaración.

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Tres meses después, Ridenhour recibió la llamada del Elder Oaks, invitándolo a visitar al Presidente Hinckley cuando estaba en la ciudad. No mucho después, Ridenhour se encontró en Salt Lake cenando con el Profeta.

“Fue un momento maravilloso que pasamos juntos”, compartió Ridenhour, recordando al Presidente Hinckley, señalando que nunca antes hubo un Ministro bautista pidiendo su perdón.

A pesar de las diferencias en religión e historia familiar, Ridenhour, el Presidente Hinckley y otros cuatro invitados llegaron a encontrar elementos comunes no sólo en su amor por el Libro de Mormón sino también por el pueblo mormón.

Respondiendo a una pregunta y expresando que era “su deseo y su oración” que nunca haya más seminarios antimormones entre los protestantes, Ridenhour dijo que él y los otros invitados sintieron una sensación de unidad.

“Nadie dijo una palabra. Todos comenzamos a llorar. Fue como si nos diéramos cuenta de que todos estamos en esto juntos” expresó él.

“Este artículo fue escrito originalmente por Katie Lambert y fue publicado por ldsliving.com bajo el título: “Why President Hinckley Asked a Southern Baptist Minister to Visit Him

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