El Presidente Thomas S. Monson amaba estar entre los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Él parecía estar como “en casa” en todos los lugares que visitaba.
Eso fue especialmente cierto cuando llegó a Alemania, lugar que había visitado muchas veces, en sus primeros años como miembro del Quórum de los Doce Apóstoles. Hizo su primer viaje a la República Democrática Alemana (Alemania del Este) en 1968 cuando se le asignó supervisar el área de Europa, que comprendía todas las misiones en Alemania, Austria, Suiza e Italia. Más tarde, cuando esas misiones fueron transferidas a otro miembro de los Doce, el entonces Élder Monson mantuvo la responsabilidad de todos los países detrás de la Cortina de Hierro.
Fui con el Presidente Monson y su esposa, la hermana Frances J. Monson, a la antigua República Democrática Alemana. Escribí sobre esa visita en las últimas ediciones de Church News (véase Church News, ediciones de la semana del 10 de junio y 08 de julio, 2018). Enfoco este artículo en nuestra visita al Cementerio de St. Paul en Dresden, 26 de agosto de 1995.
Fuimos al cementerio sólo un par de horas después de llegar a Dresden en una lluviosa tarde de sábado.
El Presidente Monson, el entonces consejero de la Primera Presidencia, pidió que lo llevaran a la tumba del Élder Joseph A. Ott, un misionero de Utah que murió el 10 de enero de 1896, después de haber caído al agua fría mientras bajaba del barco que lo llevaba a su campo misional unos días antes. El Élder Ott nunca predicó el Evangelio de Jesucristo como misionero en Alemania.
En la tumba del Élder Ott, el Presidente y la hermana Monson se detuvieron bajo la lluvia tenue, bajo unos grandes paraguas de color azul y blanco, hablando en tono suave con el Élder Dieter F. Uchtdorf y su esposa, la hermana Harriet Uchtdorf.
También te puede interesar: Thomas S. Monson: Una vida dedicada al Señor
Conocí al Élder y la hermana Uchtdorf por primera vez en esa visita a Dresden. El Élder Uchtdorf, ciudadano alemán, fue miembro del Quórum de los Setenta (los miembros del primer y segundo quórum de los Setenta ahora se conocen como Setenta Autoridad General). Fue llamado al Quórum de los Doce Apóstoles en 2004 y como consejero del Presidente Monson en la Primera Presidencia en 2008. Después de la muerte del Presidente Monson, el 02 de enero, el Élder Uchtdorf volvió a ocupar su lugar en el Quórum de los Doce Apóstoles.
El Presidente de Estaca de Dresden, Siegfried Sacher, y Frank Apel, el antiguo presidente de la estaca, acompañaron a los Monson y los Uchtdorf a la tumba.
El Presidente Monson nos contó de una visita que hizo a la tumba del Élder Ott, unos 15 años antes. Describió cómo, acompañado por varios miembros locales de la Iglesia, fue al pequeño cementerio en la oscuridad de la noche. En contraste con la lluvia tenue del día de nuestra visita, dijo que una lluvia fría había estado cayendo todo el día en su visita anterior.
El Presidente Monson dijo que a través de las luces de una linterna leyó la inscripción en la lápida, que proporcionaba las fechas del nacimiento del Élder Ott el 12 de diciembre de 1870 en Virgin, Utah, y su fallecimiento el 10 de enero de 1896 en Dresden.
En esa visita anterior a la tumba, el Presidente Monson dijo que notó que la lápida de mármol había sido pulida, que le habían quitado la maleza al suelo que cubría la tumba y que el “poco de césped” había sido podado impecablemente.
El Presidente Monson dijo que preguntó quién había estado dando tan buen cuidado a la tumba. Se enteró que un joven diácono, Tobias Burkhardt, cuidó la tumba para honrar a un misionero que murió en una misión para el Señor. El Presidente Monson contó lo que Tobias le dijo, “Me siento cercano a la obra misional cuando cuido esta tumba donde descansa el cuerpo de un misionero.”
“Tobias pensaba que nunca llegaría a ir una misión de tiempo completo,” dijo el Presidente Monson, señalando las restricciones de viaje fuera de Alemania del este en ese tiempo. Él agregó, “Tobias estuvo en el primer grupo de miembros jóvenes que recibieron el permiso en 1989 para salir de la República Democrática Alemana para servir en misiones en otros países.
Con los años, otros miembros de la Iglesia cuidaron la tumba. Un poco antes del regreso del Presidente Monson al cementerio, habían limpiado la lápida y bañado de oro la inscripción. La lápida, una piedra obelisco casi blanca, se distinguía en el cementerio en donde la mayoría de las lápidas eran de una piedra más oscura.
Nuestra visita a la tumba del Élder Ott adquirió un aire de reverencia cuando el Presidente Monson habló sobre un joven misionero que murió mientras respondía su llamamiento a un campo misional lejos de su hogar en Utah y los esfuerzos de un joven diácono alemán por honrar a ese misionero que fue a predicar entre sus antepasados.
Artículo originalmente escrito por Gerry Avant y publicado en ldschurchnews.com con el título “An inside look at President Monson’s quiet moments of ministry.”