El 18 de diciembre, en la ciudad de Nueva York, después de elogiar el servicio de su amigo el rabino, Joseph Potasnik, el Élder Quentin L. Cook habló sobre las afinidades que existen entre las comunidades de los Santos de los Últimos Días y los judíos.
“Compartimos con nuestros amigos judíos la preocupación que sentimos por las personas oprimidas y los que enfrentan desafíos especiales,” dijo el Élder Cook, del Quórum de los Doce Apóstoles.
Hablando en nombre de la Asociación Profesional de los Santos de los Últimos Días de Nueva York, el Élder Cook ofreció un homenaje al rabino Potasnik, vicepresidente ejecutivo de la Junta de Rabinos de Nueva York, que fue honrado con el Premio al Liderazgo Visionario del evento.
Durante el evento, que se celebró en la histórica Capilla de Riverside en Manhattan y a donde asistieron más de 400 personas, el Élder Cook abordó algunas de las doctrinas únicas de la Iglesia que vinculan a los Santos de los Últimos Días con las personas de la fe judía.
El Élder Cook también elogió a la Asociación Profesional de los Santos de los Últimos Días, que ha sido “un lazo para los líderes destacados de diferentes religiones,” dijo.
También te puede interesar: La fe como identidad: ¿Por qué los miembros de la iglesia tienen la responsabilidad de proteger la libertad religiosa?
Existieron varias relaciones personales entre los judíos y los Santos de los Últimos días que fueron fuertes y gratificantes durante un largo periodo de tiempo, dijo el Élder Cook.
Anteriormente en su vida, cuando terminó su educación en la facultad de derecho en la Universidad de Stanford, el Élder Cook se unió a un bufete de abogados, donde el socio administrativo era de ascendencia judía y se convirtió en su mentor y querido amigo.
Una cantidad significativa de los amigos de los hijos Cook, ya que crecieron en el área de la bahía de San Francisco, también era de ascendencia judía. “Estoy seguro de que si se lo preguntáramos a ustedes que están aquí, esta noche, podrían recordar los mismos tipos de relaciones gratificantes.”
Una relación más institucional, o de “líder a líder,” entre las religiones, es más reciente, dijo el Élder Cook. “Creo que una de las razones por las que esto no ocurrió antes se debe a que nuestros principales centros de influencia se encuentran fundamentalmente en diferentes partes de los Estados Unidos.”
Curiosamente, en los Estados Unidos, los miembros de la fe judía y los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tienen una población de entre 6 y 7 millones. “El centro de influencia judía es la ciudad de Nueva York y el área circundante de la costa este, donde hay aproximadamente 3 millones de judíos. El centro de influencia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se encuentra en Utah y los estados aledaños, donde existen aproximadamente 3 millones de miembros.”
Inherente a esta distancia geográfica se encontraba la posibilidad de malentendidos, incluso con respecto a acciones que debían ser respetuosas y amables, dijo el Élder Cook.
En 2009, Robert Abrams, el ex fiscal general de Nueva York, que presentó por primera vez al Élder Cook con el rabino Potasnik, organizó una delegación de importantes líderes judíos de Nueva York para visitar a los líderes de la Iglesia en Salt Lake City.
“El rabino Joseph Potasnik estuvo en el centro de ese grupo de líderes judíos debido al respeto universal que obtuvo tanto en la comunidad judía como en gran parte de la comunidad de Nueva York, en la costa este,” dijo el Élder Cook. “Fui uno de los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que tuvo el privilegio de interactuar con ese grupo de rabinos en Salt Lake City y ser su anfitrión en las puertas abiertas del Templo de Oquirrh Mountain.”
El Élder Cook le pidió a Abrams que participara en la presentación del rabino Potasnik, señalando que cada vez que reunía a las dos religiones, elegía al rabino Potasnik como la atracción principal en la relación. También le pidió al embajador Dani Dayan, cónsul general de Israel en Nueva York, que participara en la presentación del rabino Potasnik.
Acompañado por el Élder Jack N. Gerard, Setenta Autoridad General, y el Élder David L. Buckner, Setenta de Área, durante su visita a Nueva York, el Élder Cook también visitó la sede del Comité Judío Estadounidense y se reunió con importantes líderes de la organización mundial de defensa judía. Además, se reunió con el embajador Dayan en su oficina. Más tarde, el embajador Dayan tuiteó sobre la reunión.
El Élder Cook también pasó tiempo con el cardinal Timothy Dolan, que la Asociación Profesional de los Santos de los Últimos Días honró hace dos años.
El Élder Cook dijo que cuando conoció al rabino Potasnik, comprendió por qué es tan respetado. “Disfrutamos de conversaciones maravillosas sobre temas importantes. Fue respetuoso incluso cuando no estábamos completamente de acuerdo.”
El Élder Cook dijo que el rabino Potasnik es conocido por construir lazos entre diferentes grupos religiosos y ampliamente reconocido por sus esfuerzos para promover el diálogo interconfesional e interreligoso.
“Creo que si eres realmente religioso, te das cuenta de que no es suficiente orar por tu propia gente”, dijo el rabino Potasnik. “No es suficiente orar por la paz de tu propia comunidad.”
El Élder Cook dijo que su relación personal con el rabino Potasnik mejoró enormemente cuando Abrams sugirió “la conmemoración de la dedicación de 1841 de Ordes Hyde de la Tierra Santa como un lugar de encuentro para el pueblo judío, que uniría aún más a nuestras comunidades.”
Al explicar la importancia de ese evento, el Élder Cook compartió la historia y la doctrina de la Iglesia.
El Élder Cook habló sobre la oración dedicatoria de 1836 del Templo de Kirtland, expuesta en Doctrina y Convenios 109. “Un aspecto de la oración dedicatoria de Kirtland tiene un significado especial para los judíos. Es la promoción de fe y la evidencia de la misión profética de José Smith.”
Al citar Doctrina y Convenios 109: 62, el Élder Cook explicó que José Smith habló sobre el principio del regreso de los judíos a Tierra Santa. “Esto ocurrió 60 años antes del comienzo de un movimiento sionista y 82 años antes de la primera acción gubernamental (La Declaración Balfour en Gran Bretaña), que declaró que Gran Bretaña favorecía “el establecimiento en Palestina de una patria para el pueblo judío.” La declaración también indicó que los derechos de las comunidades no judías, en Palestina, no deberían ser perjudicados.”
Después de la oración dedicatoria del Templo de Kirtland, se produjeron dos eventos para promover la oración dedicatoria de José Smith, dijo el Élder Cook.
Primero, en 1840, el Élder Parley P. Pratt escribió la letra del himno “Ya Rompe el Alba,” el “himno de la Restauración por excelencia.” El Élder Pratt escribió en el tercer verso: “Llegó la plenitud del gentil; Israel sus bendiciones tendrá. Judá, ya limpia de lo vil, Judá, ya limpia de lo vil, en Canaán siempre morará.”
Segundo, el profeta José Smith le asignó al Élder Orson Hyde que dedicara Jerusalén para el regreso de los judíos y partió de Palestina a principios de 1841. El domingo 24 de octubre de 1841, el Élder Hyde “se arrodilló en el Monte de los Olivos y dedicó la Tierra Santa para la reunión de los judíos y de Israel como su antigua herencia.”
El aniversario 175 de la dedicación de Jerusalén de Orson Hyde inspiró a una delegación conjunta de líderes judíos y líderes de la Iglesia a ir a Jerusalén. El Élder Cook y el Élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce, representaron a la Iglesia en ese evento.
Se hizo un esfuerzo extraordinario para asegurar la reunión con el primer ministro Benjamin Netanyahu, dijo el Élder Cook.
“Lo que quedó claro en estas ocasiones, incluida la de esta noche, es el punto en común que existe entre la comunidad de los Santos de los Últimos Días y la comunidad judía,” dijo el Élder Cook.
Si bien no existe un evento similar al Holocausto, la orden de exterminio emitida por el gobernador de Misuri, Lilburn Boggs, en 1838 causó atrocidades, agregó. “Pero, incluso, con un pasado difícil y compartido, la relación entre los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la comunidad judía se basa en enfoques positivos y edificantes que bendicen a todos.”
Robert Abrams expresó esto de una manera muy hermosa en Jerusalén:
“Cada uno tiene un enfoque fundamental en la familia, cada uno coloca un gran valor en la educación, cada uno tiene un fuerte compromiso con las donaciones caritativas, cada uno demuestra preocupación y respuesta humanitaria cuando hay catástrofes internacionales como terremotos, huracanes y tsunamis en todo el mundo, cada uno tiene una historia de éxito extraordinario debido a la capacidad, el trabajo arduo y la determinación, y cada uno ha sido sometido a una feroz persecución y prejuicios.”
Para concluir, el Élder Cook dijo, “Creo que eso expresa nuestros puntos en común de una manera elocuente… valoramos nuestra amistad.”
Artículo originalmente escrito por Jane Weaver y publicado en Churchnews.com con el título “Jewish and Latter-day Saint leaders build bridges between faiths, find common ground on doctrine in New York.”