Escrito por Beatriz Aranha, misionera de la Misión Brasil Recife Norte.
Nací en la Iglesia y desde muy pequeña me enseñaron sobre la misión. Sin embargo, nunca tuve el deseo de servir y como no era un mandamiento para las mujeres, me sentía tranquila.
Cuando tenía 14 años, participé por primera vez en el PFJ. Allí conocí gente maravillosa y, por primera vez, oré preguntando si era la voluntad de Dios que yo sirviera en una misión.
Durante una de las charlas fogoneras, una voz clara me dijo:
“Antes de venir a este mundo, le prometiste al Padre Celestial que encontrarías a Sus hijos y les enseñarías la verdad”.
Desde entonces, hui de ese sentimiento, aunque era muy claro. Fui a la universidad, vino la pandemia, muchas cosas cambiaron y la idea de servir en una misión parecía cada vez más lejana.
Algún tiempo antes de la Conferencia General en abril, estaba hablando con un amigo y me dijo que Dios confiaba en mí y que tenía un gran potencial para servir en una misión. Así que, comencé a orar al respecto.
En el primer discurso de la conferencia, el presidente Nelson nos enseñó que cada uno de nosotros es vital para el Señor y que Él nos ha reservado para ayudar a recoger Israel y así bendecir a Sus hijos.
Me sentí muy inspirada. Inmediatamente después de que terminó la primera sesión del sábado, hablé con mis padres y siempre me apoyaron. Llamé a mi presidente de rama y comencé a llenar los formularios el mismo día.
En solo una semana, ya había tomado todos los exámenes y, el 11 de abril, envié mi solicitud y suspendí mi inscripción a la universidad.
Me asignaron a servir en la Misión Brasil Recife Norte, comencé mi capacitación en el CCM el 13 de junio.
Sé que el Padre Celestial me ama y me conoce, Él ha preparado un tiempo para cada uno de nosotros.
Me siento agradecida de tener un profeta viviente que me guíe en este día y me revele la voluntad de Dios.
Estoy feliz de servir en una misión de tiempo completo, sé que puedo bendecir la vida de muchos hijos e hijas de Dios en Recife. Sé que una misión es donde puedo acercarme más a mi Salvador y llegar a conocerlo.
Esta es una traducción de un artículo que fue publicado originalmente por Mais Fe con el título “Histórias de Fé: Fugi do sentimento de servir missão mas o Senhor foi paciente”.