¿Por qué es el matrimonio “esencial para el plan eterno [de Dios]?” [Ver La familia: Una proclamación para el mundo]. En pocas palabras, el objetivo de los Santos de los Últimos Días es la vida eterna, la vida eterna es conocer a nuestro Creador [Juan 17: 3] y por medio de las ordenanzas disponibles en el matrimonio podemos conocer a Dios. Sexo,matrimonio y vida eterna
Cuando Dios creó la tierra, Él creó al hombre conforme a su propia imagen (masculino y femenino) [Génesis 1: 24-28] pero después de la Caída, la humanidad fue separada del orden divino original y entonces la obra de la salvación consistió en la reorganización del hombre a la imagen de Dios.
La reorganización del hombre a la imagen de Dios ocurre a través de las ordenanzas del Evangelio. El bautismo limpia el viejo hombre del pecado, la confirmación pone un nuevo espíritu en el discípulo, el discípulo se pone el cuerpo de Cristo a través de las ordenanzas iniciatorias, recibe el nombre de Dios a través de la investidura, y juntos, una pareja investida se convierte en el tabernáculo de Dios a través de la alianza matrimonial [DyC 93:35]. El derecho de la primogenitura [Abraham 1: 1-4], junto con sus responsabilidades y bendiciones, se sella sobre la pareja casada, y el hombre se organiza una vez más a la imagen de Dios en su presencia.
En este punto en el camino del discipulado, el hombre investido y la mujer investida entran en el orden marital del sacerdocio. Anteriormente, el papel de las ordenanzas era volver a organizar al hombre a imagen de Dios, pero a través de ordenanzas dentro del orden marital del sacerdocio, la pareja casada actúa de forma conjunta en la obra de la Divinidad.
El Élder Holland enseñó que una de las ordenanzas centrales del orden marital del sacerdocio es el sexo:
“[La] intimidad humana es un sacramento, un tipo de símbolo muy especial. Para nuestros propósitos actuales, el sacramento podría ser cualquier de los muchos gestos o actos u ordenanzas que nos une a Dios y sus poderes ilimitados … de vez en cuando– de hecho, tan frecuente como sea posible y apropiado– encontramos maneras de ir a lugares y crear circunstancias en las que podemos unirnos simbólicamente con [Dios] y al hacer esto obtener acceso al poder [de Dios] …”
Estos son momentos en los que, literalmente, unimos nuestra voluntad a la voluntad de Dios, nuestro espíritu con el espíritu [de Dios], donde la comunión a través del velo es muy real. En esos momentos, no sólo reconocemos su divinidad, sino que, literalmente, tomamos algo de esa divinidad para nosotros mismos… nunca serás más como Dios en ningún otro momento en esta vida que cuando estás expresando [intimidad humana] “[Holland , 2001– énfasis añadido].
Cabe señalar que el Elder Holland dejó en claro que “Mi tema es el de la intimidad humana, un tema tan sagrado como cualquiera que conozco y tiene más importancia que cualquier cosa que he abordado desde este púlpito. Si no tengo el cuidado y no recibo su apoyo, este tema puede deslizarse rápidamente de lo sagrado a lo meramente sensacional, y estaría devastado si eso ocurriera.”
El elder Holland nos invita a tomar en cuenta sus declaraciones con respeto y cuidado y no meramente con el trasfondo sensacionalista que algunos podrían tomar al considerar el acto sexual como el único acto que nos acerca más a Dios, reconocemos que existen varias formas de acercamos a él y sentir su amor, pero debemos aprender que las relaciones sexuales entre personas que han sido selladas representan una forma de acercamiento a Dios y por eso es algo tan sagrado.
El sexo es un acto a través de la cual un hombre y una mujer se unen como “una sola carne” [Génesis 2:24] para crear la vida que es el papel fundamental y eterno de Dios. Aquí entonces, es el momento en el que el hombre y la mujer conocen a Dios más íntimamente que en cualquier otro momento en esta vida. Una vez más, si la vida eterna es conocer a Dios el Creador, y el sexo es un acto donde nos acercamos a Dios, entonces el sexo es uno de los momentos en el que experimentamos más la vida eterna en la mortalidad.
La implicación de estos hechos teológicos importantes es que Nosotros, como comunidad de fe, necesitamos replantear nuestra perspectiva del sexo. Por ejemplo, los hombres y mujeres jóvenes deberían entender que los impulsos sexuales no son malos ni vergonzosos, sino simplemente una manera en la que el alma expresa su deseo de acercarse a Dios y experimentar la vida eterna; el intenso deseo de participar en el acto más semejante a Dios disponible para nosotros en la mortalidad nunca debería ser comunicada a los jóvenes como algo malo, siniestro o vergonzoso.
No debería ser alabado. Deberíamos validar su emoción a actuar como Dios.
Si hacemos eso, entonces la juventud entenderá mejor POR QUÉ esperar a que uno esté investido y casado en el templo es importante (la investidura y el matrimonio exaltan la experiencia sexual en una manera que la hace que sea más alegre y fructífera — juntos, tú y tu cónyuge están actuando como un Dios). Además, ese conocimiento aumentará nuestra empatía por aquellos que tienen relaciones sexuales antes del matrimonio. En lugar de ver el deseo de esa persona como una cosa malvada dentro de ellas, podemos inspirarnos en esta perspectiva para comprender que el deseo de la persona está viniendo desde el más sagrado de los lugares dentro de ellos, debemos actuar con misericordia y ayudarnos a volver al camino correcto en vez de solo juzgar sus actos equivocados. Los jóvenes y jóvenes adultos que, por una razón u otra, tienen relaciones sexuales antes del matrimonio son a menudo inconscientemente avergonzados por otros en nuestra comunidad de fe y / o se enfrentan a padres enojados. Estas respuestas son improductivas porque por lo general no alientan al cambio (es decir, al arrepentimiento) en otros [Lewis, 1971]. En su lugar, al ser empáticos, y reconocer que sus impulsos vienen de un buen lugar, hace que la persona sea más receptiva a los consejos sobre cómo pueden utilizar las partes del cuerpo que son sagradas en una manera que elevará aún más la experiencia sexual [Brooks, 2016; Ver también DyC 121: 41-43]. En tal punto, el líder o los padres pueden enseñar con mayor poder el eterno gozo que resulta del uso de las cosas sagradas (o partes del cuerpo) en actos sagrados en el tiempo sagrado.
El sexo dentro del matrimonio es una bendición y una muestra del amor del Padre con sus hijos, ya que actuamos como creadores de vida y ayudamos al sagrado plan de salvación del Señor. El sexo en el tiempo adecuado y bajo las ordenanzas salvadoras es una dicha que los matrimonios pueden vivir.
Referencias
Brooks, C. 2016. Want your employees to work harder? Show a little empathy. Business News Daily. Retrieved from http://www.businessnewsdaily.com/9218-leader-empathy.html
Holland, JR. 2001. Of Souls, Symbols, and Sacraments. Utah: Deseret Book
Lewis, HB. 1971. Shame and Guilt in Neurosis. New York: International Universities Press.