Tommaso Cardullo, un diseñador de moda italiano, pasó por una experiencia con la que muchos pueden identificarse.
A la edad de 19, él tuvo el deseo de unirse a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, pero su mamá no estaba segura de que esa era la mejor decisión para él.
De hecho, la reacción de aquella madre fue hasta el punto de darle un ultimátum. Él tendría que elegir entre su familia y aceptar el evangelio restaurado de Jesucristo.
En un nuevo episodio del podacst All In, Tommaso Cardullo compartió su experiencia y confirmó que a pesar de los años la respuesta que recibió ese día fue inspirada por Dios.
Tommaso entendía la posición de su mamá, pero no iba a dejar que eso lo dejara de lo que sabía era verdad. Él le dijo:
“Mamá, te amo y amo a mi Salvador y Su Iglesia. No veo porqué tengo que elegir entre dos cosas que creo que pueden coexistir. Quiero ambas cosas en mi vida”.
Él recuerda haberse marchado ese día para ir a la Iglesia, con cierto temor por el futuro incierto que le esperaba.
“Me fui a la Iglesia y regresé como a la 1:30 de la tarde, con una gran interrogante. ¿La puerta de mi casa estaría cerrada? ¿Sería aceptado?”
Tommaso Cardullo expresó que al llegar a casa su mamá había “ablandado su corazón”. Aunque no podía entender su decisión, ella supo que era algo importante para su hijo.
Él le explicó que tuviera paciencia para ver los frutos de su decisión porque todo buen árbol da buenos frutos. Además, le prometió que si los frutos era malos, él mismo tomaría la decisión de dejar la Iglesia, algo que él afirmó no sucedería.
Cardullo compartió que años después su madre pudo ver los frutos:
“Mi madre un día me dijo: ‘Tommaso, ¿recuerdas cuándo me hablaste del árbol? Quiero que sepas que este ha sido un buen árbol’. La alegría que sentí ese día, fue plena y completa. Porque aunque casi pasaron 20 años desde ese entonces, ella vio que la forma en que vivía mi vida, la forma en que criaba a mis hijos, la forma en que mis hijos vivían la vida era un ejemplo de una buena elección”.
El camino no fue fácil. La mamá de Tommaso compartió nuevamente sus preocupaciones cuando su hijo tomó la decisión de prepararse para ir a la misión. Definitivamente ella no estaba a favor.
Él tenía los deseos de servir, había recibido una confirmación del espíritu, pero su oportunidad llegaría a la edad de 23 años. Sin que su madre lo supiese presentó sus papeles y fue llamado a la misión Londres, Inglaterra.
Tommaso compartió que pudo ver la mano del Señor en su vida.
“Durante los primeros tres o cuatro meses, estuve extremadamente preocupado por mi madre. Solía escribirle todas las semanas y ella nunca me escribía. Solía llamarla una vez al mes solo para asegurarme de que sentía que la amaba y me preocupaba por ella.
Para el cuarto mes, ella me envió una carta. La primera y única carta que me envió en la misión. Ella me dijo: ‘Tommaso, recientemente he tenido algunos sueños. Hay un sueño que realmente significó mucho para mí. En este sueño, vi al Salvador, Jesucristo. Él venía hacia mí y sostenía tu mano. Él me dijo: ‘Ves a tu hijo, está haciendo mi obra; apóyalo, porque volverá a casa sano y salvo’”.
Tanto el corazón de Tomasso como el de su madre cambiaron con esa experiencia. Ambos pudieron tener paz al saber que Dios estaba cuidando de ellos.
“Fue una experiencia maravillosa. Realmente se convirtió en el fundamento de quien soy hoy, de mi fe y mi amor por el evangelio restaurado de Jesucristo”.
Fuente: LdsLiving