Este es un tema común en la Iglesia. El número de miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días aumenta cada vez más. A veces, ese crecimiento trae a la Iglesia solo a uno de los miembros de una familia. Ese es mi caso y también puede ser el tuyo.
A diferencia de algunos miembros, tuve una religión antes de bautizarme y convertirme en un Santo de los Últimos Días. Por más que buscara respuestas, tuve dudas con respecto a la religión que tenía, convertirme en miembro de esta Iglesia fue todo lo que jamás imaginé hasta el año 2008.
El proceso de transición de una religión a otra no sucedió en un día, mes o año. Esa transición aún continúa.
Encontrar el Evangelio restaurado me trajo muchas bendiciones. Por eso, convivo con el desafío de ser el único miembro de la Iglesia en mi familia.
Si vives esa situación, quiero que sepas que no estás solo. Me gustaría que por un breve momento pudieras reflexionar con las siguientes preguntas:
1. ¿Por qué decidiste convertirte en miembro de la Iglesia? ¿Por qué estás aquí?
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¿Hace cuánto tiempo eres miembro de la Iglesia? ¿Puedes recordar los primeros mensajes que te dieron los misioneros o cuándo recibiste el Libro de Mormón? ¿Recuerdas qué cambió en ti para que decidieras unirte a la Iglesia?
Al hacerte esas preguntas, recordarás qué te impulsó a tomar la decisión de bautizarte. Recordar lo que te trajo aquí puede ayudarte a permanecer firme y fiel. Las mejores respuestas están en nuestro interior.
2. Si abandonas la Iglesia, ¿Serás más feliz?
Cuando el desánimo nos atormenta o llega la oposición, lo primero que queremos hacer es lanzarnos del barco. Nos sentimos solos, desanimados, débiles y creemos que tal vez ahí afuera encontraremos más apoyo y seremos más felices.
¿Esto será cierto o es una trampa de Satanás? Si nos centramos en el Señor, Él nos promete una bendición incomparable. ¡Quédate en el barco y asegúrate!
3. ¿Cómo se verán afectadas las generaciones futuras?
Un buen motivo para permanecer firmes es pensar en cómo se verán afectadas las generaciones futuras. ¿Cómo estaremos de aquí a 10, 15 o 20 años sin el Evangelio? ¿Cómo estaremos con el Evangelio?
El Élder Carlos A. Godoy dijo:
“El tomar decisiones que pudieran repercutir en nuestra vida y en la de nuestros seres queridos sin tener una visión más amplia de sus consecuencias puede implicar algunos riesgos. Sin embargo, si proyectamos las posibles consecuencias de esas decisiones en el futuro, podemos ver con mayor claridad el mejor camino a tomar en el presente”.
4. Nuestro ejemplo podrá acercar a otros a Cristo
Hoy podemos ir solos a la Iglesia. Hoy, podemos estudiar las escrituras solos. Hoy, podemos sentirnos totalmente solos y desanimados. Sin embargo, si permanecemos firmes, nuestro ejemplo podrá convencer a los demás que este es el camino y llegará el día en que también estén con nosotros.
Si nuestros familiares no vienen con nosotros, un día podremos tener nuestra propia familia fundamentada y edificada en las enseñanzas de Jesucristo.
5. Ora siempre para que salgas triunfante
Todos los finales felices tuvieron inicios difíciles. Tal vez tu historia aún no tenga un final feliz e incluso estés pensando en detenerla aquí. La decisión siempre será tuya, el Señor siempre respetará tu albedrío.
No olvides que puedes conversar con el Padre Celestial. Puedes buscar ayuda y consuelo, fortaleza y protección en tus momentos más difíciles. Dios nos dijo que fuéramos de buen ánimo (Juan 16:33) y eso es lo que debemos hacer.
Si seguimos adelante, saldremos triunfantes y siempre seguiremos siendo fuertes, incluso si somos los únicos miembros de la Iglesia en nuestra familia.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Inaê Leandro y fue publicado en maisfe.org con el título “Como manter-me firme se sou o único membro da Igreja em minha família?”
