Hace una semana leí un artículo de New York Times sobre una mujer que buscaba estilos alternativos y opciones de materiales para la ropa del templo, y me inspiré a completar esa perspectiva con esta publicación.
¿Por qué usamos los gárments del templo?
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Los Santos de los Últimos Días, hombres y mujeres, comienzan a usar los gárments del templo después de participar en una serie de rituales sagrados. Estos rituales se denominan “ordenanzas”. Dichas ordenanzas se realizan en nuestros templos durante una ceremonia que se conoce como iniciatoria e investidura.
Estas ordenanzas implican hacer convenios o promesas con Dios. Con frecuencia, los miembros de la Iglesia completan estas ordenanzas antes de servir en una misión de proselitismo de tiempo completo o de sellarse, casarse, en el templo.
Para aquellos que no son miembros de la Iglesia, pero están interesados en aprender sobre los gárments del templo, pueden ver este video que hizo la Iglesia.
Mi experiencia usando gárments
Recibí mi investidura hace casi diez años, unas semanas antes de partir a una misión en Ontario, Canadá.
Ya estaba familiarizada con los gárments del templo porque mis padres los usaban.
Entendía que parte del convenio o promesa que hice en el templo sería usar los gárments por el resto de mi vida. Excepto en algunas circunstancias en las que sería irrazonable o inapropiado.
Fui con mi madre al centro de distribución del templo. Ahí encontré diferentes estilos y materiales de gárments y elegí los más cómodos para mí.
Llevé mis gárments al templo y se me permitió usarlos.
Estilos y adaptaciones especiales
Desde entonces, he probado muchos de los estilos y telas de gárments. Algunos, pican o son incómodos. Otros, me parecen muy cómodos y similares a la sensación de usar la ropa interior común que se compra en las tiendas.
Todos los modelos tienen un panel trasero de 100% algodón para mayor transpirabilidad e higiene, tal y como recomiendan los ginecólogos y obstetras.
Desde mi investidura, se han puesto a disposición muchos nuevos estilos, telas y actualizaciones de tallas, incluidos nuevos estilos para mujeres embarazadas y que dan de lactar.
Otros estilos especiales incluyen gárments térmicos, gárments para personas postradas en cama y gárments para militares y otros tipos.
Los miembros con investidura que tienen necesidades médicas especiales, como aquellos que se han sometido a mastectomías o colostomías, pueden solicitar prendas especiales que satisfagan sus necesidades.
Esto no quiere decir que actualmente se estén satisfaciendo todas las necesidades especiales. Sin embargo, la Iglesia está trabajando activamente para satisfacer tantas necesidades como sea posible.
A medida que la Iglesia continúe recibiendo comentarios de los miembros, espero que haya más actualizaciones sobre materiales y formatos, así como estilos especiales adicionales de gárments.
“Les enseño principios correctos y ellos se gobiernan a sí mismos”
Siempre he sentido que puedo tomar decisiones personales sobre cuándo es apropiado que use mis gárments o no.
Para las mujeres, específicamente, la menstruación, el parto y el posparto, y los problemas de salud a veces pueden requerir un descanso del uso de los gárments, y depende de la persona tomar estas decisiones personales en espíritu de oración.
En un artículo de una revista de la Iglesia de 1999, Carlos E. Asay, Autoridad General Emérita, explicó:
“Hay quienes quisieran recibir un código de vestimenta detallado que responda a todas las preguntas imaginables sobre el uso del gárment del templo.
Los líderes del sacerdocio especificarían las condiciones sobre cuándo y cómo se deberían usar, e impondrían sanciones a quienes infringieran una coma de las reglas.
Sin embargo, la mayoría de los Santos de los Últimos Días, se regocijan en el albedrío moral que ofrece un amoroso Padre Celestial.
Aprecian la confianza depositada en ellos por el Señor y los líderes de la Iglesia, reconocemos la confianza implícita en esta declaración del profeta José Smith: ‘Les enseño principios correctos y ellos se gobiernan a sí mismos’”.
La responsabilidad de usar los gárments del templo
Usar los gárments del templo no nos libra de responsabilidades. Parece que Dios rara vez nos pide cosas fáciles.
Las prendas imponen restricciones de modestia a la ropa que uso. Vivo en Phoenix, Arizona, donde nuestros largos días de verano alcanzan regularmente los 43°C o más.
Encontrar ropa modesta que vaya de acuerdo con el clima no es imposible, pero requiere un esfuerzo adicional. Con frecuencia, tener una capa adicional de ropa ligera debajo puede ser una molestia.
Asimismo, tuve momentos de dificultad con mi fe cuando usar los gárments fue más una cuestión de hábito y fe que por cualquier otra cosa.
Entonces, ¿por qué uso gárments? Porque le hice la promesa a Dios de usarlo.
Porque me recuerda los convenios sagrados que hice en el templo de Dios.
Porque sentí la presencia de Dios en el templo y la prenda me conecta con todos esos momentos especiales.
Porque cuando he tenido dudas sobre la Iglesia de Jesucristo o desafíos con mi fe, he recibido respuestas que son tanto espirituales como intelectualmente satisfactorias, aunque no siempre son las respuestas que estoy buscando.
Porque vi a Dios obrando en esta Iglesia.
Porque tengo un testimonio y amor por mi Salvador Jesucristo, cuyo evangelio se enseña dentro de esta Iglesia.
Usar gárments me acerca a Cristo
Por último, los gárments me acercan a Jesucristo. Las Escrituras comparan nuestro estado pecaminoso con la desnudez, y usar la prenda es como estar revestido con la gracia sanadora de Cristo.
Cuando uso los gárments, llevo la gracia de Cristo en mí.
Asimismo, creo que nuestro Salvador es consciente de los sacrificios que hacemos para guardar nuestros convenios. En una revelación dada al profeta José Smith en 1833, el Señor mismo dijo:
“De cierto os digo, que todos los que de entre ellos saben que su corazón es sincero y está quebrantado, y su espíritu es contrito, y están dispuestos a cumplir sus convenios con sacrificio, sí, cualquier sacrificio que yo, el Señor, mandare, estos son aceptados por mí”.
Tengo la más sincera esperanza de que un día, cuando regrese a mi hogar celestial para rendir cuentas al Señor, Él aceptará mis pequeños sacrificios y mis débiles intentos de ser discípulo y guardiana de los convenios.
Fuente: Public Square Magazine