El mayor efecto secundario espiritual de la depresión, en mi opinión, es la falta de conexión que tenemos con Dios.
No te permite sentir el Espíritu. No puedes sentir el amor de Dios. No sientes Su guía o Su dirección. No sabes si Él está realmente allí.
Es como si hubiera un gran eco cuando estás orando, un eco que de alguna manera se expande hacia los cielos pero que solo resuena con fuerza dentro de ti.
No hay palabras para describir la absoluta nada de esta experiencia. Es solo un completo vacío.
Es por eso que me apasiona buscar a Dios en lugares imprevistos y descubrir formas inesperadas en las que el Espíritu de Dios se mueve dentro de mí.
Pienso que es más probable que Dios encuentre otras formas de comunicarse con nosotros que formas de sanarnos de lo que nos aflige para que podamos acercarnos a Él de una manera específica y perfecta para cada uno de nosotros.
Con eso en mente, aquí te comparto cinco formas inesperadas en las que puedes sentir el Espíritu.
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1. Felicidad y calidez repentinas provenientes de un recuerdo feliz
El Espíritu puede utilizar nuestros recuerdos de momentos felices para tocar nuestros corazones y hacernos sonreír.
Trata de recordar los buenos momentos, ya sea por medio de fotos, diarios o dando gracias en oración.
2. Un sentimiento por la belleza que todavía existe a nuestro alrededor
Cuando veo una puesta de sol particularmente hermosa, el Espíritu me recuerda que Dios ha permitido que exista la belleza en el mundo y que puedo participar de ella libremente.
Es importante que tratemos de pasar tiempo lejos de la tecnología para que podamos apreciar lo que está a nuestro alrededor y tener un momento de tranquilidad.
3. La conexión que tenemos con un ser querido
Podemos sentir el Espíritu por medio de los demás cuando alguien a quien queremos se acerca a nosotros o nos habla. Cuando dos personas se conectan, el Espíritu está ahí.
Así como el Libro de Mormón enseña que servimos a Dios cuando servimos a los demás, podemos encontrar consuelo al saber que Dios nos sirve cuando los demás nos sirven.
4. El momento en que llega la comprensión
Cuando las muchas piezas del rompecabezas de nuestras mente se unen de alguna manera y ciertas cosas comienzan a tener más sentido o veo algo bajo una nueva perspectiva, podemos recordarnos a nosotros mismos que el Espíritu está iluminando nuestra mente.
5. Tener autocontrol para actuar
El Espíritu nos da el poder de usar nuestro albedrío de manera justa. Si tenemos el control para hacer una tarea, servir a alguien más o abstenernos de un mal hábito, entonces estamos utilizando el Espíritu en nuestras vidas.
Un paso a la vez
Si te cuesta sentir que te estás conectando con Dios, que te encuentras cerca de Él, te invito a tirar todas las expectativas que tengas por la ventana y que busques lo inesperado.
Quizá esto no haya sido mucho, pero ha sido suficiente para mí. El Padre siempre encontrará formas de hacerte sentir que está ahí para ti, solo debemos estar atentos a las impresiones que vengan del Espíritu. Tú puedes, lo único que necesitas es actuar.
Fuente: LdsDaily