Durante la sesión del domingo por la mañana de la Conferencia General de abril de 2024, el presidente Dallin H. Oaks habló sobre los templos y la importancia de los convenios en la adoración de los Santos de los Últimos Días.
La razón de tener más templos
Él mencionó: “La Iglesia de Jesucristo está erigiendo templos en todo el mundo con el propósito de bendecir a los hijos del convenio de Dios. En el templo, experimentamos la adoración sagrada y recibimos las responsabilidades, poderes y bendiciones únicas que vienen al estar unidos a Cristo por medio de convenios”.
Además, el presidente Oaks resaltó que “La Iglesia de Jesucristo se distingue por su énfasis en los convenios con Dios. Cada ordenanza de salvación y exaltación administrada en esta Iglesia restaurada está intrínsecamente ligada a los convenios”.
‘Los convenios no tienen días libres’
El presidente Oaks destacó la importancia de los compromisos personales durante su discurso. Comparó los convenios con compromisos comunes que vemos en la sociedad, como los juramentos de los jueces, militares, personal médico y bomberos, quienes se comprometen a cumplir sus responsabilidades asignadas.
Según el presidente Oaks:
“Estos compromisos personales son fundamentales para regular nuestras vidas individuales y para asegurar el buen funcionamiento de la sociedad. Las ordenanzas y los convenios relacionados con el templo son los requisitos esenciales para la exaltación en el Reino Celestial, que es la vida eterna, el mayor de todos los dones de Dios. Este es el enfoque de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”.
Cada miembro que recibe la investidura en el templo tiene la responsabilidad de usar el gárment del templo, una prenda interior especial que se lleva debajo de la ropa para recordar los convenios sagrados hechos y las bendiciones prometidas en la casa del Señor.
El presidente Oaks enseñó:
“Para cumplir con estos sagrados propósitos, se nos instruye a llevar siempre puesto el gárment del templo, salvo en circunstancias evidentes en las que sea necesario quitárselo. Dado que los convenios no tienen días libres, quitarse el gárment podría interpretarse como una renuncia a nuestras responsabilidades y a las bendiciones asociadas”.
Añadió: “Por el contrario, quienes llevan fielmente sus gárments y guardan sus convenios del templo demuestran su compromiso como discípulos del Señor Jesucristo”.