Huestes celestiales: Los \u00e1ngeles acompa\u00f1an a nuestros misioneros<\/a><\/p>\nCu\u00e9ntale a tu misionero acerca de la obra que has estado haciendo. Ya sea que hayas estado ministrando a un amigo, hayas invitado a alguien a recibir charlas con los misioneros, hayas hermanado a alguien que se bautiz\u00f3, todo lo mencionado es parte de la obra misional.<\/p>\n
La obra solo puede avanzar cuando los miembros y los misioneros combinan sus esfuerzos.<\/p>\n
Para los misioneros, saber que su familia est\u00e1 participando de la obra misional, les brinda consuelo. Adem\u00e1s, esta es una manera maravillosa de sentirte m\u00e1s cerca de tu misionero. Centr\u00e1ndote en la misma obra que \u00e9l.<\/p>\n
Si no has estado haciendo la obra misional, considera el servicio de tu misionero como inspiraci\u00f3n para comenzar. Ya sea que tus esfuerzos sean grandes o peque\u00f1os, puedo garantizar que tu misionero desea saber al respecto.\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 <\/strong><\/p>\nComparte tu testimonio<\/strong><\/h2>\n<\/p>\n
Comparte algo que hayas aprendido en tu estudio personal de las Escrituras. Esas experiencias pueden convertirse en peque\u00f1os mensajes que tu misionero podr\u00e1 compartir en sus lecciones.<\/p>\n
Las ideas de \u201cVen, s\u00edgueme\u201d tambi\u00e9n son datos geniales que puedes compartir con tu misionero.<\/p>\n
Si no puedes pensar en algo que hayas aprendido de tu estudio de las Escrituras, est\u00e1 bien. Si has tenido alguna experiencia reciente que est\u00e1 ayudando en el desarrollo de tu testimonio, comp\u00e1rtela en tu carta o correo.<\/p>\n
Compartir tu testimonio, incluso de forma escrita, ayuda a fortalecerlo.<\/p>\n
Haz preguntas<\/strong><\/h2>\n<\/p>\n
Preg\u00fantale a tu misionero c\u00f3mo va la obra, c\u00f3mo es su horario o qu\u00e9 experiencias ha tenido. Luego, pregunta a qui\u00e9n est\u00e1 ense\u00f1ando.<\/p>\n
Si hay algo de lo que a un misionero le encanta hablar, es de las personas a las que est\u00e1 ense\u00f1ando. Pregunta por sus nombres espec\u00edficamente y ora por ellos. En tu pr\u00f3xima carta, haz un seguimiento de su progreso por nombre.<\/p>\n
Algo que debes evitar es preguntar cu\u00e1ntos bautismos ha tenido. Hacer esa pregunta puede ser inc\u00f3modo. Cada persona progresa en el evangelio a su propio ritmo y los misioneros no tienen control sobre ese tiempo. Lo m\u00e1s importante no es el n\u00famero de bautismos, sino la conversi\u00f3n cada vez m\u00e1s profunda de cada persona.<\/p>\n
Se sincero con lo que est\u00e1 pasando en casa<\/strong><\/h2>\n<\/p>\n
Puedo decirte por experiencia propia que un misionero puede saber cu\u00e1ndo le est\u00e1s ocultando algo. Incluso si tienes noticias dif\u00edciles que comunicar, es importante que seas sincero con tu misionero.<\/p>\n
Ahora, esto no significa que cada peque\u00f1o problema deba ser mencionado.<\/p>\n
Un art\u00edculo de New Era de marzo de 2007 titulado \u201cMissionary Mail\u201d dice:<\/p>\n
\u201cNo menciones todos los problemas que surgen en casa. Hay algunos problemas que [los misioneros] deber\u00edan conocer, pero hay muchos otros que solo los preocupar\u00edan o distraer\u00edan innecesariamente”.<\/em><\/strong><\/p><\/blockquote>\nComo regla general, si ha sucedido algo importante, a la mayor\u00eda de los misioneros les gustar\u00eda saberlo.<\/p>\n