“Este es el mayor esfuerzo cient\u00edfico para hacer el recorrido de la ruta para responder a esta pregunta” de c\u00f3mo y cu\u00e1ndo la gente se estableci\u00f3 en las Am\u00e9ricas, dice Todd Braje, un arque\u00f3logo de la Universidad Estatal de San Diego, California.<\/span><\/p>\n Matthew Des Lauriers tuvo la primera corazonada de que hab\u00eda tropezado con algo especial cuando se detuvo en un camino de tierra aqu\u00ed, buscando un lugar para que su equipo pudiera usar el ba\u00f1o. Mientras esperaban a que todos volvieran al auto, Des Lauriers, entonces estudiante de posgrado en la Universidad de California, Riverside, deambulaba por el paisaje, buscando herramientas de piedra y fragmentos de conchas dejados por la gente que hab\u00eda vivido en la isla en el pasado 1500 a\u00f1os.<\/span><\/p>\n Mientras exploraba, sus pies cruj\u00edan sobre conchas de grandes almejas de Pismo, bivalvos que no hab\u00eda visto antes en la isla monta\u00f1osa, a 100 kil\u00f3metros de la costa del Pac\u00edfico de Baja California. Las herramientas de piedra que cubr\u00edan el suelo tampoco encajaban. A diferencia de los puntos de flecha finamente hechos y de la obsidiana afilada que Des Lauriers hab\u00eda encontrado previamente en la isla, estas l\u00e1minas dentadas hab\u00edan sido toscamente arrancadas de los adoquines gruesos de la playa.<\/span><\/p>\n “No ten\u00eda idea de lo que significaba”, dice Des Lauriers, ahora profesor de la Universidad Estatal de California (Cal State) en Northridge. La curiosidad despert\u00f3 su inter\u00e9s, volvi\u00f3 para una excavaci\u00f3n de prueba y envi\u00f3 c\u00e1scaras y carb\u00f3n para dataci\u00f3n por radiocarbono. Cuando el consejero de Des Lauriers lleg\u00f3 con los resultados, dijo: “Probablemente deber\u00eda sentarse”. El material data de casi 11.000 a m\u00e1s de 12.000 a\u00f1os atr\u00e1s, s\u00f3lo un par de miles de a\u00f1os despu\u00e9s de que las primeras personas llegaran a las Am\u00e9ricas.<\/span><\/p>\n