\u201cPap\u00e1, Salt Lake City esta llamando”<\/h3>\n![\"Spencer](\"http:\/\/mormonsud.org\/wp-content\/uploads\/2015\/07\/spencer-w-kimball-painting.jpg\")
<\/a>Spencer W. Kimball<\/p><\/div>\n
Cuando un ap\u00f3stol se llamado a los Doce, la convocatoria se extiende de una manera muy similar que todos los otros llamamientos en la Iglesia. A ellos simplemente se les pide, por uno con la autoridad, si aceptan este llamado. En general, no tienen la menor idea de que una convocatoria de tal magnitud se acerca, y estan bastante sorprendidos e incr\u00e9dulos al principio. Dadas sus humildes naturalezas, estos hombres nunca han aspirado a ser ap\u00f3stoles, ni se les ha cruzado jamas el pensamiento de que ser\u00edan llamados a tal posici\u00f3n.<\/p>\n
No todo ap\u00f3stol ha cuenta p\u00fablica y detallada de su experiencia cuando se les llamo a los Doce, pero los Presidentes de la Iglesia tradicionalmente lo incluyen en su biograf\u00eda. Aqu\u00ed compartimos las cuentas de nuestro actual Presidente de la Iglesia, Thomas S. Monson, y de los \u00faltimos 4 presidentes de la Iglesia: Gordon B. Hinckley, Howard W. Hunter, Ezra Taft Benson, y Spencer W. Kimball.<\/p>\n
<\/p>\n
Cuando Spencer W. Kimball fue llamado al los Doce<\/strong><\/p>\nDe su biograf\u00eda, ‘Spencer W. Kimball “, escrito por Edward L. Kimball y Andrew E. Kimball, Jr., (pp. 189-195)<\/em><\/p>\n“Pap\u00e1, Salt Lake City est\u00e1 llamando”, fueron las palabras que Spencer W. Kimball escuch\u00f3 cuando \u00a0entr\u00f3 por la puerta de su casa, el 8 de julio de 1943. El Pesidente de Estaca Spencer W. Kimball casualmente hab\u00eda vuelto a casa para el almuerzo, como era su costumbre.<\/p>\n
El Hermano Kimball hab\u00eda recibido muchas llamadas de Salt Lake City a trav\u00e9s de los a\u00f1os. Esta vez se sinti\u00f3 un poco diferente. Mientras cruzaba la habitaci\u00f3n para tomar el tel\u00e9fono, sinti\u00f3 una “sensaci\u00f3n abrumadora” que estaba a punto de ser llamado a una posici\u00f3n alta en la Iglesia. Incluso tevo un pensamiento fugaz sobre las dos vacantes en el Qu\u00f3rum de los Doce Ap\u00f3stoles, pero r\u00e1pidamente desech\u00f3 la idea. Se reprendi\u00f3 a s\u00ed mismo por siquiera pensar tal cosa.<\/p>\n
Spencer tom\u00f3 el tel\u00e9fono y escuch\u00f3 la voz del presidente J. Reuben Clark.<\/p>\n
“Spencer, es el hermano Clark. \u00bfTiene una silla a la mano? ”<\/p>\n
“S\u00ed, el hermano Clark,” respondi\u00f3 Spencer.<\/p>\n
“Los Hermanos acaban de elegirlo para ocupar una de las vacantes en el Qu\u00f3rum.”<\/p>\n
Spencer W. Kimball, sorprendido por esas palabras, se tropezo con la silla al suelo. Spencer le dijo al presidente Clark que un llamamiento como ese no pod\u00eda ser cierto.<\/p>\n
“Los hermanos sienten que usted es el hombre”, reafirm\u00f3 el presidente Clark<\/p>\n
Spencer hab\u00eda aprendido a no rechazar una llamamiento, pero \u00e9l se habia tropezado con la silla al suelo la noticia lo sorprendio. Parec\u00eda tan imposible. Spencer se sinti\u00f3 tan indigno. Cada cosa peque\u00f1a que hab\u00eda hecho y todo malentendido que \u00e9l hab\u00eda tenido alguna vez con sus semejantes se vino a su mente.<\/p>\n
Parec\u00eda que todas las personas que alguna vez hab\u00edan sido ofendidas por mi culpa se paraban delante de m\u00eddecian, ‘\u00bfC\u00f3mo puedes ser un ap\u00f3stol del Se\u00f1or? no eres digno. eres insignificante. no debes aceptar este llamamiento. No puedes hacerlo. ‘”<\/p>\n
Pero la llamamiento era real. La familia de Spencer se hab\u00eda reunido alrededor, curiosa por su tono de voz y exclamaciones durante la llamada. Despu\u00e9s de colgar el tel\u00e9fono, se volvi\u00f3 hacia su mujer y sus hijos.<\/p>\n
“Me han llamado como ap\u00f3stol”, dijo.<\/p>\n
La familia de Spencer se qued\u00f3 en silencio, desconcertada por un momento antes de que su esposa le pregunt\u00f3: “\u00bfEst\u00e1 seguro de que vas a ser un ap\u00f3stol?”<\/p>\n
Spencer respondi\u00f3 que no estaba seguro. Tal vez \u00e9l hab\u00eda entendido mal. Tal vez el llamamiento era para ser asistente o algo asi. La familia trat\u00f3 de sentarse a comer, que se est\u00e1 enfriando. Nadie ten\u00eda mucho apetito. Los chicos salieron, y Spencer se estiro en el suelo para tratar de relajarse por un momento. Su mente se aceler\u00f3. Pens\u00f3 en la log\u00edstica de mudansa a Salt Lake desde su casa en Arizona. \u00c9l tendr\u00eda que renunciar a su negocio, que finalmente estaba pr\u00f3sperando, vender su casa, dejar a los amigos y la maravillosa vida que hab\u00edan construido a trav\u00e9s de los a\u00f1os.<\/p>\n
“Pero la idea predominante eran las de mis propias limitaciones e incapacidades y debilidades. Las l\u00e1grimas vinieron a continuaci\u00f3n, una inundaci\u00f3n inagotable. Hab\u00edan pasado a\u00f1os desde que hab\u00eda derramado una l\u00e1grima … Pero ahora era incontrolable, lloraba y lloraba. Parec\u00eda que todos los pensamientos conflictivos de mi mente estaban tratando de limpiarse con las l\u00e1grimas. Mi esposa estaba sentada a mi lado en el suelo, acariciando mi pelo, tratando de calmarme. ”<\/p>\n
En los d\u00edas siguientes, Spencer y su esposa viajaron a Colorado en un viaje previamente planeado a visitar a su hijo. Despu\u00e9s de eso, planeaban ir a Salt Lake City. Spencer estaba en angustia, \u00e9l se reprendi\u00f3 a s\u00ed mismo por sus defectos. No pod\u00eda dormir, y pas\u00f3 horas en oraci\u00f3n sollosa. Despu\u00e9s de seis d\u00edas y noches de oraci\u00f3n constante y sin dormir, estaba completamente agotado, pero todav\u00eda no hab\u00eda recibido la paz y el consuelo que necesitaba.<\/p>\n
\u00c9l comenz\u00f3 un ayuno, y se embarc\u00f3 en una caminata en las monta\u00f1as de Colorado. \u00a0subi\u00f3 y llor\u00f3 y\u00a0se\u00a0condeno a s\u00ed mismo por todos sus defectos. Abog\u00f3 por un poco de paz y seguridad para que \u00a0fuera aceptable para el Se\u00f1or. Con el tiempo, la paz lleg\u00f3.<\/p>\n
Mis l\u00e1grimas cesaron, mi alma estaba en paz. Una sensaci\u00f3n de calma se apoder\u00f3 de m\u00ed, la duda y cuestionamientos desaparecieron. Era como si un gran peso hubiera sido levantado. Me sent\u00e9 en silencio tranquilo en ese hermoso valle, dando gracias al Se\u00f1or por la satisfacci\u00f3n y la respuesta tranquilizadora a mis oraciones. medit\u00e9 ahi en la quietud pac\u00edfica, apartado de todos, y me sent\u00ed m\u00e1s cerca de mi Se\u00f1or como nunca antes en mi vida. ”<\/p>\n
Spencer W. Kimball fue sostenido al Qu\u00f3rum de los Doce Ap\u00f3stoles el 1 de octubre de 1943. M\u00e1s tarde se convirti\u00f3 en Presidente de la Iglesia el 30 de diciembre de 1973.<\/p>\n
<\/p>\n
Cuando Ezra Taft Benson fue llamado a los Doce<\/strong><\/p>\n![\"Ezra](\"http:\/\/mormonsud.org\/wp-content\/uploads\/2015\/07\/ezra-taft-benson-painting.jpg\")
<\/a>Ezra Taft Benson<\/p><\/div>\n
( de su biograf\u00eda, ‘Ezra Taft Benson’, escrito por Sheri Dew, (pp. 174-176)<\/em><\/p>\nEzra Taft Benson, y su hijo de quince a\u00f1os de edad, Reed, hab\u00edan estado en las cooperativas agr\u00edcolas de visitando por carretera como parte del trabajo de Ezra. Se detuvo para ver a la familia en Idaho, y luego tuvo una \u00faltima parada en Salt Lake antes de abordar un tren a casa en Maryland. Era el 26 de julio de 1943, s\u00f3lo un par de semanas despu\u00e9s de que Spencer W. Kimball fuera llamado a los Doce.<\/p>\n
Ezra fue invitado a la casa del presidente Heber J. Grant, que era el Presidente de la Iglesia. El presidente Grant hab\u00eda estado enfermo, y descansaba en su cama cuando llegaron Ezra y Reed. El presidente Grant le pidi\u00f3 a Ezra que entre y cierre la puerta. Cuando Ezra se sent\u00f3 en una silla junto a la cama, el presidente Grant tom\u00f3 la mano de Ezra y la estrech\u00f3. Con lagrimas en los ojos, el presidente Grant dijo entonces:<\/p>\n
Hermano Benson, con todo mi coraz\u00f3n lo felicito a usted y oro por la bendici\u00f3n de Dios para ayudarlo. Usted ha sido elegido como el miembro m\u00e1s joven del Consejo de los Doce Ap\u00f3stoles “.<\/p>\n
Ezra no hab\u00eda experimentado ning\u00fan impulso espiritual de que un llamamiento de tal magnitud se avecinaba. De hecho, en un principio no acepto la invitacion a la casa del Presidente Grant, porque estaba preocupado de que perderia su tren de regreso a Maryland. Estaba completamente sorprendido, y ‘sent\u00eda, sent\u00eda como si la tierra se hundia por debajo de \u00e9l “.<\/p>\n
M\u00e1s tarde escribi\u00f3 en su diario: “El anuncio pareci\u00f3 incre\u00edble y abrumador. . . . Durante varios minutos [I] pude decir solamente, ‘Oh, Presidente Grant, no puede ser! “, debo haberlo repetido varias antes de recuperarme del shock y poder darme cuenta de que estaba pasando . . . . \u00c9l me cogi\u00f3 la mano durante mucho tiempo, ambos derramamos l\u00e1grimas. . . . Durante m\u00e1s de una hora estuvimos solos, gran parte del tiempo con nuestras manos entrelazadas. Aunque [era] d\u00e9bil, su mente estaba clara y alerta, y yo estaba muy impresionado con su dulce, amable y humilde esp\u00edritu mientras parec\u00eda mirar en mi alma.<\/p>\n
“Me sent\u00ed tan absolutamente d\u00e9bil e indigno de que sus palabras de consuelo y tranquilidad fueron doblemente apreciadas. Entre otras cosas, declar\u00f3: “El Se\u00f1or tiene una manera de magnificar a los hombres que son llamados a posiciones de liderazgo.” Cuando en mi debilidad tuve la oportunidad de decir que amaba la Iglesia, dijo: “Sabemos que, y el Se\u00f1or quiere a los hombres que van a darlo todo por su obra ‘.<\/p>\n
“\u00c9l habl\u00f3 de las medidas adoptadas en una reuni\u00f3n especial de la Primera Presidencia y los Doce dos semanas antes y que la discusi\u00f3n con respecto a m\u00ed hab\u00eda estado con un entusiasmo un\u00e1nime. . . . Me siento confiado de que s\u00f3lo a trav\u00e9s de las ricas bendiciones del Todopoderoso estas cosas puedes ser realizadas.”.<\/p>\n
Despu\u00e9s de que la reuni\u00f3n con el presidente Grant termin\u00f3, Ezra se fue junto a su hijo Reed, que pacientemente hab\u00eda estado esperando. Ezra no dijo nada de lo que hab\u00eda ocurrido desde el tramo del domicilio del presidente Grant a la casa del presidente David O. McKay. Una vez que llegaron, el presidente McKay fue qui\u00e9n le dijo la noticia a Reed.<\/p>\n
El viaje en tren de regreso a Maryland fue largo. Dur\u00f3 toda la noche, Ezra no pod\u00eda dormir. Ten\u00eda preocupaciones espirituales, como si \u00e9l era verdaderamente digno. Ten\u00eda preocupaciones pr\u00e1cticas, como dejar su trabajo y el desarraigo de su familia. \u00bfSus hijos se ajustarian a la vida en Utah? \u00bfC\u00f3mo ser\u00eda el futuro para \u00e9l y su familia, ahora que hab\u00eda aceptado un llamamiento a tiempo completo de por vida? Incluso cuarenta a\u00f1os m\u00e1s tarde, los ojos de Ezra se llenaban de l\u00e1grimas al hablar de ese tierno momento, ese “humilde y abrumador momento” que iba a cambiaria su vida para siempre.<\/p>\n
“Cuando el tren lleg\u00f3 a Grand Junction, Colorado, Ezra hizo algunas llamadas pendientes. La primera fue en Flora. Ella registr\u00f3 poca sorpresa ante la noticia emocional de su marido, admitiendo que hab\u00eda tenido una fuerte impresi\u00f3n de que algo de magnitud ocurrir\u00eda en este viaje. ‘Ella dijo lo maravilloso que se sintia y expres\u00f3 su total confianza que lo haria muy bien,’ Ezra escribi\u00f3. “Fue reconfortante hablar con ella. Ella siempre ha mostrado m\u00e1s fe en m\u00ed de la que tengo yo. ‘”<\/p>\n
Ezra Taft Benson fue sotenido el mismo d\u00eda que Spencer W. Kimball, con Spencer siendo sostenido primero. Era 1 de octubre de 1943 cuando estos dos hombres, quienes ser\u00edan m\u00e1s adelante Presidentes de la Iglesia, Se convirtieron en l Ap\u00f3stoles en el Qu\u00f3rum de los Doce. Ezra Taft Benson se convertir\u00eda en Presidente de la Iglesia el 10 de noviembre de 1985.<\/p>\n
En el momento en que el presidente Benson y el presidente Kimball fueron llamados a los Doce, la Iglesia a veces anunciaba dichos llamamientos casi de inmediato. En agosto, las noticias de los dos llamamientos era de conocimiento p\u00fablico, a pesar de que el sostenimiento real tuvo lugar en octubre.<\/em><\/p><\/blockquote>\n <\/p>\n
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Howard W. Hunter es llamado a los Doce<\/strong><\/p>\n![\"howard-w-hunter-painting\"](\"http:\/\/mormonsud.org\/wp-content\/uploads\/2015\/07\/howard-w-hunter-painting.jpg\")
<\/a>Howard W. Hunter<\/p><\/div>\n
(de su biograf\u00eda, ‘Howard W. Hunter, “escrito por Eleanor Knowles (pp. 142-146)<\/em><\/p>\nOto\u00f1o de 1959 fue una \u00e9poca emocionante para el Presidente de la Estaca Pasadena, Presidente Howard W. Hunter y su familia. Su primer nieto hab\u00eda llegado! Qu\u00e9 maravilloso! Con la conferencia general cerca, la esposa de Howard se fue de California y se dirigi\u00f3 a Provo, Utah una semana antes para que pudiera pasar alg\u00fan tiempo con la nueva adici\u00f3n a la familia. Howard, lleg\u00f3 a Salt Lake justo a tiempo para asistir a la primera sesi\u00f3n del viernes. ( La Conferencia General duraba tres d\u00edas en aquel entonces.)<\/p>\n
<\/p>\n
Despu\u00e9s de la primera sesi\u00f3n, Howard convers\u00f3 con la gente en la Manzana del Templo, y se dirigi\u00f3 al Hotel Utah justo al otro lado de la calle. No se le inform\u00f3 que el secretario del presidente David O. McKay hab\u00eda estado buscando por \u00e9l. Howard estaba seguro de que el presidente McKay simplemente quer\u00eda un informe sobre una tarea que la Primera Presidencia le hab\u00eda asignado. Pronto Howard estaba sentado en la oficina del presidente McKay, situada en el Edificio Administrativo de la Iglesia. Howard record\u00f3 m\u00e1s tarde:<\/p>\n
“El presidente McKay me salud\u00f3 con una sonrisa agradable y un c\u00e1lido apret\u00f3n de manos y luego me dijo: ‘Si\u00e9ntese, presidente Hunter, quiero hablar con usted. El Se\u00f1or ha hablado. Usted ha sido llamado a ser uno de sus testigos especiales, y ma\u00f1ana ser\u00e1 sostenido como miembro del Consejo de los Doce “.<\/p>\n
“No puedo tratar de explicar la sensaci\u00f3n que se apoder\u00f3 de m\u00ed. Las l\u00e1grimas asomaron a mis ojos y yo no pod\u00eda hablar. Nunca me he sentido tan completamente humillado como cuando me sent\u00e9 en la presencia de este gran y dulce hombre-el amable profeta del Se\u00f1or. Me dijo qu\u00e9 esto traeria una gran alegr\u00eda a mi vida, la asociaci\u00f3n maravillosa con los hermanos, y que en adelante mi vida y mi tiempo se dedicaria como un siervo del Se\u00f1or y que yo en adelante le pertenecia a la Iglesia y al mundo entero . Dijo otras cosas, pero yo estaba tan emocionado que no puedo recordar los detalles, pero s\u00ed recuerdo que \u00e9l puso sus brazos alrededor de m\u00ed y me asegur\u00f3 que el Se\u00f1or me amaria y me tendria el voto de confianza de la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce “.<\/p>\n
La entrevista hab\u00eda terminado en unos pocos minutos, y Howard regres\u00f3 al Hotel Utah. Cuando llam\u00f3 a su esposa en Provo, luch\u00f3 parasiquiera poder \u00a0hablar. Ella prometi\u00f3 venir hasta Salt Lake ese d\u00eda. Howard descubri\u00f3 que estaba demasiado nerviosa para quedarse tranquilo. Se fue a dar un paseo, volviendo al igual mientras la \u00a0sesi\u00f3n llegaba a su fin.<\/p>\n
Esa noche, \u00e9l sigui\u00f3 adelante con sus planes programados con la familia. \u00c9l y su hijo John asistieron al partido de f\u00fatbol anual tradicional entre la Universidad de Utah y la Universidad Brigham Young. John encontr\u00f3 el juego emocionante, pero Howard recuerda simplemente mirando a la l\u00ednea de 50 yardas durante todo el partido. (Resultado final: U de U 20; BYU 8). Howard luego pasar mucho tiempo hablando con su esposa.<\/p>\n
A la ma\u00f1ana siguiente, menos de 24 horas despu\u00e9s de que wl llamamiente se hab\u00eda le habia extendido, Howard W. Hunter se sent\u00f3 en el Tabern\u00e1culo de Salt Lake para la sesi\u00f3n del Sabado por la ma\u00f1ana. El presidente J. Reuben Clark llev\u00f3 a cabo el sostenimiento de las autoridades de la Iglesia, y Howard recuerda c\u00f3mo se sent\u00eda:<\/p>\n
“Mi coraz\u00f3n comenz\u00f3 a latir con fuerza mientras me preguntaba cu\u00e1l ser\u00eda la reacci\u00f3n cuando mi nombre fuera le\u00eddo. Nunca habia tenido una sensaci\u00f3n de p\u00e1nico. Uno por uno los nombres de el Consejo de los Doce fueron le\u00eddos y mi nombre era el duod\u00e9cimo “.<\/p>\n
Cuando Howard hac\u00eda su camino hacia su nuevo asiento en el estrado, todos los ojos estaban puestos en \u00e9l. “Nunca he visto tantos fot\u00f3grafos de prensa, y los flashes se iban como fuegos artificiales.<\/p>\n
El latido de mi coraz\u00f3n se increment\u00f3 golpeando mientras sub\u00eda los escalones. Elder Hugh B Brown se acerc\u00f3 para hacer espacio para m\u00ed y tome mi lugar como el duod\u00e9cimo miembro del Qu\u00f3rum. Sent\u00ed los ojos de todos fijos en m\u00ed, as\u00ed como el peso del mundo sobre mis hombros. Cuando la conferencia procedi\u00f3 yo estuve era el mas inc\u00f3modo y me pregunte si alguna vez podr\u00eda sentir que este era mi lugar adecuado “.<\/p>\n
Howard W. Hunter fue sostenido al Qu\u00f3rum de los Doce el 10 de octubre de 1959. Se convirti\u00f3 en Presidente de la Iglesia el 5 de junio de 1994.<\/p>\n
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<\/a>Spencer W. Kimball<\/p><\/div>\n
Cuando un ap\u00f3stol se llamado a los Doce, la convocatoria se extiende de una manera muy similar que todos los otros llamamientos en la Iglesia. A ellos simplemente se les pide, por uno con la autoridad, si aceptan este llamado. En general, no tienen la menor idea de que una convocatoria de tal magnitud se acerca, y estan bastante sorprendidos e incr\u00e9dulos al principio. Dadas sus humildes naturalezas, estos hombres nunca han aspirado a ser ap\u00f3stoles, ni se les ha cruzado jamas el pensamiento de que ser\u00edan llamados a tal posici\u00f3n.<\/p>\n
No todo ap\u00f3stol ha cuenta p\u00fablica y detallada de su experiencia cuando se les llamo a los Doce, pero los Presidentes de la Iglesia tradicionalmente lo incluyen en su biograf\u00eda. Aqu\u00ed compartimos las cuentas de nuestro actual Presidente de la Iglesia, Thomas S. Monson, y de los \u00faltimos 4 presidentes de la Iglesia: Gordon B. Hinckley, Howard W. Hunter, Ezra Taft Benson, y Spencer W. Kimball.<\/p>\n
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Cuando Spencer W. Kimball fue llamado al los Doce<\/strong><\/p>\n De su biograf\u00eda, ‘Spencer W. Kimball “, escrito por Edward L. Kimball y Andrew E. Kimball, Jr., (pp. 189-195)<\/em><\/p>\n “Pap\u00e1, Salt Lake City est\u00e1 llamando”, fueron las palabras que Spencer W. Kimball escuch\u00f3 cuando \u00a0entr\u00f3 por la puerta de su casa, el 8 de julio de 1943. El Pesidente de Estaca Spencer W. Kimball casualmente hab\u00eda vuelto a casa para el almuerzo, como era su costumbre.<\/p>\n El Hermano Kimball hab\u00eda recibido muchas llamadas de Salt Lake City a trav\u00e9s de los a\u00f1os. Esta vez se sinti\u00f3 un poco diferente. Mientras cruzaba la habitaci\u00f3n para tomar el tel\u00e9fono, sinti\u00f3 una “sensaci\u00f3n abrumadora” que estaba a punto de ser llamado a una posici\u00f3n alta en la Iglesia. Incluso tevo un pensamiento fugaz sobre las dos vacantes en el Qu\u00f3rum de los Doce Ap\u00f3stoles, pero r\u00e1pidamente desech\u00f3 la idea. Se reprendi\u00f3 a s\u00ed mismo por siquiera pensar tal cosa.<\/p>\n Spencer tom\u00f3 el tel\u00e9fono y escuch\u00f3 la voz del presidente J. Reuben Clark.<\/p>\n “Spencer, es el hermano Clark. \u00bfTiene una silla a la mano? ”<\/p>\n “S\u00ed, el hermano Clark,” respondi\u00f3 Spencer.<\/p>\n “Los Hermanos acaban de elegirlo para ocupar una de las vacantes en el Qu\u00f3rum.”<\/p>\n Spencer W. Kimball, sorprendido por esas palabras, se tropezo con la silla al suelo. Spencer le dijo al presidente Clark que un llamamiento como ese no pod\u00eda ser cierto.<\/p>\n “Los hermanos sienten que usted es el hombre”, reafirm\u00f3 el presidente Clark<\/p>\n Spencer hab\u00eda aprendido a no rechazar una llamamiento, pero \u00e9l se habia tropezado con la silla al suelo la noticia lo sorprendio. Parec\u00eda tan imposible. Spencer se sinti\u00f3 tan indigno. Cada cosa peque\u00f1a que hab\u00eda hecho y todo malentendido que \u00e9l hab\u00eda tenido alguna vez con sus semejantes se vino a su mente.<\/p>\n Parec\u00eda que todas las personas que alguna vez hab\u00edan sido ofendidas por mi culpa se paraban delante de m\u00eddecian, ‘\u00bfC\u00f3mo puedes ser un ap\u00f3stol del Se\u00f1or? no eres digno. eres insignificante. no debes aceptar este llamamiento. No puedes hacerlo. ‘”<\/p>\n Pero la llamamiento era real. La familia de Spencer se hab\u00eda reunido alrededor, curiosa por su tono de voz y exclamaciones durante la llamada. Despu\u00e9s de colgar el tel\u00e9fono, se volvi\u00f3 hacia su mujer y sus hijos.<\/p>\n “Me han llamado como ap\u00f3stol”, dijo.<\/p>\n La familia de Spencer se qued\u00f3 en silencio, desconcertada por un momento antes de que su esposa le pregunt\u00f3: “\u00bfEst\u00e1 seguro de que vas a ser un ap\u00f3stol?”<\/p>\n Spencer respondi\u00f3 que no estaba seguro. Tal vez \u00e9l hab\u00eda entendido mal. Tal vez el llamamiento era para ser asistente o algo asi. La familia trat\u00f3 de sentarse a comer, que se est\u00e1 enfriando. Nadie ten\u00eda mucho apetito. Los chicos salieron, y Spencer se estiro en el suelo para tratar de relajarse por un momento. Su mente se aceler\u00f3. Pens\u00f3 en la log\u00edstica de mudansa a Salt Lake desde su casa en Arizona. \u00c9l tendr\u00eda que renunciar a su negocio, que finalmente estaba pr\u00f3sperando, vender su casa, dejar a los amigos y la maravillosa vida que hab\u00edan construido a trav\u00e9s de los a\u00f1os.<\/p>\n “Pero la idea predominante eran las de mis propias limitaciones e incapacidades y debilidades. Las l\u00e1grimas vinieron a continuaci\u00f3n, una inundaci\u00f3n inagotable. Hab\u00edan pasado a\u00f1os desde que hab\u00eda derramado una l\u00e1grima … Pero ahora era incontrolable, lloraba y lloraba. Parec\u00eda que todos los pensamientos conflictivos de mi mente estaban tratando de limpiarse con las l\u00e1grimas. Mi esposa estaba sentada a mi lado en el suelo, acariciando mi pelo, tratando de calmarme. ”<\/p>\n En los d\u00edas siguientes, Spencer y su esposa viajaron a Colorado en un viaje previamente planeado a visitar a su hijo. Despu\u00e9s de eso, planeaban ir a Salt Lake City. Spencer estaba en angustia, \u00e9l se reprendi\u00f3 a s\u00ed mismo por sus defectos. No pod\u00eda dormir, y pas\u00f3 horas en oraci\u00f3n sollosa. Despu\u00e9s de seis d\u00edas y noches de oraci\u00f3n constante y sin dormir, estaba completamente agotado, pero todav\u00eda no hab\u00eda recibido la paz y el consuelo que necesitaba.<\/p>\n \u00c9l comenz\u00f3 un ayuno, y se embarc\u00f3 en una caminata en las monta\u00f1as de Colorado. \u00a0subi\u00f3 y llor\u00f3 y\u00a0se\u00a0condeno a s\u00ed mismo por todos sus defectos. Abog\u00f3 por un poco de paz y seguridad para que \u00a0fuera aceptable para el Se\u00f1or. Con el tiempo, la paz lleg\u00f3.<\/p>\n Mis l\u00e1grimas cesaron, mi alma estaba en paz. Una sensaci\u00f3n de calma se apoder\u00f3 de m\u00ed, la duda y cuestionamientos desaparecieron. Era como si un gran peso hubiera sido levantado. Me sent\u00e9 en silencio tranquilo en ese hermoso valle, dando gracias al Se\u00f1or por la satisfacci\u00f3n y la respuesta tranquilizadora a mis oraciones. medit\u00e9 ahi en la quietud pac\u00edfica, apartado de todos, y me sent\u00ed m\u00e1s cerca de mi Se\u00f1or como nunca antes en mi vida. ”<\/p>\n Spencer W. Kimball fue sostenido al Qu\u00f3rum de los Doce Ap\u00f3stoles el 1 de octubre de 1943. M\u00e1s tarde se convirti\u00f3 en Presidente de la Iglesia el 30 de diciembre de 1973.<\/p>\n <\/p>\n Cuando Ezra Taft Benson fue llamado a los Doce<\/strong><\/p>\n Ezra Taft Benson<\/p><\/div>\n ( de su biograf\u00eda, ‘Ezra Taft Benson’, escrito por Sheri Dew, (pp. 174-176)<\/em><\/p>\n Ezra Taft Benson, y su hijo de quince a\u00f1os de edad, Reed, hab\u00edan estado en las cooperativas agr\u00edcolas de visitando por carretera como parte del trabajo de Ezra. Se detuvo para ver a la familia en Idaho, y luego tuvo una \u00faltima parada en Salt Lake antes de abordar un tren a casa en Maryland. Era el 26 de julio de 1943, s\u00f3lo un par de semanas despu\u00e9s de que Spencer W. Kimball fuera llamado a los Doce.<\/p>\n Ezra fue invitado a la casa del presidente Heber J. Grant, que era el Presidente de la Iglesia. El presidente Grant hab\u00eda estado enfermo, y descansaba en su cama cuando llegaron Ezra y Reed. El presidente Grant le pidi\u00f3 a Ezra que entre y cierre la puerta. Cuando Ezra se sent\u00f3 en una silla junto a la cama, el presidente Grant tom\u00f3 la mano de Ezra y la estrech\u00f3. Con lagrimas en los ojos, el presidente Grant dijo entonces:<\/p>\n Hermano Benson, con todo mi coraz\u00f3n lo felicito a usted y oro por la bendici\u00f3n de Dios para ayudarlo. Usted ha sido elegido como el miembro m\u00e1s joven del Consejo de los Doce Ap\u00f3stoles “.<\/p>\n Ezra no hab\u00eda experimentado ning\u00fan impulso espiritual de que un llamamiento de tal magnitud se avecinaba. De hecho, en un principio no acepto la invitacion a la casa del Presidente Grant, porque estaba preocupado de que perderia su tren de regreso a Maryland. Estaba completamente sorprendido, y ‘sent\u00eda, sent\u00eda como si la tierra se hundia por debajo de \u00e9l “.<\/p>\n M\u00e1s tarde escribi\u00f3 en su diario: “El anuncio pareci\u00f3 incre\u00edble y abrumador. . . . Durante varios minutos [I] pude decir solamente, ‘Oh, Presidente Grant, no puede ser! “, debo haberlo repetido varias antes de recuperarme del shock y poder darme cuenta de que estaba pasando . . . . \u00c9l me cogi\u00f3 la mano durante mucho tiempo, ambos derramamos l\u00e1grimas. . . . Durante m\u00e1s de una hora estuvimos solos, gran parte del tiempo con nuestras manos entrelazadas. Aunque [era] d\u00e9bil, su mente estaba clara y alerta, y yo estaba muy impresionado con su dulce, amable y humilde esp\u00edritu mientras parec\u00eda mirar en mi alma.<\/p>\n “Me sent\u00ed tan absolutamente d\u00e9bil e indigno de que sus palabras de consuelo y tranquilidad fueron doblemente apreciadas. Entre otras cosas, declar\u00f3: “El Se\u00f1or tiene una manera de magnificar a los hombres que son llamados a posiciones de liderazgo.” Cuando en mi debilidad tuve la oportunidad de decir que amaba la Iglesia, dijo: “Sabemos que, y el Se\u00f1or quiere a los hombres que van a darlo todo por su obra ‘.<\/p>\n “\u00c9l habl\u00f3 de las medidas adoptadas en una reuni\u00f3n especial de la Primera Presidencia y los Doce dos semanas antes y que la discusi\u00f3n con respecto a m\u00ed hab\u00eda estado con un entusiasmo un\u00e1nime. . . . Me siento confiado de que s\u00f3lo a trav\u00e9s de las ricas bendiciones del Todopoderoso estas cosas puedes ser realizadas.”.<\/p>\n Despu\u00e9s de que la reuni\u00f3n con el presidente Grant termin\u00f3, Ezra se fue junto a su hijo Reed, que pacientemente hab\u00eda estado esperando. Ezra no dijo nada de lo que hab\u00eda ocurrido desde el tramo del domicilio del presidente Grant a la casa del presidente David O. McKay. Una vez que llegaron, el presidente McKay fue qui\u00e9n le dijo la noticia a Reed.<\/p>\n El viaje en tren de regreso a Maryland fue largo. Dur\u00f3 toda la noche, Ezra no pod\u00eda dormir. Ten\u00eda preocupaciones espirituales, como si \u00e9l era verdaderamente digno. Ten\u00eda preocupaciones pr\u00e1cticas, como dejar su trabajo y el desarraigo de su familia. \u00bfSus hijos se ajustarian a la vida en Utah? \u00bfC\u00f3mo ser\u00eda el futuro para \u00e9l y su familia, ahora que hab\u00eda aceptado un llamamiento a tiempo completo de por vida? Incluso cuarenta a\u00f1os m\u00e1s tarde, los ojos de Ezra se llenaban de l\u00e1grimas al hablar de ese tierno momento, ese “humilde y abrumador momento” que iba a cambiaria su vida para siempre.<\/p>\n “Cuando el tren lleg\u00f3 a Grand Junction, Colorado, Ezra hizo algunas llamadas pendientes. La primera fue en Flora. Ella registr\u00f3 poca sorpresa ante la noticia emocional de su marido, admitiendo que hab\u00eda tenido una fuerte impresi\u00f3n de que algo de magnitud ocurrir\u00eda en este viaje. ‘Ella dijo lo maravilloso que se sintia y expres\u00f3 su total confianza que lo haria muy bien,’ Ezra escribi\u00f3. “Fue reconfortante hablar con ella. Ella siempre ha mostrado m\u00e1s fe en m\u00ed de la que tengo yo. ‘”<\/p>\n Ezra Taft Benson fue sotenido el mismo d\u00eda que Spencer W. Kimball, con Spencer siendo sostenido primero. Era 1 de octubre de 1943 cuando estos dos hombres, quienes ser\u00edan m\u00e1s adelante Presidentes de la Iglesia, Se convirtieron en l Ap\u00f3stoles en el Qu\u00f3rum de los Doce. Ezra Taft Benson se convertir\u00eda en Presidente de la Iglesia el 10 de noviembre de 1985.<\/p>\n En el momento en que el presidente Benson y el presidente Kimball fueron llamados a los Doce, la Iglesia a veces anunciaba dichos llamamientos casi de inmediato. En agosto, las noticias de los dos llamamientos era de conocimiento p\u00fablico, a pesar de que el sostenimiento real tuvo lugar en octubre.<\/em><\/p><\/blockquote>\n <\/p>\n <\/p>\n Howard W. Hunter es llamado a los Doce<\/strong><\/p>\n Howard W. Hunter<\/p><\/div>\n (de su biograf\u00eda, ‘Howard W. Hunter, “escrito por Eleanor Knowles (pp. 142-146)<\/em><\/p>\n Oto\u00f1o de 1959 fue una \u00e9poca emocionante para el Presidente de la Estaca Pasadena, Presidente Howard W. Hunter y su familia. Su primer nieto hab\u00eda llegado! Qu\u00e9 maravilloso! Con la conferencia general cerca, la esposa de Howard se fue de California y se dirigi\u00f3 a Provo, Utah una semana antes para que pudiera pasar alg\u00fan tiempo con la nueva adici\u00f3n a la familia. Howard, lleg\u00f3 a Salt Lake justo a tiempo para asistir a la primera sesi\u00f3n del viernes. ( La Conferencia General duraba tres d\u00edas en aquel entonces.)<\/p>\n <\/p>\n Despu\u00e9s de la primera sesi\u00f3n, Howard convers\u00f3 con la gente en la Manzana del Templo, y se dirigi\u00f3 al Hotel Utah justo al otro lado de la calle. No se le inform\u00f3 que el secretario del presidente David O. McKay hab\u00eda estado buscando por \u00e9l. Howard estaba seguro de que el presidente McKay simplemente quer\u00eda un informe sobre una tarea que la Primera Presidencia le hab\u00eda asignado. Pronto Howard estaba sentado en la oficina del presidente McKay, situada en el Edificio Administrativo de la Iglesia. Howard record\u00f3 m\u00e1s tarde:<\/p>\n “El presidente McKay me salud\u00f3 con una sonrisa agradable y un c\u00e1lido apret\u00f3n de manos y luego me dijo: ‘Si\u00e9ntese, presidente Hunter, quiero hablar con usted. El Se\u00f1or ha hablado. Usted ha sido llamado a ser uno de sus testigos especiales, y ma\u00f1ana ser\u00e1 sostenido como miembro del Consejo de los Doce “.<\/p>\n “No puedo tratar de explicar la sensaci\u00f3n que se apoder\u00f3 de m\u00ed. Las l\u00e1grimas asomaron a mis ojos y yo no pod\u00eda hablar. Nunca me he sentido tan completamente humillado como cuando me sent\u00e9 en la presencia de este gran y dulce hombre-el amable profeta del Se\u00f1or. Me dijo qu\u00e9 esto traeria una gran alegr\u00eda a mi vida, la asociaci\u00f3n maravillosa con los hermanos, y que en adelante mi vida y mi tiempo se dedicaria como un siervo del Se\u00f1or y que yo en adelante le pertenecia a la Iglesia y al mundo entero . Dijo otras cosas, pero yo estaba tan emocionado que no puedo recordar los detalles, pero s\u00ed recuerdo que \u00e9l puso sus brazos alrededor de m\u00ed y me asegur\u00f3 que el Se\u00f1or me amaria y me tendria el voto de confianza de la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce “.<\/p>\n La entrevista hab\u00eda terminado en unos pocos minutos, y Howard regres\u00f3 al Hotel Utah. Cuando llam\u00f3 a su esposa en Provo, luch\u00f3 parasiquiera poder \u00a0hablar. Ella prometi\u00f3 venir hasta Salt Lake ese d\u00eda. Howard descubri\u00f3 que estaba demasiado nerviosa para quedarse tranquilo. Se fue a dar un paseo, volviendo al igual mientras la \u00a0sesi\u00f3n llegaba a su fin.<\/p>\n Esa noche, \u00e9l sigui\u00f3 adelante con sus planes programados con la familia. \u00c9l y su hijo John asistieron al partido de f\u00fatbol anual tradicional entre la Universidad de Utah y la Universidad Brigham Young. John encontr\u00f3 el juego emocionante, pero Howard recuerda simplemente mirando a la l\u00ednea de 50 yardas durante todo el partido. (Resultado final: U de U 20; BYU 8). Howard luego pasar mucho tiempo hablando con su esposa.<\/p>\n A la ma\u00f1ana siguiente, menos de 24 horas despu\u00e9s de que wl llamamiente se hab\u00eda le habia extendido, Howard W. Hunter se sent\u00f3 en el Tabern\u00e1culo de Salt Lake para la sesi\u00f3n del Sabado por la ma\u00f1ana. El presidente J. Reuben Clark llev\u00f3 a cabo el sostenimiento de las autoridades de la Iglesia, y Howard recuerda c\u00f3mo se sent\u00eda:<\/p>\n “Mi coraz\u00f3n comenz\u00f3 a latir con fuerza mientras me preguntaba cu\u00e1l ser\u00eda la reacci\u00f3n cuando mi nombre fuera le\u00eddo. Nunca habia tenido una sensaci\u00f3n de p\u00e1nico. Uno por uno los nombres de el Consejo de los Doce fueron le\u00eddos y mi nombre era el duod\u00e9cimo “.<\/p>\n Cuando Howard hac\u00eda su camino hacia su nuevo asiento en el estrado, todos los ojos estaban puestos en \u00e9l. “Nunca he visto tantos fot\u00f3grafos de prensa, y los flashes se iban como fuegos artificiales.<\/p>\n El latido de mi coraz\u00f3n se increment\u00f3 golpeando mientras sub\u00eda los escalones. Elder Hugh B Brown se acerc\u00f3 para hacer espacio para m\u00ed y tome mi lugar como el duod\u00e9cimo miembro del Qu\u00f3rum. Sent\u00ed los ojos de todos fijos en m\u00ed, as\u00ed como el peso del mundo sobre mis hombros. Cuando la conferencia procedi\u00f3 yo estuve era el mas inc\u00f3modo y me pregunte si alguna vez podr\u00eda sentir que este era mi lugar adecuado “.<\/p>\n Howard W. Hunter fue sostenido al Qu\u00f3rum de los Doce el 10 de octubre de 1959. Se convirti\u00f3 en Presidente de la Iglesia el 5 de junio de 1994.<\/p>\n <\/p>\n<\/a><\/a>