La Conferencia General de octubre estuvo repleta de excelentes discursos y consejos para todos nosotros.
Lo que me hace preguntarme si podríamos llegar a la conclusión de que los discursos de la conferencia pueden ser considerados como escrituras para nuestros días.
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Respuesta
La respuesta rápida es: ¡¡¡CLARO QUE SÍ!!!
“Lo que yo, el Señor, he dicho, yo lo he dicho, y no me disculpo; y aunque pasaren los cielos y la tierra, mi palabra no pasará, sino que toda será cumplida, sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo”. -DyC. 1: 38
“Y lo que hablen cuando sean inspirados por el Espíritu Santo será Escritura, será la voluntad del Señor, será la intención del Señor, será la palabra del Señor, será la voz del Señor y el poder de Dios para salvación”. -DyC 68: 4
Las únicas condiciones que pondría a la respuesta a tu pregunta son:
“Para nuestros días”
“Canónicos”
Cuando dices “para nuestros días”, debemos entender la diferencia entre lo que es para toda la dispensación y lo que es para el año o la generación en que vivimos.
He escuchado que comúnmente se dice que las ediciones de la Liahona de mayo y noviembre de la Conferencia deberían deberían ir de la mano con los libros canónicos debido al período de seis meses que cubren.
Esto no significa que las doctrinas expuestas sean menos veraces después de ese período de seis meses. Pero sí significa que el énfasis de éstas puede ser mayor para ese período. También tiendo a pensar que cualquier amonestación específica es más importante para ese período.
Independientemente, hay principios a los que siempre debemos permanecer fieles, ya sea que se hayan mencionado en la última conferencia o no.
Y estos se guardan en aquellos libros que llamamos “canónicos” o “escrituras canónicas”. Los libros canónicos son publicaciones que se han adoptado como aplicables a toda la dispensación, independientemente del énfasis que se realice para cada uno de ellos. Estos siempre son aplicables.
Por lo tanto, siempre usamos libros canónicos como nuestra base o “constitución”.
Las políticas de la Iglesia y el énfasis que escuchamos durante la Conferencia General pueden cambiar. Sin embargo, los libros canónicos permanecen hasta que se dé una nueva revelación y tengamos que dar nuestro sostenimiento a través de una asamblea solemne.
Fuente: asgramps.org