Como una ruptura amorosa hizo que esta Santo de los Últimos Días creara un cómic viral

Ingrid Ochoa el reto del beso kiss bet

Ingrid Ochoa, una joven Santo de los Últimos Días nacida en México, ha logrado que sus historias lleguen a millones de personas gracias a la ayuda de sus amigos y una desafortunada ruptura amorosa.

Ingrid, desde pequeña ha sido una persona con mucha creatividad, creaba mundos fantásticos, mundos donde los ajetreos de la escuela y la vida cotidiana eran dejados atrás a medida que permitía que su imaginación tomara el control.

“Siempre he soñado despierta”, dijo Ochoa. “Siempre he pensado en historias en mi cabeza, salía y visitaba lugares, pero no estaba presente”.

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A los 12 o 13 años, Ochoa ya estaba trabajando en su primera historia. Inspirada por la trilogía de “El señor de los anillos”, Ochoa comenzó a escribir una historia basada en elfos y su inmortalidad.

Incluso cuando Ingrid comenzó a plasmar sus sueños en un papel, supo que aún le faltaba algo. De alguna manera, las palabras no eran suficientes para expresar todo lo que quería que sus historias contaran.

Pero antes de que pudiera determinar qué era, Ingrid y su familia se mudaron a Honduras cuando su padre, el élder Adrián Ochoa, fue llamado como presidente de la Misión San Pedro Sula. Fue durante ese tiempo que Ochoa realmente comenzó a buscar un escape de las tareas y trabajos de la escuela por medio de sus historias.

Y, afortunadamente, su nueva escuela le brindó la solución perfecta. Todos los estudiantes debían aprender mecanografía por medio del uso de una máquina de escribir.

Ingrid escribió muchas historias en esa máquina de escribir y pronto estas se convirtieron en algo que sus compañeros querían leer.

“Todos mis compañeros de clase se pasaban [mis historias] y las leían y luego les pasaba el capítulo siguiente y el siguiente”.

Fue cuando Ochoa tenía 17 años que descubrió lo que le faltaba a sus historias. Todo este tiempo, la respuesta había estado ahí: Ingrid sabía dibujar.

En lugar de depender únicamente de sus palabras, comenzó a crear historias tipo historietas que luego subía en sitios web donde lectores de todo el mundo podían leerlas.

Aunque nada alcanzó los resultados que esperaba, Ingrid aprendió una lección muy importante:

“Es necesario intentar e intentar e intentar e intentar y seguir intentando hasta que tengas éxito”.

Ella siguió actualizando sus cómics hasta que se fue a servir una misión en Taiwán, Taipei. Fue mientras estaba en el Centro de Capacitación Misional que se dio cuenta de que tendría que poner una breve pausa a su imaginación constante, tenía que enfocarse en lo que tenía delante en el momento: su servicio al Señor.

Cuando Ochoa regresó de su misión y se mudó a Utah, al principio no pensó en crear nuevas historias. Pero luego eso cambió.

Después de una ruptura amorosa, Ingrid comenzó a buscar el escape que ya conocía, aquel escape familiar de soñar despierta y crear historias.

Todos los sentimientos relacionados a esta ruptura hicieron que Ingrid se sintiera inspirada una vez más. Pero en lugar de pensar en una historia de pura fantasía, Ochoa comenzó a crear una historia basada en hechos y personas reales, la historia sobre una niña de 18 años que aún no había recibido su primer beso.

“El Reto del Beso”

“Me pareció demasiado personal como para compartirla”, expresó Ochoa sobre la historia que se estaba formando en su mente, después de todo, el cómic estaba basado en su propia vida

A pesar de los sentimientos de temor, Ingrid comenzó a subir los capítulos de su nueva historia cada semana en el sitio WebToon Canvas. 

Ingrid no tenía idea de cuán grande sería su historia, “The Kiss Bet” (“El Reto del Beso”) la historia de una joven que es retada por su mejor amigo a besar a un extraño y que luego se enamora de tres chicos diferentes.

“Tuve 100 seguidores en la primera publicación y luego pensé: ‘Aquí hay algo’”, dijo Ochoa. “Recuerdo cuando me fui a la cama, y ​​luego cuando me desperté, tenía 100 [seguidores] más y después 500. Y luego, de repente, tenía 1000 [seguidores]”.

Después de que la amiga de Ingrid, Vickie, quien también fue la inspiración para un personaje con el mismo nombre en “The Kiss Bet”, se enteró del cómic, compartió la historia en Instagram. De repente, los peores temores de Ingrid Ochoa se hicieron realidad, todas las personas en las que se basaba su historia estaban leyendo su cómic.

Si bien este descubrimiento podría haber hecho que Ingrid se hundiera en la vergüenza, eso solo la impulsó a escribir más. Con sus amigos ahora apoyándola y su secreto al descubierto, Ingrid encontró una nueva inspiración para seguir adelante cuando podía haberse rendido y dejado todo atrás.

Más adelante, Ochoa fue contratada en el departamento de comunicaciones de la Iglesia, donde ayudó a ilustrar presentaciones para las Autoridades Generales y los líderes de la Iglesia. 

Durante su primera semana de trabajo para la Iglesia, recibió un correo electrónico de su editor informándole que a WebToon le gustaría destacar “The Kiss Bet” en su sitio web.

Con eso, Ingrid supo que no podía renunciar a “The Kiss Bet”. Y así, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m., Ingrid trabajaba para la Iglesia. Cuando llegaba a casa, escribía y trabajaba en “The Kiss Bet” hasta las 3:00 a.m. para luego irse a dormir, y ​​comenzar el mismo proceso al día siguiente.

Trabajar en ambas cosas se convirtió en un ciclo agotador y repetitivo sin mucho espacio para nada más en su vida. Sin embargo, la dedicación de Ingrid estaba dando sus frutos.

Durante este tiempo, “The Kiss Bet” se disparó en su popularidad, obteniendo más de cuatro millones de lectores por semana, dejando a Ingrid Ochoa con una decisión que tomar: ¿Debería dejar su trabajo en el departamento de comunicaciones de la Iglesia para dedicarse a alcanzar su sueño de escribir cómics a tiempo completo? 

Fue una decisión que Ingrid sabía que debía tomar con ayuda.

“Ayuné y todos mis amigos se unieron para ayunar conmigo, y fue una experiencia muy espiritual.

Después de hacer mi ayuno, mi papá me llamó de inmediato y me dijo: ‘Sabes, pienso que puedes hacer esto. Confío en ti’. Y yo le dije: ‘¿Qué? ¿Estás seguro?’. Él me respondió: ‘Te ayudaremos… te apoyamos’.

Toda mi familia me estaba apoyando… Recuerdo haber orado al Padre Celestial y haberle dicho: ‘No podías haberme dejado las cosas más claras’”.

Aún así, incluso después de tomar la decisión de dedicarse a sus historias, la pandemia le brindó nuevos desafíos a Ingrid y a muchos otros escritores y diseñadores.

Debido a la extensión del coronavirus por todo el mundo, muchos, incluida Ingrid, tienen poca o ninguna interacción social. En esta nueva realidad, Ochoa expresó que a veces le cuesta encontrar inspiración para su historia.

“Pero el Padre Celestial ha sido una gran guía. No va a obligarme a renunciar al trabajo de mis sueños porque sabe que es algo que amo y me causa mucha emoción… También me di cuenta de que quiero que mi historia sea sana, con contenido para toda la familia, para que todos la disfruten… Pienso que el Padre Celestial confió en mí y quería ayudarme con eso. Por eso quiere que hagamos lo que amamos”.

Y así, Ingrid Ochoa continúa escribiendo e ilustrando sus historias, llevando su mezcla de imaginación y experiencia persona a millones de personas de todo el mundo. Ella compartió:

“Pienso que esta es mi vocación. Siempre estoy pensando en la próxima historia y la próxima. Creo que ahora que tengo una audiencia que quiere escucharme y los seguiré entreteniendo”.

Fuente: ldsliving.com

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