“La ordenanza de la Santa Cena es una invitación sagrada y recurrente a arrepentirnos sinceramente y ser renovados espiritualmente” (David A. Bednar)
En la ordenanza de la Santa Cena participamos del pan y del agua en memoria del sacrificio expiatorio de Jesucristo. En Leales a la Fe, se explica que la Santa Cena es una parte esencial de nuestra adoración y de nuestro progreso espiritual. ¿Llegará a ser sagrada para uno si no se medita en su significado o si se toma con liviandad?
A continuación se resume el contenido de cinco discursos que tratan de la ordenanza sagrada de la Santa Cena y de los cuales, con una buena disposición, seguramente se aprenderá algo nuevo.
Al tomar la Santa Cena [1]
Es de importancia recordar el significado y la procedencia de la Santa Cena y el élder L. Tom Perry, del Cuórum de los Doce Apóstoles explica eso precisamente en su discurso titulado Al tomar la Santa Cena. En ese discurso aprendemos de las propias experiencias del élder Perry.
También se explica por qué el participar de la Santa Cena nos brinda un momento sagrado en un lugar santo. El Padre Celestial seguramente supo que tendríamos distracciones en este mundo pero instituyó la Santa Cena, a través de Su Hijo, para recordarnos los convenios que un día hicimos con Él.
Las Bendiciones de la Santa Cena[2]
Las Escrituras enseñan que el Padre Celestial nos bendice cuando obedecemos lo que Él manda[3]. La Santa Cena trae consigo bendiciones del Señor. El élder Don R. Clarke de los setenta, compartió un discurso titulado, Las bendiciones de la Santa Cena en la Conferencia General de octubre del 2012. En esa ocasión el élder Clarke sugirió cinco principios que nos pueden bendecir si participamos dignamente de la Santa Cena.
Así como el élder Clarke nosotros también podemos tener un cambio en el actuar mientras participamos de la Santa Cena. A menudo, se usa inadecuadamente ese tiempo para pensar en otras cosas que no vayan de acuerdo a las palabras de Jesucristo: “haced esto en memoria de mi”[4], sin embargo, tras mucho esfuerzo dicho comportamiento puede cambiar.
La Santa Cena: Una renovación para el alma[5]
La Segunda Consejera de la Presidencia General de la Primaria, Cheryl A. Esplin, enseña en su discurso qué se puede hacer para que la ordenanza de la Santa Cena sea una experiencia que sane y purifique. Además, de este discurso se puede aprender cómo el Espíritu Santo influye para purificar nuestras vidas.
Recordarle siempre[6]
Debido a que parte del convenio que hacemos en con el Señor incluye recordarle siempre[7], se hace necesario que aprendamos qué podemos hacer al respecto. El élder Gerrit W. Gong de la Presidencia de los Setenta nos enseña seis maneras en las que podemos recordarlo siempre en su discurso pronunciado en la Conferencia General de abril de este año.
El día de reposo y la Santa Cena[8]
El Padre Celestial nos ha dado una familia para que juntos podamos aprender del evangelio de Jesucristo y vivirlo. Al respecto el élder L. Tom Perry enseña en su discurso El día de reposo y la Santa Cena que en la familia puede aprenderse los principios necesarios para guardar el día de reposo y participar dignamente de la ordenanza de la Santa Cena.
El Señor Jesucristo ha dicho que sus siervos elegidos están autorizados para dar a conocer Su voluntad[9] y esto es lo que precisamente han hecho los líderes en los discursos anteriores. Que podamos orar al Padre Celestial y pedirle que nos de humildad para hacer los cambios necesarios en nuestra vida y acercarnos más a Él.
[1] https://www.lds.org/general-conference/2006/04/as-now-we-take-the-sacrament?lang=spa
[2] https://www.lds.org/general-conference/2012/10/blessings-of-the-sacrament?lang=spa
[3] Véase Doctrina y Convenios 82:10
[4] Véase Lucas 22:19
[5] https://www.lds.org/general-conference/2014/10/the-sacrament-a-renewal-for-the-soul?lang=spa
[6] https://www.lds.org/general-conference/2016/04/always-remember-him?lang=spa
[7] Véase Doctrina y Convenios 20:77
[8] https://www.lds.org/general-conference/2011/04/the-sabbath-and-the-sacrament?lang=spa
[9] Véase Doctrina y Convenios 1:38