El plan de estudios del evangelio de este año es Doctrina y Convenios y es imposible estudiar este libro de escrituras sin aprender sobre la historia de la Iglesia, lo que puede ser un problema para algunas personas que no están de acuerdo con parte de la historia La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Si Doctrina y Convenios se estudia de la manera correcta, puede ser una gran herramienta de aprendizaje. Tenemos la oportunidad de aprender y crecer, pero solo si estamos realmente dispuestos a hacerlo.
Acabo de cumplir 66 años y hay muchas páginas en el libro de la historia de mi vida que cuentan con algunas imperfecciones. Al final de mi vida terrenal, espero que otros juzguen el resultado final de quien fui como persona, y no los errores y desatinos de los primeros capítulos en mi historia.
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No estoy orgullosa de algunas páginas de la historia de mi vida, pero fueron justamente esas páginas las que me brindaron las lecciones más importantes.
Las “manchas” en una historia son el resultado de las acciones de cada individuo, cada país y cada iglesia. Somos seres humanos imperfectos que cometemos errores. Cuando cometemos errores, aprendemos y crecemos. ¿Acaso no es ese el propósito de venir a la Tierra?
Parte de mi propio crecimiento como persona fue darme cuenta de que cuando muera, mis propios hijos un día se sentarán en la mesa de la cocina y hablarán de mí; incluso podrían tildarme de “mala” cuando recuerden cómo fueron criados.
Las páginas de la historia de mi vida que recordarán serán las más duras y las más honestas.
Ignorarán por completo las páginas donde tomé la decisión consciente de ser la bruja mala del cuento. Un método que elegí porque amo a mi esposo y quería que tuviera una buena relación con nuestros hijos.
Mi esposo era una persona muy insegura. Él trajo a nuestro matrimonio muchas de estas debido al fracaso de su primer matrimonio y la separación de sus hijos.
Estaba decidida a hacer que mi esposo tuviera una relación perfecta con nuestros hijos y mi decisión me colocó como la mamá que siempre los disciplinaba y a él, como el papá adorable y tierno.
Las páginas de la historia que mis hijos no verán son las decisiones diarias conscientes de hacer el papel de la bruja mala, aun cuando fue doloroso para mí.
Estudiar la historia de algo, ya sea la historia de la vida de alguien, de un país, del mundo o de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es complicado.
La única forma justa de juzgar aquella historia es ubicarnos en el período exacto de tiempo en el que se llevaron los hechos.
Dado que no siempre tenemos todos los hechos para saber a ciencia cierta las presiones y situaciones exactas de aquel período de tiempo, lo único que podemos hacer para mantenernos imparciales es brindarle a las personas el beneficio de la duda.
Asimismo, también es importante reconocer que todos cometemos errores. No sería justo exigirle a alguien que viva un estándar más alto del que nosotros vivimos.
También existe un grave peligro al intentar encubrir sucesos pasados. Y si bien hay muchas cosas en la historia de nuestros países que deben enorgullecernos, también hay muchas páginas preocupantes en nuestra historia.
Tenemos que tomar una decisión. Podemos tomar estas páginas manchadas y aprender de ellas y escribir páginas más limpias en el futuro, o podemos eliminar toda evidencia de que esas manchas existieron, fingir que nunca pasó y repetir los mismos errores del pasado.
Uno de mis hijos tuvo un profesor de historia de la escuela secundaria que se negó a enseñarles sobre la Segunda Guerra Mundial (aunque estaba en el plan de estudios de la escuela) solo porque Estados Unidos lanzó dos bombas atómicas para ponerle fin a la guerra.
Creo que la mejor opción hubiera sido enseñarles la verdad y aprender de ella. ¿Por qué se tomó esta decisión? ¿Fue eso en realidad lo que le puso fin a la guerra? ¿Salvó vidas?
¿Fueron los muchos años de la Guerra Fría una consecuencia de esto? ¿Qué pasaría si algún país decidiera lanzar una bomba atómica en la actualidad o en el futuro? Hay lecciones que podemos aprender de la historia y que sería muy perjudicial omitir.
La historia siempre tiene varias caras. Profundicemos en todas estas páginas imperfectas y aprendamos qué hicimos bien y qué hicimos mal para que podamos hacer mejor las cosas en el futuro.
Mi esperanza es que a medida que estudiemos la historia de la Iglesia durante este año, veamos cada acontecimiento con nuevos ojos. Juzgaremos el resultado final de lo sucedido y resistiremos la tentación de condenar a las personas por lo que hicieron.
Espero que veamos a las personas a lo largo de la historia de la Iglesia como seres humanos con debilidades reales. No eran perfectos y nosotros tampoco lo somos.
Permitámonos ver el resultado final de los muchos años de historia en la Iglesia de Jesucristo. Permitámonos ver algo que al principio pasamos por alto. Permitámonos ver lo mucho que la Iglesia de Jesucristo madurado y crecido al ser nutrida por la mano de Dios.
Y tú, ¿qué has aprendido hasta el momento de tus estudios de “Ven, sígueme”? ¡Comparte con nosotros!
Fuente: LDS Blogs