Nota: este artículo fue escrito y publicado originalmente por Neal Rappleye.
Hace años, alrededor de 2013 – 2014 (lo confieso, no recuerdo exactamente en qué año), me involucré en una de esas discusiones online sin sentido en las que todos hemos caído en algún momento.
Realmente no recuerdo con quién discutí ni de qué se trataba exactamente el tema, pero creo que debe haber estado relacionado con la evidencia del Libro de Mormón porque estaba revisando todo lo que sabía al respecto para comprobar que Nahom, el lugar de entierro de Ismael, el suegro de Nefi (1 Nefi 16:34), se identifica como la región tribal de Nihm en Yemen.
Hablé sobre cómo se encontraba en el lugar correcto, que contaba con inscripciones de la época de Lehi y que existían grandes cementerios en esa región.
Para mi sorpresa, en lugar de refutar cualquiera de las pruebas que había presentado hasta ese momento, el escéptico con el que estaba discutiendo respondió pidiendo más pruebas.
Me preguntó específicamente si había evidencia de que alguien llamado Ismael hubiera sido enterrado en ese lugar. Admito que eso me sorprendió un poco.
La dura realidad de la historia de la humanidad es que la gran mayoría de las personas que han vivido y fallecido no pueden ser documentadas por sus nombres.
Esperar que podamos encontrar evidencia que identifique a una persona enterrada en el desierto lejos de su hogar durante milenios me impactó, y todavía lo hace.
Es como intentar encontrar un oso polar en una tormenta de nieve. Buena suerte con ello.
Si mal no recuerdo, le respondí explicándole el porqué no pensaba que aquello fuera una prueba contundente.
Basándome en lo que sabía en ese momento, no tenía conocimiento de que hubiera algún tipo de inscripción encontrada entre los nichos del área, ¿cómo podríamos determinar si alguno de ellos llevaba el nombre de Ismael?
E incluso si pudiéramos hacerlo, Ismael fue un nombre muy popular en el Medio Oriente y lo ha sido desde la antigüedad. ¿Cómo probaríamos que es el mismo Ismael del que se habla en el Libro de Mormón?
Así que señalé que, dada su disposición escéptica, incluso si tuviéramos tal evidencia, dudaba que hiciera alguna diferencia en él.
Dando un salto al futuro, a febrero de 2018, me encontré mirando colecciones de antiguas inscripciones de Arabia del Sur. Estaba buscando información sobre la región tribal de Nihm, cuando encontré un catálogo del Museo Nacional de Saná sobre las Estelas Funerarias recuperadas de Wadi Jawf.
El área tribal de Nihm limita con Wadi Jawf, así que pensé que estas estelas podrían ser un recurso contextual, algo que podría ayudarnos a comprender mejor las prácticas y costumbres funerarias de la región donde fue enterrado Ismael. Así que eché un vistazo breve y seguí adelante.
Aproximadamente una semana después, el 13 de febrero de 2018, comencé a organizar la investigación que estaba llevando a cabo y volví a encontrar el catálogo de las Estelas Funerarias.
Lo había olvidado por completo.
Revisé el documento y pensé que podría ser un recurso contextual útil, así que continué con lo que estaba haciendo.
Unos minutos después, se me vino a lamente: ¡Estas estelas tienen nombre! ¿Alguna de ellas tendrá el nombre “Ismael”?
Fui al índice de nombres propios y busqué cualquier cosa que se pareciera o pudiera traducirse como “Ismael”.
No estaba 100% seguro de qué buscar, pero tenía una idea. Sabía que el hebreo para el nombre de Ismael fue transcrito como “ys1mʿʾl”.
Estas inscripciones no estaban escritas en hebreo, pero era un idioma semítico similar, así que pensé que necesitaba encontrar algo que se pareciera.
Mientras buscaba en el índice de nombres propios, encontré seis ejemplos del nombre “ys1mʿʾl”.
Debo admitir que para este punto me estaba emocionando aún más. Examiné cada ejemplo de “ys1mʿʾl” para ver si alguno de ellos databa del período de tiempo correcto.
Encontré uno, solo uno.
Decidí compartir la información con un grupo selecto de académicos e investigadores Santos de los Últimos Días que sabía que estarían interesados en este posible hallazgo, incluidos lingüistas semíticos que podrían ayudarme a determinar si “ys1mʿʾl”, el termino que se tradujo en el catálogo como “Yasmaʿʾīl”, era en realidad el antiguo equivalente árabe de “Ismael”.
Unos días después, recibí la confirmación de que “ys1mʿʾl” es, de hecho, la forma en que se escribía el nombre “Ismael”, con el mismo significado en el sur de Arabia que en hebreo: “Dios ha escuchado”, o “que Dios oiga”.
En los últimos años, he presentado periódicamente este hallazgo a pequeños grupos de académicos y a otras personas, a medida que continúo investigando más la posibilidad, e insisto en que es solo una posibilidad, de que el nombre Ismael representado en esta estela sea el Ismael del libro de Mormon.
Esta investigación aún está en curso, pero se ha publicado un artículo que describe lo que he encontrado hasta ahora, lo que permite a todos leer y decidir por sí mismos lo que piensan de este interesante hallazgo.
Incluso con esta estela a la mano, personalmente no me siento diferente a como me sentí en 2013 o 2014 durante aquella discusión por Internet.
Llegar a tener una evidencia definitiva de que el Ismael del Libro de Mormón fue enterrado en algún lugar del norte de Yemen, cerca de donde se encuentra Nihm, es poco probable.
El nombre “Ismael” era, de hecho, un nombre popular en el antiguo Medio Oriente (aunque no era particularmente común en Yemen en la época de Lehi), y tanto esta estela como el Libro de Mormón no nos proporcionan la suficiente información que permita una fuerte correlación.
Sin embargo, es bastante notable que podamos documentar que un hombre llamado Ismael fue enterrado cerca de la región de Nihm en la época de Lehi.
Si alguien me volviera a preguntar “si hubo alguien llamado Ismael enterrado en ese lugar” mientras hablo de Nahom, ahora puedo decir que sí.
Fuente: Book Of Mormon Central