Mahoma afirmó, y 1,500 millones de musulmanes creen esto, que él fue el último profeta enviado por Dios. Por otro lado José Smith afirmó que Dios lo ordenó como profeta. ¿Cómo puedo conciliar ambas afirmaciones?
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Respuesta
La frase empleada canónicamente en el Corán es “Sello de los Profetas” (33:40), y hay algunos hadices, el registro de las palabras y acciones del profeta Mahoma, que citan que él expresó algo similar.
Ha habido un debate académico sobre si eso significa que él es el último profeta, o que es el último mensajero de los cielos, o si eso significa que Mahoma ratifica la verdad de lo que le fue revelado al profeta anterior.
Para la mayoría de los musulmanes, sin embargo, esto se interpreta como lo que expresaste en tu pregunta: no hay, y nunca habrá, otro profeta después de Mahoma.
Los Santos de los Últimos Días afirman tener 15 profetas vivientes, y José Smith desempeña un papel similar al de un “mensajero” musulmán.
¿Cómo podemos conciliar ambos conceptos? No podemos.
Estas enseñanzas son demasiado diferentes como para tomarlas como un todo. Una o ambas deberán modificarse o de lo contrario, descartarse.
Si bien encuentro grandes virtudes en las enseñanzas del profeta musulmán, me temo que no se puede conciliar todas sus enseñanzas con nuestras creencias.
Si Mahoma era un verdadero profeta (en el sentido que de la Iglesia de Jesucristo), entonces estas falsas enseñanzas se agregaron más adelante (haciendo del Corán algo parecido a los apócrifos mencionados en DyC 91) o fueron el punto clave para sacar a su pueblo del politeísmo, el cual era muy frecuente en ese tiempo (en cuyo caso, dichas enseñanzas ahora son obsoletas y necesitan ser actualizadas).
Si Mahoma no hubiera sido un profeta, pero consideramos sinceramente que estas son revelaciones verdaderas, entonces no podemos juzgarlo y debemos dejarlo a los juicios de Dios.
A primera vista, considero que el legado de Mahoma es de virtud moral no cristiana. No deberíamos sentir temor de asociarnos con las personas musulmanas, mas reconocer respetuosamente nuestras diferencias.
En una publicación de la Iglesia leemos:
“Reconocemos la bondad que se refleja en la vida de los que pertenecen a otras comunidades religiosas, y si bien no comprometemos las verdades eternas reveladas del Evangelio restaurado, evitamos una relación contenciosa con otras creencias.
Como Santos de los Últimos Días, podemos respetar y beneficiarnos de la luz espiritual que tienen otras religiones al mismo tiempo que tratamos de compartir con humildad la porción adicional de verdad eterna que nos proporciona la revelación de los últimos días”.
Fuente: Askgramps