Años atrás, los misioneros organizaron una actividad donde todos los jóvenes debían dejar sus celulares y redes sociales por un par de días y así compartir el Evangelio con los demás.
Acepté este reto, le prediqué el Evangelio a un amigo y también le comenté sobre el pequeño reto que los misioneros me propusieron.
Acepte este reto, predique el Evangelio a un amigo. Imagen: Canva
Mi amigo mostró interés y comenzó a recibir las charlas con los misioneros. Tiempo después logró bautizarse.
Al recordar esta experiencia, desarrollé mis habilidades en la indexación e historia familiar. Con frecuencia mi familia y yo trabajamos en nuestro árbol genealógico.
A menudo mi familia y yo trabajamos en nuestro árbol genealógico. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
El élder Dale G. Renlund, enseñó:
«Al participar en la obra del templo y de historia familiar hoy, también nos hacemos merecedores de las bendiciones de “sanación” prometidas por los profetas y apóstoles. Estas bendiciones también son verdaderamente increíbles por su alcance, especificidad y consecuencias en la vida mortal».
Ayudar a mi familia en la historia familiar y llevar los nombres al templo me motiva a seguir preparándome para realizar mis convenios en la Casa del Señor.
Espero con ansias el tiempo en que reciba mi investidura y sea sellada. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Espero con ansias el tiempo en que reciba mi investidura y sea sellada. Para esto, me estoy esforzando en hacer lo correcto, tener el Espíritu conmigo y evitar tentaciones.
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