Puede que no haya nada más devastador para un matrimonio que la infidelidad.
La pérdida de la confianza, las heridas profundas de la traición y los sentimientos sentimientos de vergüenza crean una tormenta perfecta que deja a muchos sin fuerzas para recuperarse.
Si esta es tu situación actual, debes saber que en medio del dolor hay esperanza.
Lo más devastador de un matrimonio es la infidelidad. Imagen: Canva
Algunas parejas logran sanar, reconstruir su relación y ser más fuertes y felices que nunca después de una infidelidad. Puede parecer imposible ahora, pero hay sanación al otro lado de esta crisis, si ambos la desean.
Mi consejo como terapeuta de pareja y la doctrina del Señor, estos son los 5 pasos para sanar el hogar, el corazón y la vida.
Paso uno: Asiste a terapia
Es importante acudir a ayuda profesional. Imagen: Shutterstock
“A veces los miembros esperan demasiado de los líderes de la Iglesia y de las enseñanzas, desean que sean expertos en temas que van más allá de sus deberes y responsabilidades… Si tienes una pregunta que requiere un experto, tómate el tiempo para encontrar a un experto calificado para ayudarte”. – M. Russell Ballard
Encontrar un terapeuta calificado, compasivo y firme será más necesario que nunca en esta situación.
Te ayudará a navegar por el campo minado del desamor y la ira, impulsará la responsabilidad de los actos de la persona infiel, fomentará la empatía y te guiará hacia un lugar de confianza, esperanza y sanación.
Paso Dos: La Infidelidad debe terminar
La infidelidad excede los límites de un vínculo romántico. Imagen: Canva
“He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados, es perdonado; y yo, el Señor, no los recuerdo más”. (Doctrina y Convenios 58:43)
Una infidelidad implica cualquier vínculo romántico con una persona que excede los límites que deben mantenerse dentro del matrimonio.
En este sentido, hay un espectro de comportamientos que podrían considerarse una “infidelidad”, desde tener un confidente emocional hasta mantener secretos, “sexting” o intimidad física real.
Debe de alejarse de esa persona completamente. Imagen: Canva
Si van a reconstruir su matrimonio, esa otra relación tiene que romperse por completo. No existe un “podemos seguir siendo amigos” o “podemos hablar sin que nadie lo sepa”.
Tu cónyuge debe enviar una última comunicación del tipo:
“Necesito salvar mi matrimonio, así que esta será la última vez que nos comuniquemos. Por favor, no me contactes. Bloquearé tu número”.
Pueden hacerlo si estás de acuerdo y si lo hacen bajo tu supervisión. No hay despedidas largas.
Si tu cónyuge no está dispuesto a cortar la comunicación con la otra persona, esa puede ser toda la respuesta que necesitas saber.
Paso tres: Tu cónyuge asume la responsabilidad
. Cualquiera que sea los problemas que tuvieron en su relación, había otras formas de manejarlos. Imagen: Canva
“Todo hombre expresó el deseo de estar dispuesto a responder por sus propios pecados”. (Mosíah 29:38)
La mayoría de los problemas matrimoniales requieren la participación de ambos, pero cuando se trata de infidelidad, la decisión de tener una aventura es tomada únicamente por uno de los cónyuges.
Cualquiera que sean los problemas que tuvieron en su relación, había otras formas de manejarlos.
Si bien ambos pueden ser responsables de las dificultades matrimoniales, el cónyuge que tuvo la aventura debe asumir esa elección por completo, sin intentar pasar la culpa por sus acciones. Una vez más, un buen consejero puede ayudar con esto.
El cónyuge que tuvo la aventura necesita disculparse, sincera y completamente. Imagen: Canva
Un profesor mío una vez dijo sobre una pareja en esa misma situación:
“Hasta que su sentido de culpa coincida con el dolor que ha causado, ella no podrá ‘superarlo’. Si su arrepentimiento no alcanza el nivel de su dolor, ella temerá que no esté tomándolo en serio y no podrá confiar en que no volverá a repetirlo”.
El cónyuge que tuvo la aventura necesita disculparse, sincera y completamente.
¿Cuántas veces? Las que sean necesarias.
Ser completamente responsable significa sacrificar la privacidad, ser totalmente honesto y transparente, y estar comprometido a entender cómo sucedió esto para que no vuelva a ocurrir.
También significa vivir con la culpa de romperle el corazón a su cónyuge y esforzarse cada día para remediarlo.
Paso cuatro: Necesitarás un corazón capaz de perdonar
El perdón y la confianza no son lo mismo. Imagen: Canva
“Más haya cometido adulterio, y se arrepienta de todo corazón, y lo deseche, y no lo haga más, lo has de perdonar. Más, si lo hiciera otra vez, no será perdonado, sino que será expulsado”. (Doctrina y Convenios 42:25-26)
Seamos claros: el perdón y la confianza no son lo mismo. Debes perdonar a tu cónyuge. Ya sea que permanezcan juntos o no, llevar el dolor, la ira y la amargura dentro de ti solo te hará daño.
Se ha dicho que guardar rencor es como beber veneno y esperar que la otra persona muera. Dicho esto, el perdón es un proceso. Es un camino diario.
Es un rechazo intencional contra la voz dentro de ti que grita por venganza, por justicia, por retribución. Toma tiempo. Generalmente, no es algo de una sola vez.
Perdonar una infidelidad toma tiempo. Imagen: Canva
El perdón puede ser dado libremente, pero la confianza tiene que ser ganada. Tu cónyuge tiene que ser humilde, responsable, transparente; tienen que demostrar su confiabilidad hacia ti.
La parte difícil para ti será abrir tu corazón para confiar nuevamente en su persona con el tiempo. Seguirá siendo una elección aterradora y vulnerable que tendrás que hacer. Pero será necesario si tu matrimonio quiere sanar.
Paso cinco: Necesitarás fortalecer tu matrimonio (y a ti mismo)
Establecimiento de límites claros, mejora en la comunicación. Imagen: Canva
Establecimiento de límites claros, mejora en la comunicación. Mejora la intimidad y la conexión de pareja, entiende que salió mal y cómo puedes intervenir y cambiarlo desde antes.
Desarrollar una resolución de conflictos sólida como una roca, superar el trauma de la infidelidad y reavivar el deseo sexual, todos estos aspectos y más serán hitos necesarios en el camino que los lleva de la traición devastadora hacia una vida matrimonial segura y unida.
Fuente: LDS Living
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