La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enseña que los profetas de Dios en la actualidad, al igual que aquellos de los que leemos en la Biblia, tienen la autoridad para hablar en nombre de Dios para toda la Iglesia.
A menudo, las personas que no son Santos de los Últimos Días encuentran este concepto sorprendente o incluso alarmante. Se preguntan cómo sabemos si nos están diciendo la verdad.
En una ocasión hasta me hicieron la siguiente pregunta: “¿Si su profeta les dijera que solo usen ropa azul, lo harían?”
¿Los dictados de Dios o del hombre?
Russell M. Nelson. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Brigham Young tenía una respuesta para esta pregunta.
Se dice que le dijo a las personas que su mayor temor era que los miembros en la Iglesia comenzaran a tomar lo que él decía como la voluntad de Dios y no se tomaran el tiempo de acudir a Dios personalmente para recibir confirmación de ello.
Si bien a los Santos se les enseña a seguir al profeta y presidente de la Iglesia, no es una obediencia ciega.
Únicamente en Dios podemos confiar plenamente como nuestra fuente de verdad, pues solo Él conoce la verdad de todas las cosas.
A los Santos de los Últimos Días se les enseña, incluso antes de unirse a la Iglesia, a orar y preguntarle a Dios si el presidente actual es realmente un profeta de Dios.
Luego, en cualquier momento, pueden volverse a Dios y preguntar acerca de las enseñanzas específicas que el profeta ha compartido.
Cómo saber si es verdad
Cómo saber si es verdad. Imagen: Canva
En una situación hipotética, si un miembro desea recibir confirmación sobre algo que compartió un líder de la Iglesia generalmente seguirá este patrón: Leerá o escuchará con atención el mensaje o consejo, lo estudiara y meditará en su corazón, orará y preguntará si son ciertas esas cosas, y recibirá respuesta por el Espíritu Santo.
Una vez que reciben esta confirmación, es muy probable que la apliquen a futuros consejos en base a la enseñanza previa que han recibido.
Por ejemplo, si el profeta dijera: “Guarden provisiones suficientes de alimentos”. Un miembro podría decir: “Bueno, eso lo he escuchado muchas veces antes y ya sé que es verdad, así que lo haré”.
Todo puedes llevarlo a Dios en oración. Imagen: Canva
Si se trata de un consejo nuevo, podría compararlo para ver si encaja con las enseñanzas anteriores.
Por ejemplo, si esta fuera la primera vez que nos dice que almacenemos trigo, podríamos pensar: “Bueno, es la primera vez que se menciona el trigo, pero siempre nos ha dicho que almacenemos alimentos en general, entonces agregaré el trigo”.
Encaja con el consejo dado anteriormente. Sin embargo, si un miembro escuchara un consejo completamente nuevo y no se sintiera cómodo al principio, entonces podría llevarlo a Dios en oración siguiendo el patrón previamente compartido.
La obediencia ciega
Presidente Spencer W. Kimball. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Spencer W. Kimball, un antiguo presidente de la Iglesia, habló sobre el tema de la fe ciega.
“Cuando el hombre obedece los mandatos de un Creador, eso no es obedecer ciegamente… Todo mandato de Dios es recto, toda directiva tiene propósito y todo es para el bien de los así gobernados…
¿Es esa obediencia ciega o está basada en la fe que tenemos en el juicio de los expertos que conocen el peligro?
¿Es obediencia ciega la que lleva al pasajero del avión a abrocharse el cinturón cuando ve que se enciende la señal, o es confianza en la experiencia y en el conocimiento de aquellas personas que saben más de los posibles riesgos?
¿Es obediencia ciega lo que lleva a la niña pequeña a saltar alegremente de una mesa alta a los brazos fuertes de su padre sonriente, o es la confianza implícita en un padre amoroso y seguro de su habilidad para recibirla, y que ama a su hija más que a su propia vida?…
Cuando con nuestra visión limitada, escaso conocimiento, deseos egoístas, motivos interesados y apetitos carnales aceptamos y seguimos la guía y obedecemos los mandatos de nuestro Padre amoroso… que creó un mundo para nosotros, que nos ama y que nos ha preparado un programa constructivo, sin ningún motivo interesado, y cuyo gozo y gloria es “llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna” de todos Sus hijos e hijas (Moisés 1:39), ¿es eso acaso obediencia ciega? .
Aun cuando no tengamos una comprensión completa, no es obediencia ciega lo que nos lleva a seguir a un Padre que nos ha mostrado Su amor”.
Como hijos e hijas del Padre Celestial, no sabemos de los muchos peligros que podemos encontrar en el mundo, de lo único que tenemos certeza es que siempre querrá lo mejor para nosotros, de la misma manera en que un hijo pequeño aprende y sigue el consejo de sus padres terrenales.
Una fe inamovible
El presidente Russell M. Nelson sonríe en su oficina en el Edificio de Administración de la Iglesia en Salt Lake City el 13 de abril de 2022.
Así como los Santos de los Últimos Días confían en Dios, ellos también aprenden a confiar en sus profetas.
Es probable que un miembro nuevo ore para recibir confirmación de cada doctrina de manera individual y que un miembro de más antigüedad no lo haga con esa misma frecuencia porque ha aprendido que cuando ora, Dios siempre responde con un “sí, el profeta tiene razón”.
Puede que este miembro dedique su tiempo limitado a otras cosas, como orar para recibir de confirmación sobre situaciones que lo dejan inseguro o que requieren un mayor sacrificio de su parte.
Tu testimonio estará basado en un fundamento firme e inamovible. Imagen: Canva
Lo cierto es que no importa en que parte del camino te encuentres en tu progreso como miembro y discípulo de Dios, siempre puedes acudir directamente a la fuente y saber por ti mismo si lo que dice el presidente de la Iglesia verdaderamente viene de Dios.
Leer, meditar y orar siempre serán pasos esenciales porque cuando lo haces, es mucho menos probable que te alejes de la Iglesia en el futuro. Tu testimonio estará basado en un fundamento firme e inamovible, estará basado en la misma palabra de Dios.
Fuente: Lds Blogs
