Hace unos días, el histórico Templo de Provo fue demolido para una importarte reconstrucción y convertirse en el Templo de Rock Canyon, Provo, Utah.
Esta Casa del Señor se dedicó en febrero de 1972 y ha servido a estudiantes de BYU, misioneros del Centro de Capacitación Misional de Provo, Utah, y Santos de los Últimos Días locales durante más de cincuenta años.
En Más Fe compartimos el video panorámico que registra el momento exacto de la demolición del templo. Las escenas han causado gran nostalgia y angustia entre los miembros por ver el derrumbe de uno de los templos más icónicos de la Iglesia de Jesucristo.
Frente a este episodio, me gustaría invitar a los lectores a ver este episodio con una perspectiva más celestial.
‘Si los cimientos son buenos, no hay por qué temer’
El Templo de Provo ha sido sometido a una gran reconstrucción para adecuarse a los códigos sísmicos actuales y tendrá salones reconfigurados y sistemas eléctricos, de calefacción y de plomería de bajo consumo.
Aquí viene la lección: Al igual que el templo, en nuestra vida también necesitamos hacer ajustes de remodelación para convertirnos en una mejor versión.
El presidente Russell M. Nelson enseñó:
“Siempre que ocurra cualquier tipo de conmoción en su vida, ¡el lugar más seguro desde el punto de vista espiritual es vivir dentro de los límites de sus convenios del templo”, dijo el profeta en la misma conferencia general en la que anunció la reconstrucción del Templo de Provo.
“Si su cimiento espiritual está edificado firmemente en Jesucristo, no tienen por qué temer. Si son fieles a los convenios que hicieron en el templo, el poder de Él los fortalecerá. Entonces, cuando ocurran terremotos espirituales, podrán mantenerse firmes, porque su cimiento espiritual es firme e inamovible”.
Edificar sobre un fundamento seguro
En Helamán 5:12 se describe a Cristo como nuestro “fundamento”. La conversión personal no requiere que se empiece totalmente desde cero, ya que Dios toma lo que es bueno y lo convierte en mejor. Una vez que se fortalece nuestro cimiento, Él añade más de lo bueno. El presidente David O. McKay (1873–1970) dijo:
“El propósito del Evangelio es… hacer buenos a los hombres malos y a los hombres buenos hacerlos mejores, y cambiar la naturaleza humana” (véase David O. McKay, en Conference Report, abril de 1954, pág. 26.)
En muchos casos, una persona puede que ya esté siendo útil en el reino del Señor. Pero a causa de un más alto y exaltado propósito que Él tiene reservado para Sus hijos, Dios proporciona un extenso y, de muchas maneras, individualizado proceso de renovación para cada persona que acepta el llamamiento de seguir a Su Hijo.
Un cambio significativo
Si bien el exterior del Templo de Rock Canyon, Provo será muy diferente al original Templo de Provo, las ordenanzas que se efectúen en el interior del templo serán los mismos.
Los Santos de los Últimos Días asistirán de la misma manera para hacer promesas y compromisos formales a Dios y participar de las ordenanzas más elevadas del Evangelio: el matrimonio eterno y el sellamiento de las familias por la eternidad. Los participantes también podrán efectuar bautismos por los muertos en el templo.
Al ir recibiendo ciertas ordenanzas en el templo, los participantes irán progresando de un salón a otro antes de pasar al salón celestial.
Tal como explica Alma 5:26–28, podríamos decir que al participar de las ordenanzas del templo podremos tener un corazón nuevo, estaremos verdaderamente convertidos, hablaremos cambiado, seremos diferentes.
Para concluir, los invito a reflexionar sobre las “demoliciones” que podemos hacer en nuestra vida y en nuestro corazón y no quedarnos solo en el pasado, más bien, abracemos el futuro con esperanza en el Salvador.