Es fácil caer en la trampa de decir las cosas de manera incorrecta o que se puedan malinterpretar y eso también ocurre con los Santos de los Últimos Días.
Para evitarlos, debemos conocer algunos ejemplos.
“El evangelio no hace que las cosas sean fáciles”
A menudo escucho a los demás hablar sobre las pruebas de la vida y cómo el evangelio puede ayudar a atravesar estas dificultades, pero también en algunas conversaciones, ocasionalmente escucho lo siguiente:
“El evangelio no hace las cosas más fáciles…”
¡Eso es exactamente lo que el evangelio hace! Hace que las cosas sean mucho más fáciles al darnos perspectiva, esperanza y una manera de superar nuestra tristeza y tribulación.
Por ejemplo, piensa que cuando pierdes a un miembro de tu familia, el conocimiento de que los volveremos a ver absolutamente hace que sea más fácil soportar la pérdida, porque aquellos que no creen en la vida después de la muerte sienten que han perdido a su ser querido para siempre.
Una forma alternativa de decir lo que creo que las personas intentan comunicar es:
“El evangelio no significa que la vida será fácil, pero sí hace que las cosas sean más fáciles y manejables”.
“Todos sentimos el Espíritu de manera diferente”
A menudo, cuando hablamos sobre cómo las personas sienten al Espíritu Santo, decimos que cada uno lo siente de manera diferente. Si te pones a pensar en ello, eso significaría que hay 8 mil millones de maneras de sentir al Espíritu Santo.
Eso no es cierto y hace que las cosas sean más confusas si pensamos que hay tantas formas de sentir al Espíritu, las Escrituras enseñan:
“Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. (Gálatas 5:22-23)
Para aprender a escuchar el Espíritu de Dios, debemos aprender a escuchar con el corazón. El presidente Boyd K. Packer, presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, compartió:
“La inspiración se hace presente con más facilidad en entornos tranquilos. Las Escrituras están repletas de pasajes en lo que se mencionan palabras tales como apacible, quieto, calmo, Consolador: ‘Quedaos tranquilos, y sabed que yo soy Dios’ (Salmos 46:10; cursiva agregada). Y la promesa: “Recibirás mi Espíritu, el Espíritu Santo, sí, el Consolador, que te enseñará las cosas apacibles del reino (D. y C. 36:2; cursiva agregada)”.
Una manera de comunicar lo que las personas están tratando de expresar es que no todos sienten el Espíritu exactamente de la misma manera.
Por ejemplo, la música de la Iglesia realmente me toca el corazón y me inspira, pero no necesariamente tiene el mismo impacto en mi cónyuge.
De manera similar, las Escrituras me motivan y me emocionan, pero para otros pueden ser difíciles de entender y podrían no tener el mismo efecto.
Una buena práctica es hablar con familiares y amigos cercanos y preguntarles cómo sienten al Espíritu.
Podrías encontrar muchas similitudes con la forma en que tú sientes al Espíritu, y si hay algunas diferencias, será una experiencia de aprendizaje para ti ver cómo otros se sienten conectados con Dios.
¿Qué hay de ti? ¿Hay cosas que has notado que decimos en la Iglesia y que no son exactamente correctas?
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Fuente: Called To Share
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@masfe.orgTomar el nombre de Dios en vano implica mucho más que solo mencionarlo. Cuando, como cristianos hacemos quedar mal a Dios por nuestras acciones, eso también hace que cometamos este pecado por estar portando el nombre de Dios luego de haber hecho un convenio de seguirle. Ser la luz del mundo tal como Jesús nos pidió implica ser un buen ejemplo para otros y es una responsabilidad muy grande que debe de tomarse con seriedad. #mandamientos #cristianos #relexion #parameditar #jesus #diosmanda #luzdelmundo #biblia #ejemplo #ejemplocristiano♬ sonido original – Masfe.org