Esta historia fue originalmente escrita por Jason Smyth
Cuando RTÉ me invitó a participar en “Dancing with the Stars” (Bailando con las Estrellas), les dije que tendría que pensarlo. Esto no era típico de mí, soy un corredor profesional sin experiencia en el baile.
Mi esposa y mis dos pequeñas realmente querían que lo hiciera, yo no estaba seguro, pero con el tiempo, empecé a ver que esto podría ser una gran plataforma para expandir la percepción de la gente sobre lo que es posible en la vida.
Vivo en el noroeste de Irlanda y tengo Stargardt, enfermedad que solo me permite ver entre el 5 y 10 por ciento de visión.
Cuando era niño, 1 Corintios 10:13 cambió enormemente mi perspectiva de la vida:
“Fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podáis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”.
Desde ese versículo supe que, sin importar lo difícil que pudiera ser con mi discapacidad visual, nunca sería demasiado; siempre podría superarlo. Esa fe moldeó lo que creía que era capaz de hacer como Santo de los Últimos Días.
Gracias a la invitación de un maestro, me volví corredor, lo cual me convirtió en una carrera profesional de 18 años como atleta.
Soy seis veces campeón paralímpico, gané nueve medallas de oro mundiales y seis títulos europeos.
Durante nueve años mantuve el récord como el paralímpico más rápido del mundo, con un tiempo de 100 metros de 10.46 segundos.
Al principio, mi motivación para correr era ganar medallas, pero con el tiempo, comencé a preocuparme más por derribar las barreras entre lo que la gente piensa que es posible e imposible a través de los desafíos de la vida.
Los desafíos en mi día a día
Considero que los desafíos son para el crecimiento en nuestras vidas, cuando lo vemos como oportunidades y elegimos salir de nuestra zona de confort, es a menudo cuando ocurre la magia y te conviertes en algo más de lo que eras antes.
Así que acepté ir a “Dancing with the Stars”, en Irlanda. Aunque por varios momentos me pregunté por qué había aceptado hacerlo, pero después de 11 semanas de baile, mi compañera de baile y yo ganamos el programa.
Levantar el trofeo significó aún más para mí porque los ganadores se obtienen por el voto del público, fue profundamente satisfactorio saber que la gente se sintió inspirada por mi historia.
Finalmente, otra escritura favorita es Doctrina y Convenios 122:7:
“Entiende, hijo mío, que todas estas cosas te servirán de experiencia, y serán para tu bien”.
Esa perspectiva ha moldeado completamente mi vida, llevándome a encontrar paz y hacer cosas que nunca hubiera imaginado posibles.
Fuente: LDS Living
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