Un joven misionero llegó recientemente al Centro de Capacitación Misional de Ghana y compartió que su experiencia está siendo más difícil de lo que esperaba.
Expresó que extrañaba su hogar, sentía la presión de las lecciones y le costaba adaptarse al clima. Definitivamente, el proceso es más complicado de lo que imaginaba.
Cuando escucho que algunos misioneros atraviesan estas etapas, pienso que es algo bueno.
Significa que aman a su familia, significa que no son robots sin emociones o personas insensibles.
El manual “Adaptarse a la vida misional” reconoce que sentir nostalgia es común, especialmente si no has estado mucho tiempo fuera de casa. Así que sigue adelante, permítete sentirte triste por unos minutos y luego levántate, mantente ocupado y encuentra maneras de servir a los demás.
Cuando nuestras expectativas no se cumplen, es común sentirnos desanimados, frustrados y con poca energía. Esto puede afectar nuestro compromiso.
A menudo, los expertos en salud mental tratan de ayudar a las personas a superar completamente esos sentimientos negativos.
El psiquiatra Dr. David Burns, en su libro titulado “Feeling Great”, compartió que en lugar de enfocarnos tanto en superar nuestros sentimientos negativos, debemos adaptar nuestras metas en lugar de deprimirnos, ser desanimados, frustrados.
En lugar de agotarnos buscando la felicidad absoluta, encontraremos una paz interior más profunda y satisfactoria.
Hace unos años, mis nietos nos ayudaron a pintar los troncos de nuestros árboles cítricos para protegerlos del intenso calor del sol de Arizona.
En el proceso de pintar, se derramó la pintura lo que mancho tanto la superficie como nuestra ropa.
Uno de mis nietos expresó su preocupación por el incidente, a lo que respondí que si bien era un inconveniente menor, podíamos modificar nuestras expectativas para afrontar esta situación.
Por supuesto, algunas personas luchan con problemas de salud mental que requieren la asistencia médica. No es una señal de debilidad, muchos toman por diabetes, para el asma, epilepsia y otras condiciones.
No calificamos a quienes necesitan medicación como débiles. La salud mental es tan importante como la espiritual y los medicamentos pueden ser una herramienta valiosa para mantener un equilibrio saludable en ambos aspectos.
Adaptación a la vida misional enfatiza:
“Evalúe sus expectativas. No espere que todo salga como usted desea. No todo le saldrá perfectamente. No todos los misioneros serán completamente obedientes y amables. Sus investigadores podrían recibir información equivocada en contra de la Iglesia. Quizá nunca llegue a hablar el idioma como una persona nativa. Recuerde el consejo que el Señor le dio a José Smith en la cárcel de Liberty: “Todas estas cosas te servirán de experiencia, y serán para tu bien… Por tanto, persevera” (D. y C. 122:7, 9).
No intente tener bajo control lo que no puede controlar. “Por tanto, muy queridos hermanos, hagamos con buen ánimo cuanta cosa esté a nuestro alcance; y entonces podremos permanecer tranquilos, con la más completa seguridad, para ver la salvación de Dios y que se revele su brazo” (D. y C. 123:17).
Téngase paciencia. Diríjase a usted usando las mismas palabras amables y de consuelo que usaría al hablar con otra persona. Todos se frustran o cometen errores ocasionalmente. Sepa que el Señor entiende. Imagínelo sentado cerca de usted, escuchando y ofreciéndole apoyo. Recuerde que los pensamientos de impotencia, desesperanza o dura condena no provienen del Señor.
Vuelva a centrarse en la gratitud. Preste atención a lo que hay a su alrededor. Durante unos pocos minutos, enfóquese en las cosas correctas, buenas y positivas con respecto a usted y al mundo. Ofrezca una oración en la que agradezca al menos por cinco cosas específicas”.
Que el Señor los bendiga para recordar que somos seres espirituales teniendo esta experiencia mortal para aprender, crecer y progresar con Su ayuda divina, incluso cuando nuestras expectativas puedan necesitar ser modificadas, abandonadas o completamente cambiadas para ser Sus discípulos.
Fuente: Meridian Magazine