El élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enfatizó el papel vital de la fe en el desarrollo de una sociedad más saludable que ayuda unir a las personas en paz durante su discurso en el Foro Interreligioso del G20 en Brasilia, Brasil.
Mediante la analogía de un escritor del New York Times, el élder Soares expresó que los manglares filtran toxinas y estabilizan los entornos costeros y sugirió que, de la misma manera, las comunidades de fe pueden servir como un filtro moral para la sociedad, promoviendo la estabilidad y reduciendo las influencias dañinas.
“Si las personas de fe llevan a cabo su misión única en el mundo, entonces podemos tener fe y esperanza de que las personas, las comunidades y los países puedan superar la polarización, la falta de civismo y los obstáculos que sobrecargan nuestro futuro y que han están afectando al mundo”.
El élder Soares destacó la importancia de las comunidades religiosas como agentes de cambio. Al participar activamente en conversaciones cruciales, promover la comprensión y crear espacios seguros para los individuos vulnerables, las organizaciones basadas en la fe pueden contribuir significativamente al bienestar social.
“Se necesitan mujeres extraordinarias y grandes hombres para promover los manglares morales sociales que las personas del mundo desesperadamente necesitan”.
El élder Soares hizo un llamado a las personas de fe para que ocupen su espacio dentro de sus comunidades y países, promoviendo manglares morales que filtren las actitudes tóxicas y la disminución de la moralidad.
Expresó la esperanza de que, a través de esfuerzos colectivos, las futuras generaciones puedan protegerse de las fuerzas de la adicción, el aislamiento y el relativismo moral.
El élder Ahmad S. Corbitt y la hermana Sharon Eubank también participaron en la conferencia, compartiendo sus perspectivas sobre la interconexión de la humanidad y la importancia de las organizaciones basadas en la fe para promover la unidad y la compasión.
El élder Corbitt añadió lo siguiente a la analogía de los manglares del élder Soares:
“Este sistema de raíces se une, se ayuda mutuamente, mantiene el medio ambiente unido y saludable. Y si alguna vez se fractura o se separa, también lo haría su entorno.
Creemos firmemente en esto en lo que respecta a nuestra gente, las religiones en general y los creyentes y los no creyentes. Si podemos unirnos en torno a principios específicos, lo básico, los ideales, los ideales constitucionales que todos buscamos que son evidentes por sí mismos— la vida, la libertad, la búsqueda de la felicidad, la paz, la unidad — seremos efectivos y poderosos”.
Por su parte, la hermana Eubank declaró:
“Todos estamos interconectados. [Las comunidades de fe] han venido enseñando el imperativo moral de que debemos amar a Dios amándonos unos a otros como familia desde hace milenios.
[La Iglesia de Jesucristo] ha asumido el compromiso de que no podemos hacer esto solos. Reconocemos que por nuestra cuenta solo podemos llegar a cierto nivel. Por eso, nuestro compromiso es crear coaliciones. Por eso estamos activos aquí. Es por eso que queremos reunir a grupos que han demostrado que pueden ayudar a los más vulnerables y reslpadar esas coaliciones”.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tiene una larga historia de participación en las reuniones del G20, abogando por la libertad religiosa, el humanitarismo y la cooperación interreligiosa.
Esta última participación subraya el compromiso de la Iglesia de tener un impacto positivo en el mundo.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org