El póker es el juego de cartas más popular del mundo. De acuerdo con la World Poker Federation:
“En diciembre de 2022, la Asociación Internacional de Deportes Mentales (IMSA) reconoció oficialmente el póker como un deporte mental”.
Con esto, la IMSA coloca el póker al mismo nivel del ajedrez, el bridge, las damas, el go, entre otros deportes mentales.
Aun así, existe mucha discusión sobre si el póker es un juego de azar o de habilidad. No obstante, independientemente de eso, lo que debe evaluarse es si el póker (o cualquier otra actividad) nos lleva a comportamientos destructivos.
En el sitio de la Iglesia de Jesucristo leemos:
“Los que participan en juegos de azar descubren muy pronto su equivocación al pensar que es posible dar poco o nada y recibir algo de valor a cambio. Se dan cuenta de que renuncian a grandes cantidades de dinero, a su propio honor y al respeto de los integrantes de su familia y amigos.
Engañados y adictos, a menudo juegan con fondos que deberían dedicar a otros propósitos, como el de satisfacer las necesidades básicas de su familia. Las personas que participan en juegos de azar a veces quedan tan atrapadas y desesperadas que para pagar las deudas contraídas recurren al robo y pierden su buena reputación”.
En el Manual General de la Iglesia leemos:
“La Iglesia se opone a todos los juegos de azar o las apuestas en cualquier forma, y los desaconseja. Esto incluye las apuestas deportivas y las loterías auspiciadas por los gobiernos”.
El consejo de un profeta
Incluso si el póker no se considera un juego de azar, aún no sería recomendable. El presidente Gordon B. Hinckley nos aconsejó evitar el póker. Él enseñó:
“El juego de póquer está llegando a ser una práctica popular en las universidades y aún en escuelas secundarias.…
Una madre me escribió lo siguiente: ‘Mi hijo de 19 años de edad juega póquer en Internet, y a la gente en Internet no parece importarles el hecho de que no tenga aún 21 años. Todo cuanto se necesita es tener una cuenta corriente activa; ha estado jugando regularmente durante casi un año ya.
Tenía un empleo, pero lo dejó debido a que estaba tan adicto a Internet y a jugar póquer por dinero. Entra en torneos continuamente y, si gana, ése es el dinero que emplea para comprar las cosas que necesita. Todo lo que hace es sentarse a jugar en Internet’…
“Por las cartas que he recibido de miembros de la Iglesia, parece ser que algunos de nuestros jóvenes empiezan por jugar póquer y así le toman el gusto a obtener algo a cambio de nada y viajan fuera del estado donde pueden hacer apuestas legalmente.
Alguien me escribió lo siguiente: “Puedo ver cómo este mal ha estado metiéndose en tantas vidas últimamente. Está por todas partes en la televisión. La cadena de deportes ESPN ofrece algo llamado ‘Póquer de celebridades’ y ‘Campeonatos nacionales de póquer’”.
Después continúa: “Uno de nuestros amigos invitó a mi esposo a inscribirse en el campeonato local de póquer por una cierta cantidad de dinero y le dijo: ‘No es un juego de apuestas porque todo el dinero va a un fondo general, y el que gana se lo lleva todo’”.
¿Se le puede considerar a esto un juego de azar? Claro que sí. Los juegos de azar son simplemente un proceso por medio del cual se toma el dinero sin ofrecer una equitativa devolución de bienes o servicios a cambio.
Hay ahora loterías estatales por todas partes. En un tiempo la ley las prohibía casi universalmente, pero ahora es una operación con fines de lucro.
Uno de nuestros jóvenes dijo recientemente: ‘Pagar cinco dólares para ver una película en el cine o pagar cinco dólares para jugar póker es lo mismo’.
Pero no es lo mismo; en uno de los casos uno recibe algo a cambio de lo que paga, mientras que en el otro, solamente una persona se lleva la ganancia y los demás salen perdiendo”.
“La experiencia nos demuestra que el juego de póquer puede llevar a una obsesión con los juegos de azar. Desde los inicios de la Iglesia, los juegos de azar fueron censurados…
El participar en un juego de azar puede aparecer como un pasatiempo inocente, pero trae aparejado una intensidad que de hecho se trasluce en el rostro de quienes juegan. Y en demasiados casos, esta práctica que parece ser inofensiva, puede desembocar en la adicción.
La Iglesia ha estado y continúa estando en contra de esta práctica. Si ustedes nunca han tomado parte en juegos de póquer o en cualquier otra forma de juegos de azar, no empiecen. Si están participando, dejen de hacerlo ya, mientras pueden.
Hay mejores maneras de pasar el tiempo; hay mejores cosas en las cuales invertir esfuerzos y energía. Hay tantos libros maravillosos para disfrutar; nunca será demasiado lo que podamos leer. Hay música para oír y gozar.
Pueden simplemente pasar un tiempo agradable juntos —bailando, paseando, andando en bicicleta o haciendo otras cosas juntos, chicos y chicas, disfrutando de la compañía de los demás, de una manera saludable”.
Como Santos de los Últimos Días, al escuchar el consejo del presidente Gordon B. Hinckley, aprendemos a evitar cosas que pueden parecer inofensivas, pero que podrían llevarnos a una adicción.
Incluso si algunas personas dicen que es solo una forma de entretenimiento o una prueba de habilidad, entendemos que el verdadero valor está en alejarnos de hábitos que puedan perjudicarnos espiritualmente, en nuestras relaciones e incluso financieramente.
Por lo tanto, debemos evitar jugar póker, aunque muchos lo consideren un juego de estrategia mental y no de azar, y lo vean como algo positivo. Al seguir a los profetas, buscamos todo lo que es justo y bueno, rechazando lo que puede llevarnos a la adicción y a malas decisiones financieras.
Fuente: masfe.org