Las Escrituras nos hablan de arcángeles que ocupan un lugar central como mensajeros y guerreros de Dios.
Los ángeles Miguel y Gabriel son algunos de aquellos prominentes personajes. Sin embargo, un hecho menos conocido es que estos ángeles no son solo seres creados únicamente para la obra celestial, sino que también han vivido en la Tierra como hijos de Dios.
La revelación moderna nos brinda una perspectiva única sobre la identidad de estos poderosos seres celestiales, una que brinda mayor comprensión de sus misiones tanto en los cielos como en este mundo.
Miguel: Adán, el padre humanidad
Adán y Eva. Imagem: Midjourney
De acuerdo con la revelación moderna, el arcángel Miguel es identificado como Adán, el padre de la humanidad.
En Doctrina y Convenios 27:11 se nos revela que Miguel y Adán son la misma persona:
“Y también con Miguel, o sea, Adán, el padre de todos, el príncipe de todos, el anciano de días”.
Asimismo, Doctrina y Convenios 128:21 comparte:
“¡Y la voz de Miguel, el arcángel; la voz de Gabriel, de Rafael y de diversos ángeles, desde Miguel o Adán, hasta el tiempo actual, todos ellos declarando su dispensación, sus derechos, sus llaves, sus honores, su majestad y gloria, y el poder de su sacerdocio; dando línea sobre línea, precepto tras precepto; un poco aquí, y otro poco allí; consolándonos con la promesa de lo que ha de venir en lo futuro, confirmando nuestra esperanza!”
Ángel Miguel. Imagen: Canva, Getty Images
Por otro lado, en el libro de Apocalipsis se menciona que Miguel lideró la lucha contra Lucifer antes de la creación del mundo (Apocalipsis 12:7-8).
“Y hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron, ni fue hallado más su lugar en el cielo”.
Esta batalla cósmica no solo resalta la importancia de su papel en la guerra en los cielos, la misma que continuaría en la Tierra al ser el padre de la humanidad, sino también la conexión que tiene con el padre de todas las mentiras.
Al haber sido expulsado de los cielos, Lucifer intentó vengarse de aquel que lo derrotó. Él lo tentó en el Jardín del Edén, sin embargo, pese a intentos, no contó con que Dios elegiría a Adán para ser el padre de toda la humanidad.
Miguel, ahora conocido como Adán, tendría el privilegio de ser el primer hombre en recibir un cuerpo físico y dar inicio a la familia humana.
Gabriel: Noé, el profeta del diluvio
El arca de Noé. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
El profeta José Smith enseñó que el arcángel Gabriel, quien anunció el nacimiento de Jesucristo y de Juan el Bautista, es en realidad el patriarca Noé.
“Noé, que es Gabriel…sigue a Adán en la autoridad del sacerdocio. Dios confirió este oficio a Adán, que fue el padre de todo ser viviente en sus días, y a él le fue dado el dominio.
Estos hombres tuvieron las llaves primeramente en la tierra y luego en los cielos”. (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 182.)
Noé en el arca. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Esta revelación nos permite comprender más a fondo el significado del rol de Noé, hijo de Lamec y décimo patriarca desde Adán (Gén. 5:29–32), como profeta del Antiguo Testamento que salvó a la humanidad del diluvio universal.
El ángel Gabriel fue quien ayudó al profeta Daniel a entender sus visiones y más tarde, como ángel mensajero, anunció la llegada del Salvador.
Al entender que Gabriel es Noé, podemos ver su rol en la historia de la humanidad bajo una nueva luz: primero, como el hombre que volvió a poblar el mundo después del diluvio, y después, como el ángel que anunció el nacimiento del Redentor del mundo.
Bonus: Rafael
Las Escrituras no nos brindan mucha información sobre Rafael. Imagen: Canva
Aunque las Escrituras no nos brindan mucha información sobre Rafael, se menciona que él participó en la restauración de todas las cosas, según Doctrina y Convenios 128:21.
Aunque no se conoce su identidad al venir a la Tierra con la misma claridad que la de Miguel y Gabriel, muchos han especulado que Rafael podría haber sido Enoc o Moisés, ambos personajes clave en el plan de salvación y en la historia de la humanidad.
La posibilidad de que Rafael fuera Moisés es interesante, ya que Moisés lideró a los hijos de Israel a través del Mar Rojo, una misión de liberación similar a la protección que los arcángeles brindan a la humanidad en su obra celestial.
Un propósito divino para todos
Imagen: Unsplash
Al entender la identidad terrenal de estos seres celestiales, podemos apreciar mejor la importancia en el gran plan de salvación, el propósito de la vida y nuestro lugar en el plan divino.
Asimismo, al comprender que incluso los seres “angelicales” han experimentado las pruebas y tribulaciones de la mortalidad, podemos encontrar mayor consuelo y fortaleza en nuestros propios desafíos.
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