Más que un momento de risas y diversión.
La segunda entrega de la película ‘Moana’ nos regala importantes enseñanzas para superar diferentes circunstancias en nuestras vidas, lecciones que incluso podemos comparar con pasajes inspirados del Libro de Mormón.
Así que hoy te presentamos 4 poderosos mensajes que podemos ver en ‘Moana 2’, pero que también aprendemos al leer y escudriñar las santas escrituras de Dios.
1. Los errores son parte del camino
A pedido de sus ancestros, Moana es enviada a hallar una isla perdida. Una misión que, a pesar de su audacia, valentía e instintos de aventura, resulta sumamente desafiante.
A lo largo del camino, la princesa polinesia se desvía, cae y comete errores dolorosos, provocando sentimientos de abandono y aflicción en su interior.
Aunque al final el camino que la conducía a la isla siempre estuvo al frente de ella, era necesario que atravesase esas tribulaciones, ya que ayudaron a Moana a aprender y madurar en su búsqueda por este territorio bendito.
Una asignación que se asemeja al camino de Nefi y su familia en el barco rumbo a la tierra prometida, en el que sufrieron de frío, hambre y grandes pesares; a pesar de que —mediante su fe— tenían en la Liahona una guía divina y directa para llegar a su destino.
Adversidades que, sin embargo, ellos mismos agradecen y reconocen como circunstancias cruciales para elevar su fe:
“Y tan grandes fueron las bendiciones del Señor sobre nosotros, que aunque vivimos de carne cruda, nuestras mujeres tuvieron abundante leche para sus niños, y eran fuertes […] por tanto, Él nos proporcionó lo necesario mientras permanecimos en el desierto” (1 Nefi 17:2).
2. Líbrate del orgullo y pide ayuda
Si bien Moana, como observamos en la primera entrega, era un ejemplo de liderazgo y coraje, en esta nueva película nos muestra la importancia de ser humildes y pedir ayuda, por mayor confianza que tengamos en nuestras habilidades.
Una enseñanza de gran valor que nos permite entender que, para alcanzar nuestras metas, es imprescindible mostrar sabiduría y admitir que tenemos flaquezas y necesitamos una mano de auxilio.
Una lección que también encontramos en el libro de Éter, donde literalmente se nos invita a tener la humildad para reconocer nuestras debilidades y acudir por la ayuda divina de Dios para poder sobrellevar estas barreras:
“Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos” (Éter 12:27).
3. El rol central de la familia
Moana se convierte en hermana mayor, dando la bienvenida a una nueva integrante de la familia. Una situación que nos ayuda a entender el valor de las relaciones dentro del hogar y la manera en la que podemos complementarnos y nutrirnos.
De esta manera, la familia se transforma en la gran motivación de la protagonista, quien, gracias a las lecciones que recuerda haber aprendido dentro de su hogar, halla la fortaleza para superar cualquier adversidad.
¿Les es familiar esta lección? Es bastante parecida a las palabras pronunciadas por los 2,000 jóvenes guerreros en el libro de Alma, quienes encuentran valor al recordar las enseñanzas de sus madres para salir a la batalla sin temor y defender a su descendencia:
“Hasta entonces nunca habían combatido; no obstante, no temían la muerte, y estimaban más la libertad de sus padres que sus propias vidas; sí, sus madres les habían enseñado que si no dudaban, Dios los libraría” (Alma 56:47).
4. El valor del trabajo en equipo
Así como Moana supo pedir ayuda cuando lo necesitaba, también tuvo que aprender a trabajar en equipo —con Kele, Moni y Loto—, 3 personajes muy distintos tanto en personalidad como en edad.
Aunque al comienzo parece que su presencia solo entorpece la meta final, mientras empiezan a comunicarse y convivir, logran combinar sus talentos y dones para alcanzar el objetivo. Demostrando el valor de cada individuo y siendo pilares para Moana.
Esta enseñanza la podemos comparar con una de las parejas misionales más ejemplares del Libro de Mormón, como fueron Alma y Amulek. El primero, a pesar de su conocimiento, no dudó en buscar la ayuda del segundo para trabajar exitosamente en la obra de Dios.
Así lo enseñó el élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
“Para tener éxito, deben encontrar a sus Amuleks […] Los invito a que piensen en aquellas personas de sus ramas y barrios, de sus misiones y estacas, que necesitan escuchar el llamado a actuar. El Señor ha estado trabajando con ellos, preparándolos, ablandándoles el corazón; búsquenlos, mirando con el corazón”.
Con ‘Moana 2’, no solo podremos disfrutar momentos de ocio con amigos o familia, sino también lograremos recordar importantes relatos del Libro de Mormón que dan dirección a nuestra vida.
Fuente: Marie Claire