El 24 de diciembre de 2024, la comunidad de Ukupa, Panamá, vivió momentos críticos debido al desbordamiento del río Ukupa tras intensas lluvias.
Este desastre natural dañó gravemente cerca de 25 viviendas tradicionales, conocidas como chozas, y dejó a más de 500 personas afectadas, incluidos niños, jóvenes y adultos. Las familias perdieron no solo sus hogares, sino también el acceso a alimentos y agua potable, quedando en una situación de alta vulnerabilidad.
Ante esta emergencia, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en colaboración con el Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT), emprendió un proyecto de ayuda humanitaria para socorrer a los damnificados.
Como parte de esta iniciativa, se entregaron 2.6 toneladas de alimentos y agua purificada, cubriendo necesidades esenciales y proporcionando alivio inmediato.
El 25 de diciembre se distribuyeron kits de alimentos, artículos de higiene personal y cocinas.
Estos suministros se transportaron vía fluvial para garantizar su llegada a la comunidad afectada. Esta colaboración no solo brindó apoyo material, sino también un mensaje de esperanza y solidaridad en un momento especialmente difícil para las familias.
La acción conjunta entre la Iglesia y SENAFRONT refleja cómo el trabajo en equipo puede marcar una diferencia significativa en la vida de quienes enfrentan adversidades.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org