Hay algo sagrado que ocurre cuando las mujeres se reúnen. No importa si es en el templo, en una capilla o en una sala con sillones prestados—cuando lo hacen en el nombre de Cristo, se siente el cielo cerca.

Créditos: Kristin Murphy, Church News

Las mujeres del evangelio han sido «recolectoras» desde el principio. Lo vemos en la historia de la Iglesia, lo sentimos en cada reunión de la Sociedad de Socorro y lo vivimos cuando nos visitamos unas a otras. Y no es casualidad.

Juntas, como antes y como ahora

Este año, al estudiar Doctrina y Convenios, muchas hemos imaginado cómo habrán sido aquellas primeras reuniones de la Sociedad de Socorro en Nauvoo. Seguramente compartían pan casero, cuidaban de los enfermos, cocían ropa o preparaban ayuda para quienes lo necesitaban. Pero también, sin duda, compartían sus corazones.

¿Te imaginas oír aquellas conversaciones? Testimonios entre lágrimas. Consejos entre risas. Apoyo entre susurros. Mujeres de distintas edades, circunstancias y niveles de fe, pero con un mismo deseo: seguir a Cristo y sostenerse unas a otras.

Hoy seguimos reuniéndonos… y sigue siendo sagrado

A veces pensamos que la historia de la Iglesia es cosa del pasado, pero la verdad es que la misma fuerza que unía a las primeras hermanas de la Sociedad de Socorro nos sigue reuniendo hoy.

  • Nos reunimos en los templos, donde recordamos quiénes somos y el amor eterno que Dios tiene por nosotras.
  • Nos reunimos cada domingo para renovar convenios, tomar la Santa Cena y seguir adelante, incluso cuando cuesta.
  • Nos reunimos como hermanas para conversar, aconsejarnos y ministrarnos con amor.
    Nos reunimos en hogares, donde las ministrantes escuchan, oran y a veces simplemente abrazan.

En cada una de estas reuniones, Cristo está en medio de nosotras. Así lo prometió: “Donde estén dos o tres congregados en mi nombre… allí estaré yo” (DyC 6:32).

Reunir es parte del plan

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Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El Evangelio restaurado está lleno de la palabra “reunir”: reunir a Israel, reunir a los Santos, reunir a las familias, reunir a los corazones. Porque lo contrario a reunir es separar. Y el plan de Dios no es la separación, sino la unión.

Desde que Adán y Eva fueron separados de la presencia de Dios, el propósito del plan de salvación ha sido volver a reunirnos con Él. El sacrificio de Jesucristo lo hace posible. Y tú y yo, como mujeres del convenio, podemos ayudar a reunir a más hijas de Dios en ese camino de regreso.

El presidente Russell M. Nelson ha enseñado que la obra más importante que podemos hacer hoy es la recolección de Israel. Y eso se hace tanto con misioneros de placa como con las hermanas.

No estamos solas (y no tenemos que estarlo)

Reunirse no es solo un lindo concepto, es una necesidad espiritual. En tiempos difíciles, reunirnos con otras mujeres de fe nos fortalece. Nos recuerda que no estamos solas en nuestras luchas. Y también que podemos ser luz para alguien más que sí se siente sola. Como vimos anteriormente, el Salvador prometió estar donde dos o tres se reúnan en Su nombre. Eso incluye nuestras reuniones de la Sociedad de Socorro, nuestras ministraciones silenciosas, y esos encuentros sinceros donde compartimos no solo doctrina, sino también vida. 

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Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Además, ser parte de la Sociedad de Socorro es más que asistir a una clase. Es ser parte de un ejército de mujeres que se aman, se sostienen y trabajan juntas en la obra de salvación y exaltación. Y tú eres parte esencial de ese ejército, no estás sola, ni fuiste hecha para estarlo.

Que nuestras reuniones sigan siendo sagradas

Así como aquellas primeras hermanas en Nauvoo cuidaban unas de otras con amor y fe, también puedes vivir esa misma experiencia, aquí y ahora. Reunirse es un recordatorio constante de que no estás sola y de que hay fuerza cuando caminan juntas.

Nunca olvides que cada vez que te reúnas con otras hermanas recuerda que estás haciendo algo divino. Estás participando de una tradición celestial que comenzó hace generaciones y que seguirá adelante, gracias a mujeres como tú.

Fuente: Church News 

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