Para los Santos de los Últimos Días, aprender no es solo una buena idea: es un principio que forma parte de la fe. Líderes de la Iglesia de Jesucristo han recordado en diversas ocasiones que la educación es un mandamiento divino y una herramienta esencial para mejorar la vida de las personas y de las comunidades.
Con ese enfoque, y movidos por el deseo de servir, miembros y líderes han impulsado en los últimos meses una serie de proyectos humanitarios que fortalecen el acceso a la enseñanza en diferentes zonas de Centro y Sudamérica, beneficiando a cientos de niños y sus familias.
Panamá

En la provincia de Bocas del Toro, Panamá, la Iglesia hizo entrega de dos aulas completamente equipadas y un parque al Centro Educativo Quebrada Cayuco.
Este aporte, realizado en conjunto con la organización School the World, tiene como propósito impulsar el desarrollo académico y la recreación de los estudiantes, creando un entorno que favorezca tanto el aprendizaje como el bienestar emocional y físico.

La ceremonia de entrega contó con la presencia de autoridades locales, padres y alumnos, quienes expresaron su alegría y gratitud. Directivos escolares destacaron que esta mejora representa una oportunidad concreta para que los niños enfrenten el futuro con mejores herramientas, esperanza y confianza.
Colombia

En Bogotá, Colombia, la labor de la Iglesia se enfocó en apoyar a escolares de entre 6 y 12 años mediante una jornada interreligiosa de servicio.
Durante la actividad, se entregaron aproximadamente 100 kits escolares acompañados de implementos de higiene oral.

Pero el aporte no fue únicamente material: los voluntarios organizaron dinámicas y juegos que fomentaron la amistad, el respeto y el trabajo en equipo, logrando que cada niño regresara a casa con una sonrisa y un recuerdo positivo de la jornada.
Líderes locales resaltaron que este tipo de acciones son una forma práctica de mostrar el amor de Jesucristo y de invitar a otros a conocer más sobre Su evangelio mediante el servicio desinteresado.
Costa Rica

En Tres Ríos, Costa Rica, más de medio centenar de voluntarios dedicaron tres días a restaurar la Escuela Maria Amelia Montealegre.
Armados con brochas, pintura y entusiasmo, los participantes —jóvenes y adultos por igual— limpiaron, pintaron y repararon distintas áreas del plantel. Este trabajo se coordinó con la junta de educación local, que proporcionó los materiales necesarios.
Para la comunidad escolar, el resultado fue más que un edificio renovado: fue una muestra de que, cuando hay voluntad y cooperación, es posible mejorar las condiciones de estudio y, con ello, el rendimiento y la motivación de los estudiantes

Estos tres proyectos, aunque diferentes en alcance y ejecución, comparten una esencia: la unión de fe, servicio y educación para transformar realidades. La construcción de aulas, la entrega de útiles y la restauración de espacios de aprendizaje son ejemplos tangibles de cómo las acciones de servicio pueden abrir nuevas oportunidades, fortalecer comunidades y dejar huellas positivas que trascienden generaciones.
Más allá de la ayuda inmediata, cada iniciativa siembra en los niños y en sus familias un mensaje claro: la educación es una puerta que conduce a un futuro mejor, y con el apoyo mutuo y el servicio inspirado en Jesucristo, ese futuro se puede alcanzar.
Fuente: Church News
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