Para muchos jóvenes en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, servir una misión es una oportunidad de compartir el evangelio e invitar a las personas a venir al Salvador. Es un una labor que hacen con fe, caridad y amor.
Para el élder Hidalgo, era una experiencia que quería vivir después de haber conocido por sí mismo las bendiciones que recibió cuando un par de misioneros lo ayudaron en ese mismo propósito.
En aquel entonces, expresó que había tenido miedo de ser juzgado por los tatuajes que llevaba en la piel. Creía que las personas lo mirarían diferente o que lo rechazarían.
Lo que ocurrió fue lo contrario. En lugar de críticas, encontró amor y respeto. Fue recibido como lo haría el mismo Jesucristo: no por su apariencia, sino por el potencial de lo que podía llegar a ser.
Ese gesto de aceptación lo impulsó a cambiar y a poner su vida al servicio del Señor.

Con el tiempo, decidió servir una misión de tiempo completo. Reconoce que no es común ver a un misionero con tatuajes portando la placa de élder, y que en la calle algunas personas lo miran con asombro o con juicio.
Sin embargo, para él esos tatuajes pertenecen al pasado. Su presente está definido por la fe y por un propósito mayor: compartir el evangelio de Jesucristo y esforzarse cada día por vivir conforme a Sus enseñanzas.

En su declaración, el élder Hidalgo testificó que el Señor mira el corazón y no las apariencias. Aseguró que su propia vida es prueba de ello:
“Sé que Su amor y Su poder pueden cambiar vidas, como lo han hecho con la mía”.
Además, considera que cada página del Libro de Mormón testifica de esa transformación posible en Cristo. Y así como él encontró esperanza en sus páginas, invita a otros a descubrir por sí mismos el poder de este sagrado testimonio de Jesucristo.
El estándar de apariencia en los misioneros

La experiencia del élder Hidalgo no contradice las normas oficiales, sino que las complementa. La Iglesia enseña que los misioneros deben mantener una presentación digna y profesional que refleje su llamamiento como representantes de Jesucristo.
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Vestimenta profesional y ordenada: La ropa debe estar limpia, en buen estado, de buen ajuste y siempre acompañada de la placa misional, salvo indicación contraria del presidente de misión.
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Principio espiritual: más allá de reglas específicas, la guía recuerda que la apariencia debe reflejar modestia, reverencia y orden, de modo que el mensaje del evangelio sea lo que realmente destaque.
Aunque las normas de la Iglesia establecen un estándar de modestia y profesionalismo en la apariencia de los misioneros, lo más importante es el amor y la aceptación que se brinda a quienes deciden seguir a Jesucristo.
Imagen de portada: El Libro de Mormón Otro Testamento de Jesucristo, Facebook
Fuente: Facebook
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